SUEÑO CON UNA EDITORIAL EN LA ESCUELA

Reportaje a Cristian Ramos

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“Para mí lo importante en la escuela primaria, es sembrar herramientas para que lxs pibxs se puedan expresar” nos dice Cristian Ramos, maestro en la Escuela Primaria Nº15 de Mar del Plata, donde arma libros y cortometrajes con lxs estudiantes.

Siete3Siete:¿Cómo te surgió la idea de hacer libros en la escuela primaria?

Cristian Ramos: Cuando empiezo a estudiar, siempre fui de buscar otras cosas, otras alternativas, sumado a que antes de empezar la carrera conozco las lecturas de Paulo Freire, y también algunos pedagogos más escondidos que se bordean a veces en la carrera como Makarenko, Fernand Deligny,  Celestín Freinet. Esta experiencia de escribir yo la tomo como una forma de expresión. 

Para mí, lo importante en la escuela primaria es sembrar herramientas para que lxs pibxs se puedan expresar. Me preocupa un pibe o una piba que no tenga herramientas para expresar lo que siente -sea desamor, sea amor, sea lo que sienta-. Alguien que no tiene cómo expresar lo que siente, va a ser un adulto o adulta pasiva, o sea, que va a consumir. Pienso que el sistema lo que quiere son sujetos pasivos, consumidores, no productores. Entonces, siempre voy con esta impronta, pensando en tratar de sacar de ellxs algo productivo, de hacer algo productivo por fuera del trazado lineal curricular. La currícula está buenísima, pero no nos alcanza. Lxs maestrxs somos buscadores de costados. Yo me curtí en el palo de la teología de la liberación y ahí me hizo un clic en la cabeza con el tema de la fe, pero militaba con los anarquistas. Y entonces ahí veía mucha música, publicaciones, etc., o sea, incrementaba esa idea de hacer, de crear.

Ya como maestro en las escuelas me pasó que las experiencias fueron a veces un poco chocantes, con directivxs, con inspectorxs, que no entienden esto de pensar a lxs pibxs como protagonistas, productores de textos, de arte. Yo lo estoy pensando desde otro lado y me costó muchísimo, hasta lo padecí, porque me han llamado “agente de aplicación”.

Para mí, lo importante en la escuela primaria es sembrar herramientas para que lxs pibxs se puedan expresar. Me preocupa un pibe o una piba que no tenga herramientas para expresar lo que siente -sea desamor, sea amor, sea lo que sienta-

Entonces, el año pasado una directora amiga me dice “venite acá, trabajemos acá, venite con todo ese mambo que tenés”. Y ahí empecé en la Escuela 15. Tengo una quinta hora, de doce a una, con un grupo de la mañana muy, muy cargado, son 39 en lista, de lxs cuales vienen 36, son un montón, pero bueno, son pibxs tranquilxs dentro de todo. A la tarde tengo 17.

Empecé a desarrollar prácticas del lenguaje, a trabajar con todo lo que son conectores, sustantivo, adjetivo, a reforzar todo lo que es lo gramatical; entonces se dio que ellxs empezaron a escribir. Empezamos a hacer entrevistas, a publicar fanzines, con recortes de diario, revistas, distintos tipos de tipografía. Y en esa búsqueda surgió una idea que no estaba planificada, pero el grupo daba para trabajar mucho. Y fue la idea de poner cuatro elementos arriba de la mesa, una cosa disparatada, de poner una peluca, un micrófono, un sombrero y un cráneo de plástico que había en la escuela, lo repartí en temas cada uno asignado un elemento, para armar un micro relato. La única condición es que no podía ser de género terror, lxs condicioné poco y surgió esto, este librito con cartón que tiene una etapa de grabado.

Conseguimos una donación de la Secundaria 69; tenían una prensa de grabado tirada ahí que no la estaban usando y se la pedí al Director, no estaba inventariada y me dice sí. La traje a casa en vacaciones y la empecé a toquetear a ver cómo funcionaba y me la llevé allá porque la escuela 15 está pensada para hacerse jornada completa en la orientación artística. Y la idea mía era, bueno, empezamos a trabajar, a producir.

Y entonces surgió este texto, que se llama “Historias de una quinta hora”. Después salió “Historias de una quinta hora II”. Esta vez les di un autito de colección, un broche, un fibrón y un borrador y les dije “ahora sí tiene que ser de terror”. Cuando empezaron a surgir las historias, uno se queja y me dice “ya sé lo que hiciste, al principio nos pusiste elementos que evidentemente eran de terror y nos pediste que no sea de terror y ahora sí”. Le dije que apelaba a la creatividad de ellxs, a fortalecer esa creatividad que tienen y a seguir ejercitándola.

Siete3Siete: ¿Y desde ahí arrancó a crecer el proyecto?

Cristian: A partir de eso lo empezamos a pensar como una editorial y ya salieron dos libros al hilo, dos libritos chiquitos, tienen microrrelatos. Lo loco de esto es que las tapas las armamos en la escuela. Lo único que hice yo en mi casa fue tipearlo, pasarlo y llevé los pliegos, llevé la abrochadora larga y armamos un grupo que abrochaba los pliegos, contaban los pliegos, doblaban. Otro grupo estaba encargado de las tapas, usamos técnicas de grabado y stencil.

