Comienza el ciclo lectivo en un contexto signado por fuertes procesos de vulneración de derechos, el incremento brutal en la desigualdad y la exacerbación de los discursos de enaltecimiento del individuo. Uno de los puntos de impacto en las escuelas se manifiesta, a veces dramáticamente, en los vínculos con las comunidades. “Tal vez ya no son como los pensábamos antes” dice Sofía Thisted, y plantea la importancia de construir una política institucional que vuelva a mirar quiénes son hoy las familias y a pensar nuevas conversaciones, puentes y tramas.

Siete3Siete: ¿Cómo ves hoy la relación entre las escuelas y las comunidades?
Sofía Thisted: Una de las primeras cosas a pensar en este tiempo, es que la profundización de las desigualdades y el aumento de situaciones de vulneración de derechos en el último año y medio en la Argentina, impactan de lleno en las relaciones entre escuelas y comunidades. También son crecientes las dificultades que encuentran las escuelas para hacerle frente, para acompañar a las familias en sus necesidades. La pobreza es principalmente infantil y las escuelas públicas que atienden a la población más pobre están fuertemente conmovidas por incrementos brutales en la desigualdad. Particularmente en jurisdicciones como la provincia de Buenos Aires, el noroeste argentino, Chaco, Corrientes, Rosario, lugares donde estos procesos de vulneración de derechos están profundizándose de una manera que no habíamos visto en las últimas dos décadas. También nos encontramos con procesos de desarticulación de las políticas nacionales de cuidado de las infancias y de cuidado de las mujeres, que son las que cuidan a las infancias. De cuarenta y siete políticas destinadas a cuidar a las infancias quedan en pie ¡siete! Esto repercute en las redes de acompañamiento a las instituciones educativas. A esto hay que agregarle que atravesamos una época en donde hay una exacerbación de los discursos de enaltecimiento del individuo, como alguien que se salva a sí mismo. Y esto es otra cuestión que hay que poder trabajar a la hora de pensar la construcción de vínculos con las comunidades, con las familias, con lxs otrxs adultxs en las instituciones. Hay un autor francés, Éric Sadin, que habla de la era del “individuo tirano”, un individuo muy irascible, que se enoja fácilmente, que se descontrola. Y creo que se registra algo de esto en el cotidiano de las escuelas; situaciones que uno podría decir mínimas, que uno no cree que vayan a tomar envergadura, y de repente toman una envergadura enorme.
Siete3Siete: ¿Cómo encarar esto desde las escuelas?

