ADOPCIÓN: EL DERECHO A TENER UNA FAMILIA PRESENTE

Reportaje a Adrián Peralta y Alejandra Suárez

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Fruto de largas luchas y mucho trabajo sindical, el Acuerdo Paritario conquistado este año en Pcia. de Buenos Aires sobre Licencias Parentales incorpora una mirada sobre la Licencia por Adopción sin presunción de género, centrada en el derecho de las niñeces a tener familias presentes cuando ingresan a la familia adoptante. Alejandra Suárez, Secretaria de Igualdad de Géneros y Diversidad, de SUTEBA Morón, y Adrián Peralta, adoptante de un niño junto a su marido Andrés, cuentan a Siete3siete el proceso llevado adelante en su distrito que sentó un precedente importante para instalar este nuevo derecho.

Siete3siete: ¿Cómo ha sido este proceso?

María Alejandra Suárez: A partir de la ley de Identidad de Género y del Matrimonio Igualitario surgió la necesidad de empezar a discutir el Régimen de Licencias en las reuniones paritarias. El Estatuto Docente, que ya tiene varios años, planteaba licencias por maternidad, por paternidad, por adopción, teniendo en cuenta una mirada binaria, heteronormativa. Surge así el Acuerdo Paritario de Ampliación de Licencias por Cuidados Parentales[1]. Está basado en la perspectiva de cuidado, las diversidades sexuales y la igualdad de géneros. Se empezó a hablar de corresponsables parentales, licencias para las personas gestantes y también licencias por adopción para las personas adoptantes, sin presunción de género. Las licencias de cuidados del recién nacido o del nuevo o nueva integrante de la familia están basadas en la protección y la promoción del derecho de las niñeces, infancias y adolescencias. Deja de ser adultocéntrico para empezar a hablar del derecho de las niñeces a tener familias presentes en su primera infancia o cuando ingresan a la familia adoptante. Todo esto fue fruto de muchas luchas y mucho trabajo de las Seccionales de SUTEBA. En nuestro caso, el trabajo que se dio acompañando a Adrián y Andrés en el pedido de Licencia por Adopción, sentó un precedente muy importante.

Se empezó a hablar de corresponsables parentales, licencias para las personas gestantes y también licencias por adopción para las personas adoptantes, sin presunción de género

Siete3siete: Adrián ¿cómo se inicia todo?

Adrián Peralta: Soy profe de historia y trabajo en escuelas secundarias de Morón. Con mi esposo, Héctor Andrés Gavilán, también profe, de biología, llevamos ya casi once años en pareja y vamos para seis de casados legalmente. La idea de agrandar nuestra familia viene de hace varios años. En 2020 habíamos arrancado con los trámites, pero el contexto de pandemia nos obligó a esperar un poquito. Así que en junio del año pasado comenzamos nuevamente con la inscripción on-line. Una vez que la tuvimos nos presentamos al Juzgado N° 6 de Familia, acá en Morón, y comenzamos con los antecedentes penales, los antecedentes policiales, certificados de trabajo, médicos, etc. Para el mes de septiembre tuvimos el alta en el Registro Único de Adoptantes y a la semana tuvimos el primer llamado, que es por nuestro hijo, Alexander. Luego de varias entrevistas por el tema de la distancia, él vivía en una Casa de Abrigo en 9 de Julio, que era lo que le preocupaba a la Trabajadora Social y a la Psicóloga del Juzgado, tuvimos una reunión ya con el Juez. Y para noviembre nos habilitan a empezar a entablar vínculo con él. Los primeros encuentros fueron bajo supervisión de una trabajadora social y después empezamos a encontrarnos los tres. La preocupación que tenían en el Juzgado era si nosotros nos íbamos a bancar el esfuerzo de viajar a 9 de Julio todos los fines de semana, alquilar un departamento, sostener el pasaje y la estadía. Tuvimos el acompañamiento de nuestras familias que a veces nos llevaban hasta allá y nos iban a buscar.  El 30 de enero conoció nuestra casa, su cuarto que era lo que le preocupaba, su perro, que lo iba a acompañar… Empezamos las visitas a casa, y a acomodarnos. Porque fue no solamente algo nuevo para él, también para nosotros significó modificar nuestra cotidianeidad, nuestras rutinas. En febrero luego de que él pudiera terminar su trayectoria escolar en la Escuela nº24 de 9 de Julio, se queda definitivamente con nosotros.

Siete3siete: ¿Cómo compatibilizaron esta situación con el trabajo de ustedes?

A. P.: Nosotros teníamos que trabajar en el mes de febrero así que iba un día conmigo, otro día con mi esposo. Para el mes de marzo nos otorgan la guarda con fines adoptivos. Ahí empieza la carrera por la licencia. Y en esto el acompañamiento de las compañeras de SUTEBA en todo el camino de pensar, en buscar la manera de que sea algo compartido. Porque si bien está legislado en el Estatuto el tema de la licencia por adopción, todavía se seguía rigiendo con el binarismo: noventa días para la mujer y cinco días para el hombre. Entonces,  nosotros ¿cómo íbamos a hacer? En principio, con la compañera planteamos que esos noventa y cinco días se pudieran repartir entre mi esposo y yo, para modificar nuestra cotidianeidad y empezar a pensar este proyecto de familia. Fueron llamados, mensajes, cartas, buscar antecedentes de si ya se había otorgado algún tipo de licencia. La compañera encontró un caso en La Plata, así que teníamos como un caso testigo. Otro problema era que todavía no teníamos un certificado; tuvimos la audiencia el seis de marzo y el certificado recién nos llega en abril. Apenas lo recibimos pensamos “¡ya salimos de licencia!”, pero no todavía.  Fue bastante tedioso esto de ir o comunicarnos con el Consejo Escolar, la SAD, la Jefatura Distrital, la Jefatura Departamental, mensajes a Recursos Humanos. Siempre las compañeras buscando solución y buscando contactos… Finalmente la respuesta que tuvimos era que sí íbamos a tener la licencia pero que teníamos que decidir entre los dos quién iba a tener los noventa y quién los cinco.  En nuestro caso, lo más correcto era que la licencia la tomara yo porque mi esposo es suplente, entonces si él tuviese faltas injustificadas corría riesgos su cargo. Así que me tocaron los noventa días.

si bien está legislado en el Estatuto el tema de la licencia por adopción, todavía se seguía rigiendo con el binarismo: noventa días para la mujer y cinco días para el hombre. Entonces,  nosotros ¿cómo íbamos a hacer?