La editorial surge de lo que empiezo a trabajar con lxs pibxs, pero la abro hacia mis compañerxs. Hay un maestro de primero que está pensando para fin de año armar un librito. Nosotros vamos a hacer el tercero. Todo sencillo, pero yo sueño, como todo anarquista, ¿no? Sueño con una biblioteca, una editorial, con una imprenta, y armar publicaciones de ellxs y que queden; y que sigan otrxs pibxs que vengan a continuar el trabajo, a editar y que vayan a otras escuelas, y que estén en una Feria, en cualquier lugar, que sean capaces de ser productorxs de relatos y de ahí se disparan un montón de cosas, de ahí salen cortos. Pero tiene que haber una editorial en la escuela.

La editorial surge de lo que empiezo a trabajar con lxs pibxs, pero la abro hacia mis compañerxs. Hay un maestro de primero que está pensando para fin de año armar un librito. Nosotros vamos a hacer el tercero

Además, a la editorial lxs pibxs le pusieron nombre, por votación. Se llama Pintó libros. Habían puesto una veintena de nombres y quedó ese.

Ahora estamos haciendo unos de Caperucita Roja, las versiones de ciudades apocalípticas, Caperucita Cris, Caperucita Negra, Caperucita Lila. Lxs profes de primero también van a editar uno con lxs chicxs. 

Siete3Siete: Pero salieron más cosas…

Cristian: Si, le di mi celular a uno y tomó registros. Lo interesante es que este nene, y después con un nene y una nena, empezaron a entrevistar a lxs demás compañerxs. Nos agarraron en acción, a modo de dejar un registro de lo que era el trabajo que estábamos haciendo, ¿no? Me importa que quede esto plasmado y que se lo puedan llevar, que lo puedan ver. Y algunxs en la casa, después, con costuras, con cordones, hagan sus propios libros, O sea, ¿qué es lo que promueve esto?: o filmar cortometrajes, o hacer radioteatro, que también lo hemos hecho, en fin, buscar otro tipo de alternativas, de expresiones. 

La escuela tiene que tener un espacio cultural; tienen que ir deportistas, poetas, músicos; la escuela tiene que rodearse de eso y lxs pibxs tienen que tener un tránsito por eso. Tendría que haber una sala de ensayo, tendría que enchufar una banda y tocar en la escuela… Como lo que se planteó en La escuela de la señorita Olga, como lo hizo Jesualdo Sosa, Herminia Brumana,  Luis Iglesias y tantos maestros. Ni que hablar de Macarenko o Freinet. Cuando hablo de los contextos vulnerables donde trabajamos a veces, ellos trabajaron no en escuelas modelos donde estaba todo bien, sino en contextos duros, con hijos de la guerra, con problemas. Nos hace falta nutrirnos de eso.

Lo interesante es que este nene, y después con un nene y una nena, empezaron a entrevistar a lxs demás compañerxs. Nos agarraron en acción, a modo de dejar un registro de lo que era el trabajo que estábamos haciendo

Yo me formé en una Escuela Normal más del centro, ahí hice mi práctica, pero cuando vos vas a un barrio y ves la realidad, ahí se te clausuran todos los discursos. Entonces, nos hace falta empaparnos más en la realidad y hacer proyectos. Creo que una escuela tiene que estar impregnada del proyecto y tiene que saber dialogar un mismo idioma con todas las esferas sociales que la rodean. La escuela tiene que hablar un mismo idioma cuando habla con el pastor, con el cura, con el club de fútbol, la organización de base, la huerta, la sociedad de fomento…

El diálogo, como también dice Freire, nace de la comunidad, uno se educa en comunidad, en comunión. Entonces, nos hace falta tiempo. Más tiempo a lxs maestrxs, bajarnos el laburo, la exigencia mecánica de ponernos siempre a hacer tareas administrativas para que tengamos espacios y lugares para hablar y pensar las clases con nuestrxs compañerxs. Nos hace falta hacer más huertas en la escuela, hacer más murales, o algún desafío que se nos escapa a nosotrxs por una cuestión de edad. Hay que buscar herramientas para que se puedan expresar, porque me parece que la educación ahora está siendo bastante pasiva, está generando sujetos pasivos y necesitamos que lxs pibxs se expresen.

La escuela con sus maestrxs tiene que ser un faro de vida para que ellxs el día de mañana se puedan dar vuelta y ver que fueron felices en la escuela. Que queden huellas espectaculares en lxs pibxs y aprendizajes que les marquen un camino en la vida más claro. Más que mirar internet y producir como una máquina. 

Nací en Mar del Plata hace 40 años, ciudad de playas, peatonal, puerto y desocupación, crecí en un hogar evangélico conservador donde a pesar de todo me nutrí de historietas y películas de terror. Abrace la cultura y música punk a partir de la adolescencia cuando mi padre se fue de casa, donde fue un punto de partida (creo para llegar a donde estoy). El 2001 y la Cumbre de los pueblos fueron procesos que dieron forma en mí, para hacerme muchas preguntas políticamente hablando. Trabaje en la construcción, como también en distintas panaderías de la ciudad y como me gustaba leer y hacerme preguntas, inicie mis estudios y me recibí en el ISFD 19. Actualmente hace poco más de 8 años que doy clases en primaria, actualmente me desempeño en la ep 15. También soy papa de Sheena y Juana y estoy en pareja con la seño Leti con quienes compartimos muchas inquietudes sobre lo que pasa en la educación. Hago música en Detonación Mental (banda), dibujo y escribo (“Profe, ¿Me atas los cordones? ed. Kuruf ,2020 “, “Relatos pandémicos, ed. El altillo, 2020”, entre otros textos de ediciones propias).