Frente al deseo de alumnas y alumnos de hacer música, pero sin un lugar en la escuela para poder hacerlo, Carlos Zárate, Bibliotecario de la Secundaria N° 21 de Moreno, convirtió el espacio de la Biblioteca en un lugar de encuentro y disfrute que culminó con veinticinco estudiantes en el escenario del Teatro Marechal de Moreno. Siete3siete comparte el relato de la experiencia.

Siete3siete: ¿Qué es esto de una banda de música funcionando en la Biblioteca de la escuela?
Carlos Zárate: Soy Maestro de primaria y estudié bibliotecología. Estuve 15 años en el aula y hace ocho años que estoy como Bibliotecario en la Secundaria N° 21 de Moreno, que junto a la Primaria N° 77 y el Instituto de Formación Docente N°111, forma parte de la unidad académica del Mariano Moreno. Desde el espacio de Biblioteca escuchamos las solicitudes de lxs estudiantes. Por eso este año hicimos conversatorios. Como trabajamos con la identidad, nos abocamos a personas que transitaron por nuestra institución. Por ejemplo, tenemos una gran cantidad de estudiantes que hacen distintos deportes así que invitamos a un profesor que trabajó en nuestra escuela y que ahora está dedicado cien por ciento al entrenamiento y preparación de atletas de alto rendimiento, que vino a dar una charla orientada a lxs deportistas y a las dudas que ellxs tenían. Otro de los conversatorios fue con docentes que hacen las prácticas en otras primarias; tuvimos un conversatorio de literatura enmarcada en la ESI, y también vino un estudiante de la Universidad que está haciendo geología, a contar las campañas que hizo en Neuquén, San Juan y Mendoza. Y tenemos este proyecto musical que se llama Mariano Desk.

Siete3siete: ¿Cómo surge?
Carlos: Hay un grupo de estudiantes que participa en todos los actos preparando canciones. Es una banda que surgió post pandemia, venían juntándose, pero siempre contábamos con los instrumentos que ellxs tenían en sus casas. Hicimos un conversatorio con una banda de pop, uno de cuyos miembros hizo el secundario y el nivel terciario en la escuela. Contaron cómo armaban las canciones, cómo grababan, con qué programas, qué tipos de micrófonos solían utilizar. La escuela nunca tuvo un espacio donde lxs chicxs puedan ensayar, siempre se buscaban salones vacíos o se quedaban fuera del horario escolar. Y siempre había que tener alguien que lxs mire, que lxs cuide. Así que ahí propuse el espacio de la Biblioteca. La idea siempre ha sido esa, tener un espacio de encuentro en la Biblioteca de la escuela. Por ejemplo, hay quienes juegan al ajedrez, o que vienen solamente a compartir una charla, hay otrxs que vienen a leer, y hay quienes vienen a hacer música.
La idea siempre ha sido esa, tener un espacio de encuentro en la Biblioteca de la escuela. Por ejemplo, hay quienes juegan al ajedrez, o que vienen solamente a compartir una charla, hay otrxs que vienen a leer, y hay quienes vienen a hacer música
Siete3siete: Un lindo abanico de posibilidades para hacer en un mismo lugar.
Carlos: Creo que esta idea de tener los instrumentos en Biblioteca surgió cuando me enteré que había una escuela, la Secundaria 2, donde estaban haciendo un streaming. Quise ir a ver cómo funcionaba eso, porque uno tiene que empezar a hablar con lxs compañerxs, aunque no los conozcamos, decir “a ver qué encontraste, qué fue lo que se te dificultó con diferentes cuestiones técnicas”. Cuando voy a ver el streaming, yo me imaginé entrar a un aula donde, como veía en la pantalla, estaba el cartel, los micrófonos, las cámaras, todas las cuestiones técnicas y no, ¡era en el laboratorio de la escuela! En el mismo espacio estaban lxs chicxs haciendo algún proyecto, había una impresora 3D, estaban los de robótica… Me impactó ver cómo convivían en el laboratorio de la escuela tantas cosas. Eso fue lo que lo que me decidió para decir ¡se puede hacer! Si lxs chicxs necesitan ensayar, que tengan en la Biblioteca ese espacio con todas las cuestiones técnicas de lo que es un acto, donde hay que enchufar micrófonos, hacer una prueba de sonido, ver cómo suena adelante y más atrás, los niveles que tienen que tener los volúmenes de los instrumentos…