Siete3siete: ¿Qué significó esta licencia para ustedes y para su hijo?

A. P: La verdad que fue muy bueno, porque nuestro hijo venía con una vulneración de derechos muy importante y esos noventa días nos sirvieron para acompañarlo, para ayudarlo no solamente desde lo escolar sino desde lo relacional. Fue un niño al que le habían vulnerado sus derechos, desde la violencia que recibía, desde el abandono sufrido en tanto no hubo una familia que pudiera hacerse cargo. Empezamos a trabajar juntos para sanar él y para sanar nosotros también. Porque dos personas del mismo sexo, ¿cómo iban a lograr su tan ansiada familia si no era de este modo?  Recuerdo que en una entrevista que tuvimos con la trabajadora social, nos había planteado la idea de que por qué elegimos esta opción y no la del alquiler de vientre. A mí me parecía más loable este camino. Porque hay muchos niños, sobre todo de su edad y más grandes también, que siguen esperando por una familia. Así que fue muy necesaria esa licencia para poder rearmar una familia y para poder resarcir las vulneraciones que los niños sufren, a veces también por las instituciones que no funcionan correctamente. Me parece muy importante que se pueda ampliar el régimen de licencias. Cambiar el paradigma de la binarización que existe todavía en nuestra sociedad pese a que hay leyes que ya avalan que todos podamos gozar de los mismos derechos, porque todos somos personas, independientemente de nuestra orientación sexual, nuestro modo de vida, nuestras religiones, etc.

Siete3siete: ¿Cómo vivieron ustedes, desde el Sindicato, todo este proceso?

A. S.: Fue una lucha que hicimos también con la Secretaria Gremial. Estábamos pendientes todo el tiempo, averiguando por todos lados, buscando antecedentes, charlando con lxs compañerxs a nivel provincial, que nos daban herramientas para solicitar esta licencia. A veces en las escuelas ponían un freno porque las licencias se suben por un sistema que ya está diagramado, que no hay manera de incluir algo excepcional, a no ser que esté charlado, consensuado y lo hayan aprobado. Esa tarea fue ardua. A veces los tiempos de las familias que necesitan la licencia para acomodarse, para reorganizar su dinámica, para conocer al nuevo integrante, no son los tiempos de las instituciones. Fue un trabajo permanente de mucha lectura, de preguntar, de insistir, de estar en contacto con lxs compañerxs. Porque había que darles respuestas, y muchas veces eran respuestas de paciencia y de espera. Hemos llegado a no dormir porque decíamos “no le podemos responder esto”. Pero, bueno, la verdad que fue un orgullo; lo militamos mucho desde la Secretaría. Todos los años vamos al Encuentro de Mujeres y Diversidades y ahí ponemos en palabras todo lo que vivimos a diario en las Seccionales, con inquietudes, con cuestiones que tienen que ver con derechos. Somos un Sindicato que levantamos las banderas de los derechos humanos y el derecho a la identidad, la familia, el trabajo digno. Nos llena de emoción en el Sindicato cada vez que Adrián, Andrés y Alex vienen a visitarnos y podemos compartir, felices, con nuestrxs hijxs las actividades. Es lo hermoso de transitar en la docencia y en el sindicato, es nuestra herramienta de lucha, pero también de encuentro y de construcción colectiva.

Pensando en seguir ampliando derechos, hay que pensar que las familias puedan acceder a este juicio, no sé si gratis o que se encuentre el modo de que sea más accesible, porque el proceso se debe hacer con abogado privado

Siete3siete: ¿Algo que quieras agregar Adrián?

A. P.:   Sí, sobre lo que viene. Estamos arrancando el proceso del juicio por adopción.  Y la verdad que lo tenemos que hacer a pulmón. Pensando en seguir ampliando derechos, hay que pensar que las familias puedan acceder a este juicio, no sé si gratis o que se encuentre el modo de que sea más accesible, porque el proceso se debe hacer con abogado privado. Creo que habría que plantear como agenda este tema. Es un nuevo derecho y es el derecho a la identidad que tienen lxs niñxs; nuestro hijo ya se reconoce con nuestros apellidos. El proceso durará aproximadamente nueve meses, ¡qué importante sería que se encuentre el modo de acelerar y que no sea tan costoso! Uno entiende es una elección el modo en que uno va a conformar su familia, pero creo que hay que pensar en la cantidad de niñxs que están esperando por esta familia y qué bueno sería que sea un poco más fácil todo el proceso.

Adrián Peralta profe de historia, construcción de la ciudadanía y trabajo y ciudadanía.
Trabajo en las secundarias 3,9,33,38,48,y Cens 458 de Morón.

Alejandra Suárez, profesora de inglés en EES N°21 Y EES N° 38 secretaria de Igualdad de Géneros y Diversidades SUTEBA MORÓN


[1] Avanzar en Derechos. Reportaje a Marcela Escobar, Secretaria Gremial de SUTEBA.  https://revista.suteba.org.ar/2023/03/14/avanzar-en-derechos/