DESAFÍOS DE LA ESCUELA SECUNDARIA

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¿Cómo transformar la Escuela Secundaria para hacerla más democrática y convocante para las y los jóvenes? Desde la convicción de que es necesario conocer para transformar, Florencia Riccheri, Subsecretaria de Planeamiento e Investigación Estadística Educativa del SUTEBA, conversa con Siete3siete sobre la investigación que, junto a Juan Balduzzi y Gabriel Brener, llevan adelante, en colaboración con el IDESBA[1]– pensando la Secundaria en clave del derecho a la educación.

Siete3siete: ¿Por qué SUTEBA produce investigación?

Florencia Riccheri: Dentro del SUTEBA, la Secretaría de Educación siempre ha sido el ambito donde se recepcionan y se procesan los debates educativos que se dan en las escuelas y en los territorios. Las compañeras y compañeros que conforman sus equipos de trabajo producen sistematizaciones, problematizaciones y síntesis que movilizan y enriquecen esos debates. A partir del cambio del Estatuto de SUTEBA, donde la Secretaría de Educación pasa a tener una nueva estructura, se incluye específicamente una Subsecretaría de Planeamiento e Investigación Estadística Educativa. Siempre hubo una línea investigativa en SUTEBA, tanto en el marco de la CTERA como dentro de la Secretaría de Cultura y Educación. Como antecedentes vale recordar que hacia el 2005, donde comienza a discutirse la obligatoriedad para la escuela secundaria en el marco de los debates por la Ley de Educación Nacional y luego de la Provincial, SUTEBA elaboró distintos materiales y organizó numerosos Encuentros, incluso produjo un número especial de su revista La educación en nuestras manos sobre Secundaria. Esta investigación que venimos llevando adelante desde el año pasadorecupera algo de toda esa trayectoria histórica del SUTEBA en torno a la educación secundaria.

Siete3siete: ¿Por qué investigar sobre la Secundaria?

Florencia Riccheri: Después de la pandemia, que modificó de hecho la organización y las prácticas en las escuelas, comienza a darse un debate nuevamente en torno a qué organización tiene que tener la escuela secundaria. Estos debates ponen en evidencia que hay una disputa política pedagógica en torno a dos grandes modelos, en cuyo contexto se da un fuerte ataque a la educación pública y, en particular, a la escuela secundaria, por lo general a través de grandes titulares en los medios hegemónicos o en zócalos televisivos. De ahí que nos pareció importante que ésta fuera la primera línea que encarábamos sistemáticamente como investigación desde la nueva Subsecretaria. Siempre es necesario conocer para transformar. Si se encara una propuesta de transformación hace falta producir, desde el campo de la investigación, análisis rigurosos sobre datos estadísticos, combinándolos con la visibilización y la puesta en valor de las experiencias pedagógicas y las prácticas emergentes que se desarrollan en la escuela secundaria hoy. Y a partir de este conocimiento, plantear entonces los desafíos de política educativa y las posibilidades que ofrece la escuela secundaria.

Siete3siete: ¿Cómo caracterizarías esos ataques a la Secundaria?

Florencia Riccheri: Básicamente tratan de desestimar el proceso de ampliación de derechos y de universalización que ha representado la obligatoriedad de la escuela secundaria. Que es algo que hay que verlo en términos históricos, de dónde se viene y que, además, no evoluciona mágicamente sino por la presencia del Estado y de las políticas. Este ataque parte de un reduccionismo en torno a las complejidades y a las diversidades que habitan nuestras Escuelas secundarias, como si todxs lxs estudiantes vinieran de las mismas prácticas culturales, del mismo acceso a los bienes materiales y simbólicos que se ponen en juego en la escolarización; desconocen los efectos de la pandemia; reducen las trayectorias reales a las trayectorias teóricas. Ocultan las cicatrices que van dejando esas experiencias de vida. Desconocen, por ejemplo, que muchxs estudiantxs de sectores populares, cuando están en el ciclo superior tienen que salir a trabajar, lo cual impacta en las trayectorias. No problematizan en términos históricos y en términos sociales lo que es la evolución de las prácticas que se van dando en la sociedad y en la propia organización de la Secundaria.

Estos debates ponen en evidencia que hay una disputa política pedagógica en torno a dos grandes modelos, en cuyo contexto se da un fuerte ataque a la educación pública y, en particular, a la escuela secundaria

Siete3siete: ¿En qué consiste la investigación?

