POR UN CAMPO MÁS JUSTO

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Sergio Dumrauf, integrante de la Corriente Agraria Nacional y Popular, que está dentro del frente barrial de la CTA, traza un panorama del campo actual. Con un sector -aquellas mil familias que se apoderaron de las tierras de los pueblos aborígenes- que siguen concentrado la tierra y llevan adelante un modelo extractivo, que contamina, que expulsa productores. Y nuevos sectores de agricultura familiar, indígena, pequeños y medianos productores, cooperativas, que pugnan por modelos sustentables en donde la agroecología se plantea como un paradigma de producir y de vivir.

737: En general cuando se habla del “campo” se nos suele aparecer esa imagen escolar de las grandes extensiones con trigales y vacas, ¿es éste el campo argentino, y más específicamente de la provincia de Buenos Aires?

Sergio Dumrauf: Siempre se ha naturalizado un solo campo, pero han habido campos distintos. Esto ya arranca con el modelo agro exportador donde había un campo oligárquico, que son esas mil familias que se plantearon desde el inicio, con la supuesta conquista del desierto, quedarse con las tierras de los pueblos aborígenes. Grandes estancias con los apellidos “ilustres” de Argentina: Anchorena, Blaquier, Pereyra Iraola, Martínez de Hoz, todos los de la Sociedad Rural. Y a su vez había miles de agricultorxs, que eran de las oleadas inmigrantes -de España, Italia, Alemania, Polonia, Rusia-,  que no venían con tierras sino que alquilaban unas pocas hectáreas a esta oligarquía ganadera y se auto explotaban, estaban todo el día de sol a sol trabajando en el surco por muy poca plata. Durante el gobierno de Irigoyen, con el grito de Alcorta en 1910 -la primera revuelta agraria en Santa Fe- comienzan a plantearse cuestiones distintas cada vez con más fuerza. Después, con el Peronismo, comienza a generarse otro tipo de campo; se dice que en muchos casos fue una reforma agraria en silencio. Hay un censo en el año 1937 que plantea que el  70% de los productores de la provincia de Buenos Aires eran arrendatarios, o sea que alquilaban la tierra en estas condiciones tan desventajosas, y un 30% eran propietarios (oligarquía ganadera). En 1960 cuando se hace otro censo, cambia totalmente: el 70% eran propietarios y un 30%  arrendatarios. Se produjo un cambio de la tenencia, de la estructura agraria en la provincia de Buenos Aires y en otras partes del país debido a que una ley del peronismo congeló los alquileres durante 20 años y generó créditos hipotecarios a largo plazo que permitieron que muchos de esos pequeños y medianos arrendatarios, pudiesen hacerse de tierra propia. Es el sueño de todo productor o productora que está en el campo.

La agroecología integra a las poblaciones, genera alimentos sanos, provoca el arraigo porque necesita mucha más gente trabajando en el campo. Es un modelo que necesita canales cortos de comercialización. Ahí están las organizaciones armando ferias, almacenes, comercializadoras, nodos de consumidores, distintos modelos de comercialización de circuitos cortos

737: ¿Cuándo comienza a producirse la llamada “revolución verde”?

Sergio: Esto comienza a verse con fuerza en los 70, a partir del desarrollo de tecnologías generadas no en Argentina sino en otros países que lo que hicieron fue aumentar muchísimo la producción y la productividad pero expulsaron a una gran cantidad de productores y productoras y de mano de obra.  La tecnología de la mecanización expulsó a miles de trabajadores, después hubo tecnologías ligadas a cuestiones productivas, como los híbridos, la utilización de herbicidas, la utilización de todo tipo de plaguicidas; y finalmente la siembra directa y los transgénicos. La productividad aumentó muchísimo pero la mayor parte de las ganancias se la llevaron las transnacionales, a la vez que expulsó a estos pequeños y medianos productores. Tuvimos entonces un proceso de fuerte concentración. Entre el censo de 1988 y el de 2002 desaparecieron en nuestro país un % 25 de los productores.

737: ¿Hay algún sector del campo que podamos caracterizar como de los sectores populares?

Sergio: Hubo un proceso muy fuerte -que arrancó en los 60 en Santa Fe pero después se irradió al norte de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, algo de Entre Ríos, algo de Misiones- que fue el de las Ligas Agrarias. Durante la Dictadura es fuertemente reprimido y hay una gran cantidad de dirigentes y militantes de las Ligas Agrarias que son desaparecidos o muertos. A partir de todo ese proceso de lucha, se generan dos grupos fuertes en los noventa: uno que es el de las mujeres en lucha, que impiden una gran cantidad de remates que se estaban por dar en la década menemista de Cavallo; y por otro lado se empiezan a ver movimientos campesinos que se oponen a los procesos de ocupación y expropiación por parte de ciertos empresarios de tierras campesinas. Esto arranca en Santiago del Estero con el Mocase y se expande a otras regiones. Viniendo más acá, hay un proceso muy fuerte de nuevos sujetos colectivos agrarios fomentados por las políticas públicas del kirchnerismo. Lo que fue el Programa “Cambio Rural”, el “Pro huerta”, el INTA revalorizado en sus funciones desde 2003, que sirvió para generar otro tipo de sujetos colectivos organizados que no nacieron tanto en el campo extensivo, o sea, en el campo de las vaquitas o en el campo del trigo, sino que nacieron en el campo peri urbano. Los cordones hortícolas, florícolas, frutícolas de La Plata, Mar del Plata, Santa Fe, Rosario. Ahí nacieron organizaciones muy fuertes que son las que hoy más movilizan como es la UTT ( Unión de Trabajadores de la Tierra), el Movimiento de Trabajadores rama rural, la Federación Nacional Campesina.

