MAESTRAS ARGENTINAS

Reportaje a Mariana Caballero y Eduardo Mancini

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“Maestras argentinas. Entre mandatos y transgresiones” es un proyecto que rescata historias de maestras, maestros y maestres de todo el país. A lo largo de siete tomos se despliegan biografías, experiencias y reflexiones que constituyen, para lxs trabajadorxs de la educación, un verdadero patrimonio histórico del que apropiarse. “Son herramientas para seguir peleando en situaciones como la actual, de ofensiva contra la educación pública y de desvalorización del trabajo docente”, sostienen Mariana Caballero y Eduardo Mancini, sus compiladores, con quienes conversó Siete3siete.

Siete3siete: ¿Cómo surge esta idea?

Eduardo Mancini: Fui maestro de música en escuelas primarias hasta el año pasado en que me jubilé. También hice el profesorado en portugués y di clases en escuelas secundarias. Ya cerca de jubilarme surgió la idea. Tantos años de trabajo me habían llevado a conocer a mucha gente relacionada con la educación, tanto desde el punto de vista pedagógico como de las luchas sindicales, porque siempre estuve muy cerca de AMSAFE. Por otro lado siempre me gustó la historia. A la vez con mi hijo, que estudiaba Ciencias de la Educación y se recibió el año pasado, teníamos charlas sobre el tema continuamente. Nos dimos cuenta que no había un material específico dedicado a  las historias de las maestras de la Argentina. Hay sí trabajos biográficos y monografías pero como cosas sueltas o como capítulos en algún libro, pero no una obra de conjunto. Así fue surgiendo la idea. Pensé que tenía que hacerlo junto con alguien que tuviera un recorrido mayor por el lado de lo pedagógico y por eso pensé en Mariana que es una amiga de muchísimos años y compañera de luchas.

Mariana Caballero: Yo fui maestra de primaria 14 años y después fui profesora en institutos superiores, porque estudié Ciencias de la Educación. Y en el camino de este libro me jubilé. Participar en este proyecto me produjo una gran alegría, y durante la pandemia fue un sostén para mí tener esta tarea entre manos. Además de escritorxs, convocamos a ilustradorxs y fotógrafxs, y tres centros culturales rosarinos comprometieron su militancia para poder editar y vender los libros: La Toma, Inconsciente Colectivo y la Margarito Tereré.

Siete3siete: ¿Cómo lo organizaron?

E. M.: Hicimos una convocatoria invitando a escribir a la gente de Rosario que conocemos, tanto académicos como directores de escuela o con recorridos en la lucha de los maestros. A la vez, como nos proponíamos que incluyera a todo el país, empezamos a hacer contactos con autorxs de distintas provincias. La idea era hacer un libro de unas 300 páginas con unas 40 ó 50 biografías. En esto, empezó la pandemia y en cierto sentido agilizó el trabajo porque al pasar la gente a estar en su casa tenía tiempo disponible para conectarse y para escribir. El resultado nos sorprendió. Terminaron siendo dos tomos. Salieron en octubre del 2020 y se distribuyeron en medio de la pandemia, casa por casa, con la ayuda de compañerxs que iban en bicicleta o en moto y envíos al interior por correo. Esos dos ejemplares se vendieron muy rápido. Pensábamos que ya estaba, pero empezaron a surgir muchas compañeras y compañeros que querían sumarse y seguir la obra. También nos invitaron a ir a algunos lugares del interior y en esos viajes notamos que había un montón de historias muy importantes de cada provincia para contar. Y así fue que llegamos a los siete tomos.

Adriana  [PUiggros] dijo que estos libros son una recuperación de la experiencia docente, una historia de la educación escrita de otro modo, no desde las corrientes educativas sino desde las vidas

Siete3siete: ¿Y termina aquí?