Siete3siete: ¿Y cuál es tu tarea?
Carlos: Yo lo que hago es tratar de sumar todo lo que puedo desde mi lugar y acompañar al profe de música, que no todos los cursos lo tienen. Él es el que va armando las bandas que pueden ser dúos, tríos o una banda en sí. Antes, con los planes de Nación había seis horas que la escuela tenía para coro, entonces el profe tenía un poquito más de tiempo para poder organizar estos espacios. Luego, como muchas otras cosas, eso se cerró y ahora solamente tiene las horas de clase. Con él lo que hacemos es formar un equipo: me dice qué estudiantes van a participar en el armado de las canciones, y lo que hago yo en el espacio de Biblioteca es juntarlxs y hacer ese trabajo, porque él tiene que estar a cargo del curso. Este año se armaron dos bandas, porque eso tiene que ver con el gusto musical de las chicas y los chicos.
Siete3siete: ¿Cómo hacen con los instrumentos?
Carlos: Este año, en uno de los actos, una profe hizo un locro para recaudar dinero y así destinarlo a la compra de micrófonos. Después, los socios de biblioteca hicieron una colaboración y pudimos comprar un parlante potenciado. En esta segunda etapa del año tuvimos que reorganizar las mesas y pudimos destinarle una parte para los instrumentos. Han donado un teclado y una guitarra, e invertí en comprar una batería, para dejarla ahí al acceso de todos lxs estudiantes. Lo que necesitábamos era que las chicas y los chicos tengan en ese momento el instrumento para ensayar.
Siete3siete: ¿Cómo se organizan?
Carlos: Hicimos unos acuerdos de convivencia. No algo estricto sino como un decálogo: esto sí, esto no, hasta dónde queremos ir. ¿Queremos la perfección musical o queremos compartir? Por ejemplo, en este decálogo se puso hacer una reflexión posterior a cada evento. A veces me solicitan que intervenga ante algo y a veces tuve que intervenir porque ameritaba eso la charla que se estaba dando. Para mí, uno de los logros que tuvimos fue conformar una banda con estudiantes de segundo, cuarto y sexto año, que solamente se ven en el recreo. Las nuevas niñeces, las nuevas juventudes son más de estar en casa, de estar en la compu o con el celu. Ya no hay tantas veredas, no hay tanta plaza. Y el único espacio que tienen de encuentro es la escuela. Por eso lo importante de ir buscando esos espacios que tenemos en la escuela para que ellxs vayan tratando de ensamblar una canción con lo difícil que es. Al no ser músico, ni ser profe de música, solamente escucho la música y le puedo decir al profe, “mirá, me parece que hay que ver algo en el tema de coros o hay una parte de la música que le falta…”, entonces él viene, hace los retoques y queda de diez.
Hicimos unos acuerdos de convivencia. No algo estricto sino como un decálogo: esto sí, esto no, hasta dónde queremos ir. ¿Queremos la perfección musical o queremos compartir? Por ejemplo, en este decálogo se puso hacer una reflexión posterior a cada evento
Siete3siete: ¿Qué repercusión fue teniendo este proyecto en la escuela?
Carlos: Al ser una escuela con 1500 estudiantes, por ahí lo que nos falta es mejorar el tema de la comunicación. Lo primero era contagiar a las compañeras y a los compañeros a hacer este tipo de eventos, porque nos encontramos a veces con bastante temor, hay que ponerle mucho el cuerpo. Lleva mucho tiempo extra y a veces, según cada docente, tiene el tiempo o no. En cuanto a lxs alumnxs, hubo mucha repercusión. Cuando pusimos la batería había un solo baterista en la escuela y otro que ya había egresado el año pasado. Ahora hay siete bateristas. Cuando pusimos un teclado aparecieron tecladistas y cuando pusimos la guitarra aparecieron un montón de estudiantes, porque lxs chicxs suelen llevar guitarra para los recreos, para las clases de música.
Siete3siete: ¿Y cómo llegan a la presentación en el teatro?
Carlos: Algo que me animó más este año fue la Semana de las Artes, donde había un montón de bandas en vivo. Se hizo en septiembre y estaban las pelusitas de los árboles; o de repente venía viento, te volaba las cosas y se metía el sonido del viento en el micrófono; hacía calor y no había tanta sombra. “¿Y si a esto –me dije- que lo hicimos en estas condiciones, en un patio de una escuela, lo llevamos a un lugar donde haya un sonidista profesional con todas las condiciones técnicas que tiene un teatro? Y tuvimos la suerte de que nos pusieron a disposición el Teatro Marechal de Moreno, con 247 butacas.

Siete3siete: ¿Cómo fue la experiencia?
Carlos: Fue buenísimo esto de salir de la escuela para que las chicas y los chicos pierdan un poquito esa timidez que sienten en otros ámbitos, porque la Biblioteca y el patio son lugares seguros para ellxs. Hay chicxs que están tocando y si escuchan que alguien entra dejan de tocar porque sienten diferentes cosas. Hay un estudiante que ni siquiera frente a su familia toca, lo hace solo en la habitación y, bueno, ahora lo puede hacer en la escuela. Había mucho nervio porque era la primera vez que iban a estar en un teatro, así que primero había que tranquilizarlxs. Hicimos equitativamente que cada uno tenga sus entradas, les dije que iban a venir sus familias, sus seres queridos, no habría nadie de afuera. “Vamos a estar bajo un techo, no va a haber viento, vamos a tener un asistente en el vestuario, va a haber un asistente de escenario, va a haber un sonidista, va a haber gente en la boletería, va a haber gente encargada de todo, lo único que tenemos que hacer es ir y tocar”. Varios músicos hicieron la convocatoria, por ejemplo Changuito e Ivonne de la Delio Valdéz, Claudio Maffia de Kapanga, Gonzalo y Ruth de los Canticuenticos, Edu Schmidt ex Árbol, Diego de Marco de los Auténticos Decadentes y Andrea Álvarez percusionista de Divididos, A77aque y Soda Stereo.
Invitamos a los que dieron la charla para que abran el evento, invitamos a otra banda de un maestro de la escuela, e invitamos a la banda de tango del preceptor, que también es de la escuela, para darle un poquito de contención a todo esto. Resultó ser que hicimos once bandas en vivo. Había veintiséis estudiantes haciendo música. Fue algo extraordinario.
Siete3siete: ¿Alguna reflexión final?
Carlos: Simplemente reafirmar que todo esto es siempre con la ESI, como motor impulsor para que las cosas sucedan en un marco donde la diversidad, el respeto y la efectividad sean nuestro norte hacia la utopía (no tan utópica) de una sociedad con más justicia social, inclusión y vínculos sanos.


Carlos Zárate Bibliotecario de la E.E.S. N° 21 » Dr Mariano Moreno»









