MANOS A LA OBRA PARA TRANSFORMAR LA REALIDAD

Educación de Jóvenes y Adultos

“Lo más importante para nosotros es ser protagonistas de una transformación social y comunitaria a través de procesos socio-educativos”, nos comenta la profesora Patricia Corzo, una de las referentes del Equipo Manos a la Obra, colectivo de docentes en La Matanza. A partir de esa definición, hizo un repaso de las experiencias que vienen desarrollando, sintetizó los aportes de Paulo Freire y propuso algunas certezas en momentos de incertidumbre.

737: ¿Qué es el equipo Manos a la Obra? ¿Cómo surgió y con qué objetivos?

Patricia Corzo: Nosotros somos un colectivo de docentes y referentes sociales a los que les interesa la educación. Además de docentes, también hay directores, asesores, inspectores y referentes de organizaciones sociales, todos de La Matanza.

Trabajamos en escuelas con el objetivo de aportar a la mejora de la Modalidad de Jóvenes y Adultos, principalmente en sus aspectos político-pedagógicos. Para eso construimos materiales que están organizados en un trabajo integrador de actividades para estudiantes y soportes para docentes. A estos materiales los llamamos Episodio 1 y Episodio 2, y así hicimos dialogar las distintas áreas que componen la propuesta de diseño curricular, tanto de secundaria como de nivel primario, desde la formación general y la formación integral y por proyectos, para que esta idea tenga un sentido. Y el sentido que nosotros le dimos en el marco de la pandemia es la defensa de la vida.  

Los invitamos a recorrer esta propuesta pensada como aquella donde la pedagogía se presenta como “del territorio” y donde los saberes que se van construyendo en esta etapa se develan como la didáctica integrada de los contenidos / saberes, a ser aprehendidos por Tod@s.

Su nivel de concreción no nace de asignaturas aisladas sino desde el corpus epistemológico de las ciencias fácticas y formales. Las juntamos y les propusimos entrar en diálogo.

¿Estamos dispuestos a considerar esos saberes nacidos en Defensa de la Vida para acreditarlos como saberes socialmente productivos? El convite está hecho.

El espacio surge como una necesidad de formación continua de los docentes y también de los referentes locales que se ocupan de la educación en varias dimensiones. Lo más importante para nosotros, en este espacio, es ser protagonistas de la transformación social y comunitaria a través de procesos socio-educativos.

Como muchos saben, en el marco de la Educación de Jóvenes y Adultos, los programas de terminalidad, entre ellos FinEs, habían sido muy fuertes en todo el país y particularmente en la provincia de Buenos Aires, entre 2010 y 2016 aproximadamente. Ese plan se puso en marcha años después de la promulgación de la ley que establece la secundaria obligatoria. Recordemos que hasta 2007 (la ley se aprueba en diciembre de 2006) la escuela secundaria no era obligatoria. Por otra parte, el censo efectuado en 2010 reveló que en todo el país casi 14 millones de personas no tenían el nivel secundario terminado. En la provincia de Buenos Aires, el 40 por ciento de hombres y mujeres mayores de 18 años que no tenían la terminalidad educativa representan actualmente más de 6 millones de personas.

empezamos a pensar, junto al equipo de profesores de la UniPe que ofrecen la carrera de educación de jóvenes y adultos para docentes, una propuesta de formación para el territorio. Hay muy poca oferta en el país destinada a la formación de esta modalidad específica, que es atender a los mayores de 18 años que no han podido terminar su escolaridad primaria y secundaria. Por eso, una de las demandas que viene siendo histórica

Y lo que vino a hacer el programa FinEs, en su momento a cargo de nuestra gran y querida compañera Mary Sánchez, es pensar la propuesta de un plan que llegara incluso a los barrios, en articulación con las escuelas. Esto es importante decirlo porque Manos a la Obra tuvo mucho desarrollo durante la vigencia de ese programa, desarrollo que obviamente se vio interrumpido por los violentos ajustes que hubo en educación durante el gobierno de Cambiemos. Por eso el colectivo Manos a la Obra vio esta necesidad de juntarse, de reunir fuerzas, ideas para las barriadas, alejadas de toda posibilidad incluso laboral. Recordemos lo que fue ese período reciente en nuestro país.

737:¿Cómo fue la experiencia de la Diplomatura que desarrollaron junto a la UniPe? ¿En qué ejes pedagógicos se basó?

