“Lxs chicxs de nuestro Jardín, en Almirante Brown, comentaban que siempre se manejaban dentro del continente, lxs chicxs del Jardín de Islas, en Tigre, contaban que nunca salían de las islas”. Esto es parte de los ricos diálogos y aprendizajes a que dio lugar la experiencia de interculturalidad desarrollada por Claudia Frías, maestra de sala de cinco del Jardín 934 de Almirante Brown.
Siete3siete: ¿Cómo surge la experiencia?
Claudia Frías: Durante el mes de febrero de 2023 impulsé un proyecto de interculturalidad a partir de haber trabajado el nuevo diseño curricular. Quería poder ir más allá del trabajo en las aulas, de lo que siempre una trabaja, de lo que está naturalizado. Me gustaba la idea de conocer un poco más la vida de los isleños. En la plenaria, antes del comienzo de clases, comenté lo que quería hacer, sin tener todavía en cuenta a lxs nenxs, porque cada año una no sabe cómo va a ser su grupo. A las chicas les gustó la idea. A esa reunión justo había asistido la Inspectora que, viendo el entusiasmo que generó, nos dijo que presentáramos el proyecto. El nuestro es un Jardín chiquito, tenemos dos salas por cada turno y una matrícula total de setenta alumnos. Además de las maestras y preceptoras, tenemos equipo de orientación escolar, y lxs profesorxs de música y de educación física, así que las condiciones estaban dadas. Por otra parte, somos sede para lxs residentes del Instituto Superior de Formación Docente, así que también podríamos llegar a contar con ellxs. Se charló, lo pensamos y armamos la idea, pero teníamos que buscar la escuela.
Fue todo un trabajo en red. Me comuniqué con Haydée Kazieczko y con Karina Tomieto, dos compañeras del SUTEBA de Almirante Brown. Haydée me puso en contacto con algunas compañeras de la Celeste del SUTEBA de Tigre, y una de ellas lo comentó en un grupo de Directoras. Claro, lo veían insólito, pero una Directora dijo “sí, a mí me gustaría”
Siete3siete: ¿Y cómo la encontraron?
Claudia Frías: Fue todo un trabajo en red. Me comuniqué con Haydée Kazieczko y con Karina Tomieto, dos compañeras del SUTEBA de Almirante Brown. Haydée me puso en contacto con algunas compañeras de la Celeste del SUTEBA de Tigre, y una de ellas lo comentó en un grupo de Directoras. Claro, lo veían insólito, pero una Directora dijo “sí, a mí me gustaría”. Ahí me encontré con Andrea Sánchez, que es la Directora del jardín 912 Marcos Sastre de Tigre y ella me pidió el proyecto para poder comentarlo con su Inspectora. Todo esto llevó tiempo pero en mayo ya pudimos concretar y ponernos de acuerdo en qué íbamos a trabajar. En realidad, había dos proyectos paralelos, teníamos la misma fundamentación, los mismos contenidos, pero las propuestas pedagógicas iban a ser diferentes según lo que quisiera abarcar cada una. Nosotras dividimos el proyecto en dos partes. Las salas más chicas trabajaron todo lo que era medios de transporte, los negocios y cómo se manejaban ellxs para hacer las compras, las comparaciones de los oficios y los trabajos que podían llegar a encontrar en la isla con los oficios que se pueden encontrar acá en el continente. Y las salas de cinco trabajamos la parte geográfica del lugar, la flora y fauna, los diferentes edificios, cómo hacían para llegar al Jardín y cómo hacíamos nosotrxs, etc. Se trabajó mucho con las TIC. Empezamos a filmarnos y luego a través de whatsapp nos enviábamos los videos. Después empezamos a armar encuentros por zoom para poder conectarnos, aunque el problema que teníamos era su internet, muy inestable. También hacíamos videollamadas. Lxs chicxs empezaron a conocerse, hablaban entre ellxs. Yo me comunicaba con Andrea que tenía también la sala de 5, y empezamos a articular con lxs profesorxs especiales de artística y de educación física. Así empezó el proyecto a andar.
Siete3siete: ¿Les interesó a lxs chicxs la propuesta?