E. M.: Pensamos que sí. Lo que nos queda por delante es seguir difundiéndola, terminar de colocar la obra impresa en papel y subir todos los tomos a internet para que circulen masivamente, de forma gratuita, entre las maestras, maestros y maestres, y en los Institutos de Formación Docente para que lleguen a lxs estudiantes que se están formando. Los dos primeros tomos ya pueden descargarse desde el portal de la SAIEHE y la Mediateca de CTERA. Como dijo Rodolfo Walsh, una de las desventajas que solemos tener lxs trabajadorxs es que nos quieren esconder y hacer olvidar las historias precedentes. El sentido más amplio de la obra es recuperar todas las historias del magisterio –múltiples y diversas-  y que lxs docentes se apropien de ese patrimonio histórico, porque son herramientas para seguir peleando en situaciones como la actual, de ofensiva contra la educación pública y de desvalorización del trabajo docente.

Siete3siete: Con el agregado de cada nuevo tomo, ¿se mantuvo la idea original?

M. C.: Inicialmente iban a ser historias de maestras, por la feminización clara del magisterio, pero a partir del tercer tomo incluimos historias de maestros y también de maestres. La diversidad de género estuvo muy presente. Y si bien el formato inicial era de biografías, después se fueron incluyendo textos literarios, poesías, que tienen que ver con este aspecto del sentipensar.  Porque a uno en la escuela le suceden cosas, se encuentra con otros mundos que a veces son muy distintos a la vida que uno tiene.  Y que muchxs compañerxs reflejan a través de textos literarios. También se incluyeron observaciones, reflexiones o cuestiones vinculadas a corrientes de América latina que intervienen en nuestra vida como maestrxs. Nos llamó la atención la alegría con que lxs compañerxs se prestaron a escribir. También quienes escribieron los prólogos, como Adriana Puiggrós, Ana Diamant y Pablo Pineau.  Adriana dijo que estos libros son una recuperación de la experiencia docente, una historia de la educación escrita de otro modo, no desde las corrientes educativas sino desde las vidas. Y Pineau plantea que es como entrar a una inmensa sala de maestros, extendida en el espacio y el tiempo, y allí se encuentran los carteles sindicales tapando las ventanas, en un rincón los restos de un acto que se realizó, por todos lados las victorias y las derrotas que cotidianamente los maestros tienen. Lo que define a estas obras es la pluralidad, la diversidad, lo federal, lo colectivo.

E. M.: Intentamos combinar a los estudiosos, los académicos que nos vienen formando hace décadas, quienes trabajan en los archivos rescatando historias, pero también a otros protagonistas que tienen la posibilidad de contar, por ejemplo lxs periodistas especializados en educación, o mujeres que vienen del feminismo. El feminismo, al estudiar la historia de las mujeres, redescubre facetas olvidadas del magisterio. También fueron convocados a escribir lxs luchadorxs, lxs que organizaron los sindicatos, para recuperar  a lxs maestrxs que se comprometieron con las luchas, muchxs de ellxs dieron la vida por nuestros derechos. Cuando uno se pone investigar es increíble la cantidad de historias que surgen. Por ejemplo, la cuestión de los pueblos originarios que recién emerge con fuerza en las últimas décadas, pero hay historias como la que cuenta Teresa Artieda y María José Ramírez sobre Rosa Cruz Arenas, una maestra de Salta que en los años 30 cuestionaba el paradigma de civilización o barbarie, y reivindicaba la cultura de esos pueblos. Para mí fue impresionante descubrir todo lo que se dio en el magisterio ligado a la emergencia del peronismo y en particular a Evita. Cantidad de maestras recién recibidas que se sumaron para habilitar el voto a la mujer, participando en la campaña de empadronamiento; y después, varias decenas de maestras fueron electas como las primeras legisladoras argentinas. Por otro lado, su participación en la inmensa acción de inclusión en la educación, acompañando la creación de las Escuelas Hogares, las escuelas hospitalarias y las domiciliarias -para atender a lxs alumnxs enfermxs- y, por ejemplo en la provincia de Buenos Aires, la expansión de la educación inicial.