P.C.: Nosotros volvimos a juntarnos en la época en que se había interrumpido el proceso que veníamos trabajando antes de 2016. Estábamos luchando en las calles por los derechos de los docentes, pero también de los padres, de los estudiantes, por lo que estaba pasando, y en ese momento empezamos a encontrarnos en la Secretaría de Educación del Municipio. Una de las acciones que llevamos adelante fue realizar ese proceso de articulación con la Universidad Pedagógica.

Nos acercamos, a través del rector, Adrián Cannellotto, cuya labor reconocemos. Y empezamos a pensar, junto al equipo de profesores de la UniPe que ofrecen la carrera de educación de jóvenes y adultos para docentes, una propuesta de formación para el territorio. Hay muy poca oferta en el país destinada a la formación de esta modalidad específica, que es atender a los mayores de 18 años que no han podido terminar su escolaridad primaria y secundaria. Por eso, una de las demandas que viene siendo histórica y que habíamos recorrido antes de 2016, volvemos a ponerla en valor. Con el equipo de profesores de la UniPe empezamos a pensar cuáles eran las necesidades particulares de La Matanza con respecto a la formación docente.

Ellos tenían una propuesta, nosotros les contamos la nuestra y les propusimos trabajar en esa articulación, incluyendo también talleres académicos donde la práctica de la propuesta pedagógica jugara un papel central. Aceptaron eso y empezamos ese recorrido.  La Diplomatura se llevó a cabo los sábados, durante 2019. Comenzó en mayo y terminó en diciembre, y participaron unos 120 docentes de La Matanza.

737: La continuidad de esa experiencia fue interrumpida este año por la pandemia del coronavirus. ¿Qué desafíos enfrentan a partir de esta emergencia?

P.C.: Para responder a tu pregunta, primero quiero hacer foco en esos talleres, porque ahí está lo fuerte de la propuesta que estamos desarrollando en este marco de la pandemia. Los talleres que estuvimos articulando con la Diplomatura, donde participaron representantes de la Universidad de La Plata, de Riosal-clacso y del Ides (Educación y Trabajo) expresan el desarrollo de la pedagogía del territorio, en el marco de la construcción de la pedagogía crítica, una corriente de la educación que venimos abrazando desde hace muchos años a través de Paulo Freire.

esta pandemia llegó como una suerte de reflector para iluminar las desigualdades preexistentes (…). Pero también, y paralelamente, otra de las certezas es el obstinado convencimiento que tenemos de reivindicar el hecho educativo

Él trabajó por la transformación social a través de los que llama los dejados de lado por el sistema educativo, que son esos jóvenes y adultos que no han tenido oportunidades de estudiar. Entonces, desarrollamos un taller de la corriente pedagógica territorial, otro sobre las trayectorias educativas y también uno sobre lo pedagógico y lo didáctico. Algunos de los  compañeros que participaron venían desarrollando una experiencia educativa con materiales impresos de las distintas áreas, algo inédito en el país, porque no existen materiales específicos para adultos.

¿Por qué te cuento esto? Porque fue importante esta apuesta para pensar ciertos procesos. Los docentes siempre pensamos cómo llevar a la práctica concreta las ideas de los grandes teóricos, de las corrientes pedagógicas que cada uno tiene. Por eso, en relación a tu pregunta, y considerando estos talleres que fueron tan importantes para pensar procesos pedagógicos, nosotros entendimos que el confinamiento que estamos transitando tiene mucho de incertidumbre, es verdad, pero también creemos que tiene algunas certezas que consideramos centrales para sentirnos juntos en este proceso.

737: ¿Cuáles son esas certezas?

P.C.: Nosotros decimos que esta pandemia llegó como una suerte de reflector para iluminar, para dejarnos ver con mayor precisión, las desigualdades preexistentes, referidas a las cuestiones estructurales de fondo, a los recursos escasos en los soportes virtuales, más que nada en nuestros barrios vulnerados de ciertos derechos. Pero también, y paralelamente, otra de las certezas es el obstinado convencimiento que tenemos de reivindicar el hecho educativo. Convencidos de estas certezas, desplegamos una serie de estrategias para estar cerca y acompañar a nuestras comunidades con lo que mejor sabemos hacer, que es crear y recrear el vínculo pedagógico primordial para este contacto.

La idea de optimizar este colectivo pensando estrategias, sentidos, empatías, la sintetizamos en un trabajo colaborativo. Y pensamos una propuesta específica para los estudiantes, también obviamente como soporte para los docentes, donde damos cuenta del recorrido de lo que para nosotros significa el aprendizaje. Nosotros decimos que la discusión no es tecnológica, aunque esto es importante en estos momentos, sino más bien pedagógico-política o ético-pedagógica, como lo quieras llamar.

