NO ERA UN TALLER Y NADA MÁS

Entrevista con Leonardo Barcelona y Noelia Núñez

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Ofrecer desde el arte un espacio de referencia para jóvenes. Este fue el propósito que guió la experiencia que llevaron adelante Noelia Núñez y Leonardo Barcelona durante el verano en Olavarría. Convocados por SUTEBA para implementar el Programa Juventudes y Arte Urbano, del Ministerio de Producción de Nación, se organizaron talleres -de Teatro e Imagen y de Muralismo- para jóvenes y adolescentes, con la idea de aportar a la revinculación de quienes habían quedado un poco relegados de la escuela durante la pandemia.

737: Para empezar, les pedimos que se presenten.

Noelia: Soy profesora de Prácticas del Lenguaje en secundaria y en nivel superior. Di el Taller de Teatro y hace dos años que estoy en el taller de Iniciación Literaria de la Escuela de Educación Estética.

Leonardo

Leonardo: Yo soy profe de Plástica egresado en la Escuela de Artes Visuales Miguel Galgano, de Olavarría. Mientras cursaba la carrera, con un grupo de amigas y compañeras teníamos un grupo que se llamaba “Falsa pimienta” y estábamos siempre en la movida del arte popular: murales, carnavales, etc. Después trabajé bastante tiempo en una mutual de arte vinculada al arte popular. En el 2010 tomé horas en la Escuela de Estética, un taller de arte público en los grupos de adolescentes, y ahora doy también un taller de Imagen y Palabra, así que con Noe ahí estamos siempre, acompañándonos en la escuela y en varios espacios.

737: ¿Cómo iniciaron la experiencia?

Leonardo: El programa bajó del Ministerio pero se armó a nivel local, eso estuvo muy bueno porque entonces fue contextualizado. Entre nosotres y la gente de SUTEBA decidimos a dónde nos parecía que era más necesario dar los talleres. Yo empecé dando el taller de muralismo en el Hogar San José, donde viven niñas de entre 13 y 18 años. Noe empezó con teatro en la Sociedad de Fomento del barrio Villa Aurora, y yo me sumé con el taller de muralismo.

A partir de un juego de improvisación empezaron a conformarse algunas escenas y trabajamos en una sobre la escuela; lo hicimos a partir del texto dramático. Por las características de su edad querían orientarse al humor

Noelia:  Nos costó un poco ponerlo en marcha porque el programa se inicia en octubre-noviembre, justo cuando estaba terminando el ciclo lectivo. Lxs chicxs, que venían de un 2020 de no haber ido a la escuela, fueron ese año a la escuela y estaban cansados. No somos solo lxs adultxs los que llegamos estresados a fin de año. Fuimos a varias escuelas, pasamos por los salones, repartimos folletos caminando por los barrios. Con el acompañamiento de SUTEBA tuvimos que darle una vuelta. Cambiamos la sede que habíamos pensado, empezamos…¡y nos agarró la tercera ola de COVID! Los dos nos contagiamos. Pero a fines de enero todo se empezó a acomodar.

Leonardo: En mi caso, que comencé en el Hogar, la Directora nos abrió las puertas. Había mucha avidez de tener una actividad, de trabajar con el arte, sobre todo en el verano porque las chicas están ahí, tienen una Pelopincho y no mucho más. El taller de Teatro había empezado en una sede de SUTEBA, en la mutual Carlos Moreno, pero a las chicas que iban se les dificultaba llegar desde su barrio. Entonces ellas propusieron ir al barrio. Noe se movilizó, junto a la gente de SUTEBA, y se consiguió que nos abran la Sociedad de Fomento de Villa Aurora. Se sumaron más chicas del barrio y ahí entré yo con el taller.

Lo primero que propuse fue hacer un autorretrato, sin espejo y sin foto, sino cómo se imagina que es, cómo se construye a partir de lo que les otres le devuelven, de lo que nos dicen cómo somos. Jugar con eso y en ese juego pensar la identidad, y pensar lo que somos más allá de lo individual

737: ¿Cuál fue la recepción a las propuestas que ustedes llevaron?

Noelia: Me encontré con adolescentes que tenían muchas ganas de actuar, de jugar. El taller estaba destinado a adolescentes a partir de los 12 años pero aparecieron chicas de 11 y por supuesto no le cerramos la puerta. Así que la propuesta tuvo que variar un poco. A partir de un juego de improvisación empezaron a conformarse algunas escenas y trabajamos en una sobre la escuela; lo hicimos a partir del texto dramático. Por las características de su edad querían orientarse al humor.