Claudia Frías: Lo primero que les llamó la atención era la ubicación geográfica del lugar. Había residentes en el Jardín, que fueron parte del proyecto, y ellas habían bajado una aplicación en las tablets donde lxs nenxs desde la estación fluvial podían hacer el recorrido hasta llegar al Jardín. Veían por dónde iba a ir la lancha, qué podían encontrar. Surgían preguntas y nosotrxs hacíamos el registro de sus inquietudes para volcarlas en el zoom o en los videitos. Todo previamente hablado con las maestras para que después sea más llevadero. Se cortaba mucho y tampoco teníamos mucho tiempo porque nosotrxs somos del turno tarde e Islas tenía clases hasta las dos de la tarde; teníamos una hora para poder charlar.
Siete3siete: ¿Cómo eran esas charlas?
Claudia Frías: Conocieron cómo se llamaba cada sala, los nombres de cada unx. Fue muy linda la novedad de ver a otrxs nenxs a través de una pantalla. Nos preguntaron cómo llegábamos al Jardín, entonces surgió la idea de filmarnos. ¿Cómo llegaba cada docente, desde salir de su casa hasta llegar al jardín? Se vio que algunxs tomaban colectivos, otrxs venían en bicicleta o en autos, algunxs venían caminando. Y lxs chicxs también contaban. A su vez lxs de Islas contaban que iban en lancha, y nos mandaron un video de cómo se subían a la lancha, qué tenían que prever para que no pasara nada, nos enseñaron cómo ponerse los salvavidas. Claro, acá no teníamos salvavidas. Entonces las residentes tuvieron la idea de armar salvavidas con material de desecho para que ellxs pudieran manipularlo; y teníamos un solo salvavidas verdadero para que pudieran ver de qué material eran.
También se trabajó sobre la flora, qué tipo de vegetación había; en cambio acá no hay mucha porque hay muchos edificios. Fuimos mostrando lo que había en los alrededores del Jardín, y ellxs mostraban sus alrededores
Siete3siete: ¿Cómo se retomaba esto en la Sala?
Claudia Frías: Se trabajó muchísimo con el copiado por sí mismos, el registro por sí mismos, la formulación de preguntas, el buscar información, el que las familias participen. Las docentes, por ejemplo, sabíamos de qué trabajaban las familias de ambos lugares; sabíamos que en Isla había pocxs albañiles y que en el continente no teníamos a nadie que trabajara la cestería, entonces eran oficios que podíamos trabajar de qué trataban. Nuestrxs chicxs comentaban que nunca iban a islas, que siempre se manejaban dentro del continente, y lxs chicxs de allá contaban su experiencia de que nunca salían de islas, que se manejaban dentro de la isla, que el almacén iba por el muelle, que la verdulería iba por el muelle, que todo lo que necesitaban se les acercaba, no tenían que ir ellxs. Como nosotrxs estamos cerca de un shopping, les mostramos cómo era. También se trabajó sobre la flora, qué tipo de vegetación había; en cambio acá no hay mucha porque hay muchos edificios. Fuimos mostrando lo que había en los alrededores del Jardín, y ellxs mostraban sus alrededores. Para lxs nenxs fue muy productivo porque aprendieron muchísimo de la vegetación autóctona del lugar. Fue una experiencia hermosa.
Siete3siete: ¿Cómo fueron preparando la idea del viaje?
Claudia Frías: Tuvimos que trabajar muchas salidas educativas para que lxs nenxs tengan naturalizado salir, que sepan comportarse. Antes de ir a islas hicimos ocho salidas educativas pero no con micro escolar, sino con transporte de línea. Íbamos a lugares cercanos, pero siempre en colectivo, en tren. Esto hizo que lxs chicxs se afianzaran en saber respetarse, en estar atentos dónde bajar, cómo estar en la vía pública sin tener que estar nosotrxs todo el tiempo encima. Y esto hizo que las familias también tomen confianza.
Siete3siete: ¿Cómo se trabajó con las familias?
Claudia Frías: Después hacer el trabajo de cierre de lo que veíamos y de lo que registrábamos, los nenes tenían que comentárselo a su familia para que estén enterados de cómo iba el proyecto. Lo tuvimos que trabajar con las mamás y papás porque ellxs nos tenían que confiar a sus hijxs para ir de viaje. Las familias desde marzo ya sabían que íbamos a islas a fin de año. No sabían cómo, pero sí que íbamos a ir, no teníamos a qué escuela, pero sí que la íbamos a buscar. Y sabían que no íbamos a llevar a ningún papá o mamá a la salida, fuimos todos docentes. Nuestra preocupación era si había algún papá o mamá que le tuviera miedo a la lancha y que se lo trasmitiera a lxs chicxs, y que entonces algunx no se quisiera subir a la lancha. Por supuesto esto de no llevarlos fue algo que se trabajó mucho con las familias. Así que fue un desafío muy grande para todxs.