Un eje está en el acceso a la tierra por parte de productores familiares, campesinos de las agriculturas familiares, pueblos originarios, pymes, que permita que cambie la estructura tan injusta de la distribución de la tierra donde solamente el 66% de los productores y productoras familiares tienen el 13% de la tierra

 737: ¿Cuáles son sus planteos?

Sergio: Por un lado, hay una fuerte reivindicación de la agroecología, de un modelo de producción distinto al de la “revolución verde”, que es extractivo, que contamina, que expulsa productores. La agroecología integra a las poblaciones, genera alimentos sanos, provoca el arraigo porque necesita mucha más gente trabajando en el campo. Es un modelo que necesita canales cortos de comercialización. Ahí están las organizaciones armando ferias, almacenes, comercializadoras, nodos de consumidores, distintos modelos de comercialización de circuitos cortos[i]. Hay, además, una fuerte discusión sobre el tema del feminismo en la producción. Todas estas organizaciones tienen Secretaría de Género, áreas donde discuten los patriarcados y los machismos que existen y que son muy fuertes en el campo. También despliegan otras acciones ligadas al tema de la educación y el acceso a la tierra. Después del primer peronismo ha habido muy poca política pública en relación al acceso a la tierra de parte de productores y productoras pequeños, medianos, campesinos, la agricultura familiar, etc. Hoy sigue estando ese debate entre estos sectores y un sector concentrado, representado por cuatro organizaciones muy aliadas a las exportadoras, que son muy pocas y por donde pasan gran parte de las divisas que se exportan en el país. Un sector concentrado que hoy, en pandemia, tienen mucho poder de lobby porque tienen medios de comunicación a su favor, y porque generan movilizaciones. Luego está todo el otro sector, que se juntó en el foro agrario en el 2019, que en el 2008- donde se dio el último enfrentamiento entre las corporaciones gremiales y el Estado, un estado interventor como fue el del Kirchnerismo- en ese momento no existía. Hoy sí existe un sector familiar, campesino, indígena, pymes, cooperativas, que están mucho más organizados y mucho más movilizados.

737: ¿Cuáles serían, según tu mirada, los ejes centrales para el desarrollo agrario y rural en nuestro país?

Sergio: Tienen que ver básicamente con construir un campo más justo. Un eje está en el acceso a la tierra por parte de productores familiares, campesinos de las agriculturas familiares, pueblos originarios, pymes, que permita que cambie la estructura tan injusta de la distribución de la tierra donde solamente el 66% de los productores y productoras familiares tienen el 13% de la tierra.

Otro eje central es la democratización del acceso a los alimentos. Que el alimento sea un derecho y no sea, como hoy lo es, una mercancía. Y para eso es necesario generar redes, circuitos económicos donde exista una real articulación entre productores y consumidores

Otro eje central es la democratización del acceso a los alimentos. Que el alimento sea un derecho y no sea, como hoy lo es, una mercancía. Y para eso es necesario generar redes, circuitos económicos donde exista una real articulación entre productores y consumidores. En este sentido hay un conjunto de modalidades diferentes a las del mercado que permitirían generar este tipo de acceso donde no se privilegie la ganancia sino que se privilegie la posibilidad de que los productores familiares, pymes y cooperativas puedan tener su ingreso, y los consumidores puedan tener alimentos sanos.

Otra cuestión ligada a esto tiene que ver con el arraigo y el repoblamiento rural. Es necesario que miles de familias vuelvan a vivir en el campo. Hoy el 92% de la población es urbana y el 8% es rural; el nuestro es el país de latinoamérica con más población urbana. Repoblar el campo necesita no solamente todo lo que venimos hablando de las cuestiones productivas sino lo que tiene que ver con la reproducción de la familia: una educación rural de calidad, la posibilidad de que pibes y pibas puedan estudiar el secundario desde el campo, la accesibilidad a los servicios de salud tanto rurales como de mayor complejidad en las ciudad. Y las comunicaciones en el amplio sentido, internet, caminos, televisión… Para todo esto es necesario un modelo productivo que ponga el centro en la naturaleza y en las personas.  Por eso hablamos de modelos sustentables en donde la agroecología claramente es un paradigma de producir, de vivir, que tiene que ver con este modelo de producción sustentable.


Sergio Dumrauf Es Médico Veterinario y Trabajador Social. Docente de la UNLP e Investigador del INTA. Director de Economía Popular y Coordinador del Programa de Agricultura Familiar del Consejo Social de la UNLP.

[i] Ver artículo en 737; “Alimentos soberanos” por Martín Garo . En https://revista.suteba.org.ar/2021/05/12/alimentos-soberanos/