Leonardo: Todo el tiempo estuvo presente esto del entusiasmo, de las ganas de hacer vinculado a las ganas de encontrarse con otres, ya sea nosotres o sus compañeres. Tener un lugar a dónde ir, una actividad para hacer. En el caso del Hogar, si bien ellas estaban en el lugar, se creaba como un espacio dentro del espacio, porque las chicas estaban esperando el día, esperándome para ayudar a llevar los cajones con pintura, ayudando a limpiar los pinceles cuando terminábamos… Cuando uno encara estos espacios a veces lo hace con el prejuicio de la desidia, de que va a tener que ir a luchar porque no les va a interesar, que quizás no quieren hacer nada… Pero después en el taller se ve otra cosa. Lo primero que propuse fue hacer un autorretrato, sin espejo y sin foto, sino cómo se imagina que es, cómo se construye a partir de lo que les otres le devuelven, de lo que nos dicen cómo somos. Jugar con eso y en ese juego pensar la identidad, y pensar lo que somos más allá de lo individual, como grupo.

Noelia: Con Leo empezamos a trabajar articuladamente. A partir de las escenas que trabajamos en teatro, él pudo trabajar el muralismo. Eso hacía que ellas disfrutaran muchísimo de ir a los dos talleres.

Leonardo: Si, fue a partir de ejercicios teatrales que propuso Noe con gestualidades y posturas. Se pensaban escenas a modo de foto fija, se proyectaban las sombras de esa escena sobre un papel grande con una linterna, se dibujaban esas siluetas y luego se intervenían. El primer mural fue a partir de eso. Tengo un videíto donde las chicas, luego de terminado el mural, dicen “éstas somos nosotras”, “representa que nos gusta jugar”, “que nos gusta que nos vengan a visitar”, “que tenemos mucho amor para dar”. En cada imagen iba apareciendo algo que en un principio no había sido pensado explícitamente. En la elaboración van apareciendo los sentidos y los significados de lo que nos ponemos a pensar cuando hacemos artes.

Este vínculo con las familias y con la Sociedad de Fomento en ningún momento habíamos pensado que se iba dar, y fue algo muy bueno. Me parece que eso suma, es como rodear al taller. Es decir, no era un taller y nada más

737: ¿Y cómo se dio la relación con la comunidad?

Noelia: Se generó un lindo vínculo tanto con la Sociedad de Fomento como con las familias. Teníamos un grupo de whatsapp, donde las mamás nos avisaban que iban las nenas y nos pedían que les comunicáramos cuando terminaba, así las iban a buscar. Este vínculo con las familias y con la Sociedad de Fomento en ningún momento habíamos pensado que se iba dar, y fue algo muy bueno. Me parece que eso suma, es como rodear al taller. Es decir, no era un taller y nada más, es muy positivo ese vínculo que se hace con las familias.

Leonardo: De hecho, hubo toda una movida a partir del tema de las vacunas.

Noelia: Sí. Hicimos una mini encuesta y surgió que había una niña que no tenía las vacunas. Logramos comunicarnos con la mamá, charlamos y a la semana nos mandó el carnet con la primera dosis de la vacuna de su hija. Creo que pudimos encarar algo como Estado presente. Leo y yo estábamos felices con eso.

Leonardo: El último día de los talleres en la Sociedad de Fomento pudieron venir las familias. Hicimos el cierre del taller de muralismo y una muestra de teatro. Fue importante lo que se generó con las familias, llevaron comida, invitaron a lxs vecinxs, se armó una especie de kermés en el barrio. Me parece importante mencionarlo porque tiene que ver con lo que el proyecto se proponía sobre lo vincular. Conocimos y charlamos con las familias y eso fue muy lindo.

Noelia: Nosotrxs habíamos dicho que queríamos hacer una muestra y encontrarnos con las familias, y ahí ellxs empezaron a armar. Se escribían por WhatsApp y cuando llegó el día ya tenían todo preparado. Fue muy gratificante, estuvimos muy acompañados y sentimos que lo que estábamos haciendo tenía sentido. La experiencia fue muy enriquecedora, para los adolescentes creo que es una oportunidad súper valiosa.