Florencia Riccheri: Originalmente la titulamos “La transformación de la Escuela Secundaria en la provincia de Buenos Aires en clave del derecho a la educación”[2], y nos planteamos, como interrogante, cómo hacer más democrática y convocante para las y los jóvenes la escuela secundaria, abordando, para ello, un análisis de su transformación en términos históricos, y mirándola en todas sus dimensiones: el currículo, la organización del trabajo y las formas organizativas de la institución en tanto espacios, tiempos y agrupamientos. Uno de nuestros propósitos es hacer un análisis cualitativo de datos estadísticos –y aquí es donde fuertemente ingresa al proyecto el IDESBA-para ver cómo se fue universalizando y qué sectores se fueron incorporando en cada etapa.

Siete3siete: ¿Tienen ya algunas conclusiones?

Florencia Riccheri: Queríamos ver la evolución de la tasa de escolarización, o sea, de la población entre 13 y 18 años que tiene que asistir a la escuela, ver si está escolarizada, cuánta efectivamente asiste en proporción a la población total de esa franja etaria. Se trabajó sobre la Encuesta Permanente de Hogares, porque todavía los datos del último censo no estaban desagregados. Algunas anticipaciones vamos haciendo en Jornadas y Congresos donde nos invitan a hablar sobre Secundaria.  Como dato de color, te cuento que en la interacción con las compañeras y compañeros, voy preguntando ¿en qué década hiciste la secundaria? Por ejemplo, ¿vos?

Queríamos ver la evolución de la tasa de escolarización, o sea, de la población entre 13 y 18 años que tiene que asistir a la escuela, ver si está escolarizada, cuánta efectivamente asiste en proporción a la población total de esa franja etaria

Siete3siete: ¿Yo?, en la década del 60.

Florencia Richeri: Bueno, tuviste suerte, fuiste parte del 23 por ciento de lxs estudiantxs que asistían, o sea que había un 77 por ciento de adolescentes y jóvenes que no accedía a la escolaridad secundaria. Son importantes los datos, para poder ver en carne propia los procesos de inclusión y exclusión. Ver cómo se jugaron estos procesos en cada momento histórico. Cuando nos vienen a decir que la mejor escuela era “la de antes”, que la de principios el siglo XX ¡esa era una buena escuela!, resulta que en ese momento, de acuerdo a los datos de los censos, a nivel nacional sólo asistía a esa escuela el 3 por ciento de la población en edad de asistir a la Secundaria, por lo tanto estaríamos sobrevalorando una escuela que dejaba a la mayoría de las y los jóvenes afuera. En el trabajo fuimos analizando cómo se habían dado estos procesos de ampliación e inclusión. Tratamos de ver en los sectores urbanos, en particular, desde el 2004 al 2021 cómo se fue ampliando la participación en la escuela secundaria del 40 por ciento más pobre de la población. Nos preocupa vincular con el nivel de ingreso familiar. La obligatoriedad la fija una ley, en la Argentina y en la provincia la obligatoriedad es una ley. Y todo proceso de ampliación implica desafíos. Yo prefiero hablar de desafíos más que de problemas. Uno problematiza, pero lo que tiene por delante es un desafío. El primero es el acceso, poder incluir, que todxs estén en la Escuela Secundaria.  Después la permanencia y los aprendizajes significativos durante ese tránsito. Con un escollo que se da entre primer ciclo y segundo ciclo, y después con el egreso y la titulación. Porque para muchos sectores de la población, por lo general los que accedieron más tarde y que tienen un nivel de ingreso menor, esa parte del estudio les exige otra responsabilidad a las pibas y pibes. El problema de la titulación no es sólo en la Argentina; uno ve los informes de la UNESCO y se ven procesos similares en otras partes. Siempre cualquier proceso de ampliación de derechos se desarrolla en forma gradual y progresiva y necesita de políticas de Estado que vengan a tratar de compensar las inequidades que se dan en sociedades profundamente desiguales. Quienes se horrorizan de las tasas de egreso, que por otra parte apelan a números mentirosos, no se horrorizan de la pobreza. No dicen que 70 de cada 100 jóvenes están debajo de la línea de pobreza. No se trata de justificar las falencias, pero el análisis tiene que ser integral porque las políticas que desarrolla el Estado tienen que ser integrales.

Siete3siete: Mencionabas al comienzo que junto al análisis de datos se proponían visibilizar las nuevas prácticas pedagógicas.