Cantidad de maestras recién recibidas que se sumaron para habilitar el voto a la mujer, participando en la campaña de empadronamiento; y después, varias decenas de maestras fueron electas como las primeras legisladoras argentinas

M. C.: Y hay otra cuestión. En algún momento desarrollamos la idea de que la escuela había sido algo así como un “cuarto propio” para las mujeres, el espacio a partir del cual empezar otras actividades. Hasta el final de la década de los 60 muchas mujeres se recibían de maestras, e inicialmente trabajaban de maestras, pero después se convertían en abogadas, poetas, artistas… El paso por la docencia les daba, además de un título, la posibilidad de iniciar un camino que podía diversificarse. La escuela como el espacio para desarrollar otras habilidades o capacidades, en tiempos donde los derechos de las mujeres eran muy difíciles de conseguir y sostener.

Siete3siete: ¡Cuánta historia para apropiarnos!

M. C.: Las historias que aparecen rompen con la idea de que la historia la hicieron otros. Escribir la experiencia propia es una manera de ponerle un obstáculo a toda esta tendencia contra la escuela pública. Al escribirla, nos da una herramienta para entender, para conocer y también para organizarnos en un momento de enorme auge en contra de las políticas públicas. La escritura hace que una experiencia quizás cotidiana aparezca como algo que se comparte, que puede servir para que otro tome esa idea y la desarrolle.

Siete3siete: Y en lo personal, ¿qué historia lo movilizó más a cada unx?

M. C.: Yo traigo dos. Una es la historia que cuenta una maestra, Berta Temporelli: durante el Rosariazo le pide a la mamá de un nene la foto de su hijo, porque es uno de los muertos en ese acontecimiento. Era la única foto que la mamá tenía de su hijo Chichito, el ángel del Rosariazo. Esta maestra se queda con la foto y por diversas razones –traslados y luego un forzado exilio- no se la logra devolver hasta poder volver a encontrarla muchos años después. Y Berta nos cuenta esa historia.

Las historias que aparecen rompen con la idea de que la historia la hicieron otros. Escribir la experiencia propia es una manera de ponerle un obstáculo a toda esta tendencia contra la escuela pública

La otra es la de Olga Fagundez, una maestra que durante la Dictadura mira a sus alumnxs y sospecha que una niña es una criatura apropiada, que quienes dicen ser sus padres la han robado a una pareja de desaparecidos. Entonces les lleva la información a las Abuelas de Plaza de Mayo y poco después se logra restituir la verdadera identidad de la niña. Son historias mínimas pero vinculadas a las luchas y a momentos muy potentes del país.

E. M.: Hay una época que a mí me emociona especialmente, que es la de los años 70, la inmensa lucha que significó poner en pie la CTERA. Todo el proceso que hizo que hoy sea uno de los sindicatos más importantes del país, que unificó a toda la docencia y mantuvo la defensa de la educación pública en todos los períodos. Es conmovedora la historia de maestras jóvenes recién recibidas en los años 72, 73, que se vuelcan a la alfabetización en villas miseria, muchas de ellas luego desaparecidas; la historia de Marina Vilte, de Isauro Arancibia y de tantxs compañerxs que dieron la lucha en esos años y fueron víctimas de la Dictadura; las maestras que terminaron convirtiéndose en Madres de Plaza de Mayo por la desaparición de sus hijos; y la lucha de Mary Sánchez, Hugo Yasky, Cecilia Martínez y otrxs compañerxs en el Gran Buenos Aires haciéndole el primer paro a la Dictadura y volviendo a poner en pie la organización sindical. Es un conjunto de historias que me parece especialmente importante que los maestros conozcan.

Eduardo Mancini
Maestro de Educación Musical. Profesor de Portugués (UNR). Docente en escuelas primarias y secundarias de Rosario. Actualmente jubilado. Responsable editorial del Centro Cultural La Toma Ediciones de Rosario.

Mariana Caballero
Maestra de grado, Profesora y Licenciada en Ciencias de la Educación. Trabajó en varias escuelas primarias y fue Profesora en Institutos Superiores (Normal Nº 1, IES 28, Instituto Nº 62), en la UNR y en la UADER. Participó en comisiones directivas de su sindicato AMSAFE. Actualmente jubilada.