Lxs Trabajadorxs de la Salud quedaron en la primera línea de trabajo en esta pandemia por el COVID-19 y los Centros de Salud del SUTEBA no se quedan afuera de esta difícil cruzada cotidiana.
Por eso, charlamos con algunas Trabajadoras que ponen el hombro día a día cuidando la salud de lxs Docentes y de sus familias, desde la primera línea de atención y contención, con un compromiso impresionante y un lema común que las hermana: “Entrar a un Centro de Salud también es entrar al Sindicato”.
Claudia Boulan, Responsable Gremial del Centro de Salud “Paulo Freire” de Florencio Varela hace aproximadamente 6 años, destaca en primer lugar que el trabajo en los Centros de Salud fue y sigue siendo una construcción colectiva con lxs compañerxs de la Secretaría de Salud del SUTEBA Provincia y de todxs sus Trabajadorxs.
En tiempos de coronavirus, las realidades se complejizan pero la mirada integral, preventiva y constructora de políticas de Salud es lo que caracteriza el trabajo cotidiano en los 16 Centros de Salud del SUTEBA en la provincia de Buenos Aires y lo que permitió que estos cambios se transformaran en fortalezas.
Además de continuar abiertos, los Centros de Salud acompañan codo a codo a lxs Maestrxs que sostienen la entrega de alimentos y que garantizan la continuidad pedagógica.
“A partir de que se dispusiera el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, organizamos una serie de modificaciones en el funcionamiento y en el modo de atención con el objetivo de preservar la salud ante todo”, nos cuenta Rosa Marcos, Responsable Gremial del Centro de Salud “Susana Pertierra” de San Miguel – General Sarmiento.
Mientras que Marcela Pitfer, Admisora del Centro de Salud “1° de Mayo” de La Matanza, agrega: “Nuestro trabajo se modificó completamente con este nuevo panorama. Constantemente modificamos nuestras formas de trabajo para cuidarnos y también para cuidar la salud de lxs afiliadxs y lxs profesionales médicxs”.
En cuanto a la atención, las Admisoras destacan el trabajo y las capacitaciones en triage telefónico y presencial, que permiten detectar casos sospechosos y tener un panorama general de la salud del/la paciente.
La inversión en equipos y equipamiento para los Centros y sus Trabajadorxs fue primordial para acompañar estos cambios. Mariela Guerra, Admisora del Centro de Salud de San Miguel – General Sarmiento hace 13 años, lo ejemplifica de este modo: «Estamos trabajando mucho y con un compromiso enorme. Todo el equipo del Centro está garantizando la atención y la campaña de vacunación antigripal. En un principio estábamos inquietxs y con miedo, sin saber lo que podía pasar. Pero se están tomando todos los recaudos y las medidas necesarias para hacer nuestra labor con tranquilidad».
En relación a la campaña de vacunación antigripal, Rosa Marcos agrega que es otro de los puntos primordiales para preservar la Salud de lxs afiliadxs adultxs mayores de 65 años y de lxs que conforman los grupos de riesgo.
Por su parte, Laura Barrios, Admisora del Centro de Salud de San Miguel, subraya: «La contención es primordial en esta etapa que estamos atravesando y por lo que más trabajamos cuando hablamos con lxs pacientes».
Marcela coincide en que es un trabajo constante para que lxs afiliadxs tomen conciencia del aislamiento, pero que día a día la confianza mutua se va acrecentando.
“De un día para el otro tuvimos que adecuar la modalidad de atención de todos los Centros de Salud, canalizar las demandas de manera no presencial y eso significó un cambio rotundo. Evaluamos también las urgencias para las que se necesita una consulta presencial y damos respuesta a estas situaciones. Todxs lxs involucradxs asumimos nuevos roles según nos fue requerido en estos cambios que aún están sucediendo”, destaca por último Luciana Ierace, Coordinadora del Centro de Salud de San Miguel – General Sarmiento y Médica Generalista.
En palabras de Luciana, que representa en esta oportunidad a todas las mujeres entrevistadas, se hace especial hincapié en que en este escenario tan dinámico, son muy importantes los espacios formales e informales para acompañarse, para delimitar las tareas, conocer los protocolos y compartir las angustias que van surgiendo.
Seguir estando juntas, de diferentes formas, sigue siendo lo primordial para enfrentar estos tiempos sin sentir soledad. En la primera línea o en la última, nos agarramos codo a codo.