Florencia Riccheri: Sí, y por eso al mismo tiempo desarrollamos una encuesta que se hizo a 1500 profes que estaban en el aula. La hicimos para abordar ciertas cuestiones que nos interesaban en relación a la organización en la Secundaria, las prácticas socioeducativas que se están desarrollando, y los desafíos que aparecen desde la mirada de quienes asumen el trabajo a diario. Se trataba de indagar acerca de las prácticas que vienen a romper con las estructuraciones, la fragmentación y segmentación del conocimiento que se dan en el trabajo en la escuela. Queríamos ver cuáles eran las que tenían mayor representación, las que planteaban un trabajo más colectivo, más colaborativo. Se hizo una muestra, que también armó el IDESBA, de 1.500 encuestas que se distribuyeron representativamente en función de la cantidad de horas que había en cada sección electoral; se combinó sección electoral con regiones educativas para que quedaran representadas, de acuerdo a criterios estadísticos, todas las regiones. Surgen numerosas e interesantísimas prácticas educativas emergentes: salidas didácticas, actividades científicas, experiencias artísticas y culturales, Programa Jóvenes y memoria, Parlamentos juveniles, Consejos consultivos, Centros de estudiantes, y muchas otras donde las profesoras y profesores aparecen como orientadores, como guías, como motivadores. Porque algo que también nos planteamos es ¿hacia dónde queremos transformar? Si queremos transformar hacia un lugar que le dé el protagonismo y la participación a nuestrxs estudiantxs como sujetos críticxs, este tipo de experiencias les dan la palabra en torno a cuestiones actuales. Es transformar la educación para transformar tu comunidad, tu provincia, el país.

Si queremos transformar hacia un lugar que le dé el protagonismo y la participación a nuestrxs estudiantxs como sujetos críticxs, este tipo de experiencias les dan la palabra en torno a cuestiones actuales. Es transformar la educación para transformar tu comunidad, tu provincia, el país

Siete3siete: Esta investigación se da en un momento en que la Provincia plantea una modificación de la Secundaria.

Florencia Riccheri: Efectivamente, empezamos la investigación el año pasado, justo en el momento en que empezaron a desarrollarse en la Provincia consultas acerca del régimen académico de Secundaria, cuya Resolución salió hace poco. El nuevo Régimen Académico posibilita nuevas formas de organización, de hecho, cuatro modelos de organización. Ahora bien, en la escuela secundaria hay un nudo difícil de desatar que tiene que ver con lo que Flavia Terigi llama el trípode de hierro: la organización institucional, el currículum, y la organización del trabajo. Esto involucra también el modo de conformar el cargo docente del profesor de secundaria. Desde SUTEBA insistimos en que cualquier transformación debe abordar en simultáneo estas cuestiones. En uno de los encuentros que realizamos con profesorxs, se hablaba sobre la significatividad y el impacto en lxs alumnxs de la experiencia de Jóvenes y Memoria, y un profe decía: “Yo solo la hice con un curso porque por la cantidad de trabajo que representa desarrollar una experiencia de ese tipo no te dan los tiempos. No hay tiempos dentro de la escuela y de la jornada para impulsar este tipo de trabajo”. Entendemos que es muy difícil cambiar de un día para otro, pero es imprescindible que cualquier transformación aborde la problemática de la jornada laboral: el trabajo invisibilizado y los tiempos de trabajo compartido. Una nueva organización, un nuevo régimen académico, requiere de tiempos colectivos y horas institucionales donde lxs profes puedan acordar estas cuestiones. También hay que pensar nuevos puestos de trabajo. Las compañeras y compañeros vienen diciendo desde hace mucho que hace falta una transformación, pero también reclaman tiempos para el trabajo colectivo. Hacen falta tiempos dentro de la jornada laboral, para trabajar con otrxs. Y algo que me gustaría agregar es que todo proceso de transformación requiere mucho acompañamiento por parte de los cuadros de conducción para que quienes tienen el desafío de llevarla adelante en cada escuela puedan diseñar y abrir nuevos caminos, demandar y apropiarse de todas las políticas públicas que nuestras escuelas, nuestras comunidades y nuestros pibes y pibas necesitan.

Florencia Riccheri:  Profesora de Enseñanza primaria. Lic. Ciencias de la Educación. Cursó la Maestría de Formación docente. Profesora de nivel Secundario y Superior. Actual Directora ISFD y T 239. Subsecretaria de Planeamiento, Investigación y Estadística (Secretaría de Educación) SUTEBA Provincia. Coordinadora de la Revista “La Educación en nuestras manos: utopías en movimiento”.


[1]Instituto Para el Desarrollo social y Económico de Buenos Aires “Stella Maldonado”. CTA de lxs Trabajadorxs de la Prov. de Bs. As. https://www.ctabsas.org.ar/idesba

[2] Equipo de investigación integrado por Juan Balduzzi y Gabriel Brenner con la coordinación de Florencia Riccheri