737: Ante la incertidumbre, ustedes proponen la certeza de que van a construir estrategias para estar cerca…

P.C.: Exactamente. Y además, entendiendo que el estar cerca implica una propuesta, o una puesta en acto, como nos gusta decir, entre iguales, porque los jóvenes y adultos tienen las mismas experiencias, vivencias y problemáticas que tenés vos y que tengo yo, en relación al trabajo, a la plata que no alcanza, a las situaciones en las que todos estamos sumidos hoy. Pero también creemos en un espacio potente de aprendizaje que estamos teniendo en este proceso. Juntamos estas ideas, y a través de lo que habíamos experimentado en los procesos de la Diplomatura, pusimos en concreto esta pedagogía del territorio en relación al cuidado de la vida. A nosotros nos gusta poner por delante el aprendizaje en el cuidado de la vida, en defensa de la vida. Este inédito viable, como conceptualiza Paulo Freire en su libro Pedagogía de la esperanza. Él habla de eso, que esos inéditos pueden ser viables, si tenemos en cuenta qué es lo que queremos, el para qué de la educación y la necesidad de transformar los espacios donde hacemos.

737:¿Cómo sintetizarías los aportes de Paulo Freire?

P.C.: Él esencialmente lo que dice es que la educación no debería ser bancaria. Y cuando dice bancaria se refiere a la educación que recibimos en un momento de la historia, en la que el docente tenía el saber, el estudiante tenía que escuchar y solo responder, sin generarse la necesidad de un debate y de distintas formas de aprender, porque todos somos distintos. Entonces, Freire sostiene que entender a la educación como crítica –y no bancaria- implica que todos participemos para transformar las sociedades, a partir de las comunidades, con la idea de entender que todos somos iguales ante los derechos y que nuestra voz tiene que ser escuchada en todos los ámbitos.

El dice que «todos nosotros sabemos algo«, que también «ignoramos algo» y que justamente por eso «aprendemos siempre» y estamos en constante aprendizaje. Lo que hoy para la ciencia puede ser indiscutible, mañana puede cambiar. Y de hecho lo estamos viendo con esta pandemia. La ciencia va cambiando como también van cambiando los aprendizajes para llegar a las respuestas que se necesitan.    

737: Freire rompe con una mirada unidireccional, vertical, y de ese modo propone una pedagogía para la transformación…

Freire sostiene que entender a la educación como crítica –y no bancaria- implica que todos participemos para transformar las sociedades, a partir de las comunidades, con la idea de entender que todos somos iguales ante los derechos y que nuestra voz tiene que ser escuchada en todos los ámbitos.

P.C.: Claro, todos debemos ser protagonistas si realmente queremos sociedades igualitarias. Él le pone mucho énfasis a esta cuestión, pero pasa el tamiz por el tema del aprendizaje. En el encuentro del mundo de la ciencia, de la epistemología, y el mundo popular, de los saberes populares, existe necesariamente la necesidad de romper con lo dominante. En el sentido de entender el derecho de la educación para todos en Estados democráticos.

737: ¿Qué balance realizás sobre el recorrido de Manos a la Obra desde su inicio?

P.C.: Te doy una respuesta en dos sentidos. Uno bien concreto. Desde el equipo docente Manos a la Obra elaboramos unos materiales, que se llaman  Compartiendo Saberes, y los invitamos a todos a recorrerlos. Eso por un lado. Por otra parte, nosotros creemos que todo lo que esté relacionado con la formación continua de docentes, desde esta pedagogía crítica, es lo más importante que nos puede pasar como educadores.  

La tarea básica y específica que tenemos es pensar colectivamente y proponer ideas en este sentido. La educación debe pasar responsablemente por el tamiz de la perspectiva pedagógica y didáctica, más que tecnológica. La invitación, o el cierre de esta charla, es que en este mientras tanto que nos toca vivir tratemos de seguir haciendo escuela con esperanza, y también nos preparemos para ese día tan esperado del abrazo fraterno. Y muy especialmente, para el momento de compartir el conocimiento construido en este tiempo. “Educador haciendo” es nuestro lema. “Educador haciendo con y entre Otrxs”, es nuestro norte convocante, una invitación para lo que viene. 

Patricia Corzo es profesora universitaria en Ciencias de la Educación y especialista en Educación. Ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Provincial desde su trabajo docente como Secretaria, Directora e Inspectora de la Modalidad de Jóvenes y Adultos, entre otros. Es coautora del libro «Pedagogía y Didáctica en la Educación de Adultos», publicado en 2019 por la editorial Novedades Educativas.