Tuvimos dos horas y media hasta Tigre, y después, de la estación fluvial al Jardín, otros cuarenta minutos en lancha. Lxs chicxs estaban maravillados. Claro, nadie conocía el río, nunca habían subido a una lancha, nunca tuvieron una experiencia así
Siete3siete: ¿Cómo se concretó finalmente la salida?
Claudia Frías: Hubo dos etapas. Primero resolver la cuestión económica; entonces solicitamos por medio del Municipio los micros para que nos trasladen al Tigre. Hasta ahí estábamos bien, el problema era la lancha. La maestra de islas tramitó por medio de la Dirección General de Escuelas la lancha colectivo. Ella se encargó de todo lo fluvial y nosotros de todo lo terrestre. El problema que surgió era que nosotros viajábamos con setenta chicxs y la lancha de la DGE nos otorgaba diez salvavidas, que era lo que tenían porque generalmente lxs chicxs de islas tienen todos salvavidas. Y si nosotros le usábamos los salvavidas a lxs chicxs, ellxs cuando se retiraban de la escuela no los tenían. Y no nos autorizaban la salida si lxs nenxs no tenían salvavidas. Surgió la idea de comprarlos pero ¿para qué nos iban a servir después? Otra vez fue el trabajo en red. SUTEBA hizo su red con las distintas seccionales y nos consiguieron, de algunos jardines de San Fernando y de Tigre, treinta salvavidas. Ahí comenzó el problema de que no teníamos para todxs. Se decidió que viajaran lxs de cinco de ambos turnos y que lxs de tres y cuatro iban a poder tener la oportunidad al año siguiente. Bueno, así fue cómo pudimos realizar el viaje.
Siete3siete: ¿Cómo fue la experiencia del viaje?
Claudia Frías: Tuvimos dos horas y media hasta Tigre, y después, de la estación fluvial al Jardín, otros cuarenta minutos en lancha. Lxs chicxs estaban maravillados. Claro, nadie conocía el río, nunca habían subido a una lancha, nunca tuvieron una experiencia así. Bueno, había papás y mamás que tampoco conocían a dónde iban lxs nenxs. Por eso nosotrxs hicimos en el jardín un video para que las familias supieran el recorrido que iban a hacer sus hijxs y para que conocieran a dónde iban. Estuvimos en el lugar más de dos horas. Fuimos con lxs profesorxs de música e hicieron una actividad. Ellxs también nos esperaron con una actividad de educación física, de juegos. Lxs chicxs compartieron el almuerzo y después emprendimos el viaje de vuelta.
Siete3siete: ¿Qué reflexiones te deja esta experiencia?
Claudia Frías: La principal es que el trabajo en redes es posible, que se pueden realizar articulaciones tanto con los distintos niveles como en nuestro propio nivel. No hay que pensar que no se puede, hay que animarse. Siempre va a haber alguien que quiera sumarse. Pensando en todo lo que hicimos, en todo lo que nos llevó, en todxs los que en mayor o menor medida fueron parte de esto, creo que si tenemos la misma inquietud, las mismas ganas, todo es posible. Lamentablemente este año por cuestiones económicas no se pudo continuar, pero que hay una leve esperanza de que lxs niñxs de islas vengan para Almirante Brown. Lo estamos charlando con Andrea. Nosotrxs como Jardín, tenemos ganas de seguir, de ir por más. La experiencia que tuvimos fue maravillosa, así que queremos seguir articulando. Ya nos pusimos en contacto con un Jardín de la costa. Puede no hacerse el viaje, pero sí seguir trabajando, con el Zoom, con distintos dispositivos; hay muchas cosas que nos facilitan. La idea es abrir caminos. Esa es la palabra, abrir caminos para que nuestrxs niñxs conozcan algo más allá de lo que conocen a diario. Siento que yo dejo una semilla y que el día que me jubile, voy a tener la esperanza de que va a haber otras docentes que la puedan seguir sembrando.
Claudia Noemi Frías
Jardín 934 Alte Brown, Adrogué
20 años de antigüedad
Maestra de Sala de 5 años