Sofía Thisted: Lo primero, creo, es tener una política institucional muy cuidadosa de pensar esos vínculos, tal vez como no los pensábamos antes. Pensar, por ejemplo, quiénes son las familias en este momento de desarme del trabajo, de desarme de las referencias comunitarias, de las políticas públicas. Mirar algo que ya vimos con la pandemia, cuando a través de los celulares accedíamos a los mundos domésticos: ¿quiénes son estas familias, quiénes están sosteniendo estas infancias? No dar por sentado que son los papás o las mamás los que paran la olla o los que abrazan un niño o una niña cuando vuelve de la escuela. Muchas veces lo son y otras veces son otrxs adultxs. Desde ya no dar por sentado que las familias están compuestas por papás y mamás, hay muchas formas de configuración familiares. Y hay muchas configuraciones que hoy son efectivas y que no tienen que ver con los vínculos de sangre, ni con los vínculos formales de sostenimiento de las infancias. Hay tramas en las que se articulan vecinos, las famosas “tías” que no son tías, gente próxima que ayuda en el cuidado de niñas y niños cuando las madres, especialmente, tienen que salir por trabajos que están lejos. Hay que darse una política institucional de leer esa trama, ver quiénes son, qué inscripciones culturales tienen, qué pautas de funcionamiento cotidiano hay en esas familias. Y pensar que cualquier configuración de cuidado de un niño, de contención, de transmisión de efectos, de transmisión de saber, es válida. Que tal vez la escuela queda un poco vieja en su forma de dirigirse a estas adultas o adultos que cuidan a los niños, o a esxs no tan adultxs que muchas veces quedan en estos lugares de cuidado. Tener una mirada sensible, que desnaturalice aquello que nos parece que “tiene que ser”.
tal vez la escuela queda un poco vieja en su forma de dirigirse a estas adultas o adultos que cuidan a los niños, o a esxs no tan adultxs que muchas veces quedan en estos lugares de cuidado. Tener una mirada sensible, que desnaturalice aquello que nos parece que “tiene que ser”
Siete3Siete: Esa mirada algo “vieja” dificulta el encuentro, ¿no?
Sofía Thisted: Así es. Pero además tenemos que pensar a qué convocamos a estas familias, a estas personas que están atravesadas por situaciones difíciles. Tratar de construir una agenda de convocatoria que sea relevante, interesante y que no dé por sentadas cosas que creemos comparten con nosotrxs acerca de qué es lo que tiene que hacer la escuela sobre distintos temas. Poder explicar por qué y cómo enseñamos matemáticas, por qué y cómo enseñamos a escribir. No imaginarnos que se va a dar por bueno lo que la escuela hace. En este tiempo la escuela está discutida no sólo en los medios. En otra época fue la única institución que educaba, hoy Instagram nos provee a todos y a todas instrucciones acerca de cómo debe ser todo. Este tipo de cuestiones entran en disputa con lo que la escuela propone. Y en relación con esto, otra cuestión es pensar cuáles son los canales de comunicación con las familias.
Siete3Siete: Algo hoy bastante polémico.
Sofía Thisted: Hay una controversia acerca de los grupos de WhatsApp, los grupos de información que las madres y padres tienen con la maestra, y los que tienen sin la maestra. Esto, creo, tiene que ser objeto de conversación, poner una palabra antes de que sucedan los conflictos o las descalificaciones por esas vías, aunque no sean canales institucionales. Ese tipo de cuestiones tendría que ser objeto de discusión entre compañeras, entre compañeros. Antes que detone un emergente. Y también discutir cómo hacemos público lo que la escuela hace y cómo nos acercamos a las culturas, a las formas de ver el mundo de esos grupos familiares de modo que la experiencia escolar no sea tan lejana, tan inasible. Buscando al mismo tiempo, cómo en esa aproximación no nos mimetizamos. Es decir, la idea no sería que si una escuela está en un barrio con mucha comunidad de alguna nacionalidad lo único sea trabajar con esa referencia, pero sí reconocerla, nombrarla, darle entidad. Esto se puede generar con distintos gestos que enriquezcan la experiencia escolar para todas y todos: mostrar que el día de las familias o de las madres o del padre se festeja de distintas maneras en distintos lugares; o la forma de dormir bebés son otras, con distintas canciones, con distintos rituales; o que los relatos populares de diferentes zonas del país o de América Latina son distintos pero abordan ciertos temores comunes, o que los juegos que jugaron los padres de lxs niñxs son distintos o parecidos a los que se juegan en la zona donde esa institución está instalada. Son formas de establecer puentes, de construir conversaciones.
también discutir cómo hacemos público lo que la escuela hace y cómo nos acercamos a las culturas, a las formas de ver el mundo de esos grupos familiares de modo que la experiencia escolar no sea tan lejana, tan inasible

Siete3siete: Es esta idea de armar puentes, ¿cómo ves la relación de la escuela con otras instituciones?
Sofía Thisted: Algo que pareció suceder en la pandemia es que muchas escuelas se vieron por primera vez obligadas a contactarse con instituciones que la rodeaban. Como que hasta ese momento no existía el vínculo, o era algo muy formal. Y en general las familias tienen vinculación con alguna institución social, de salud, religiosa, deportiva… Esto es algo estratégico para la escuela pensando en esta complejidad de la que venimos hablando y de la magnitud de la desigualdad. La escuela hace treinta o cuarenta años no tenía el imperativo de reconocer todas las voces; la suya parecía ser la válida, la única. Hoy lo que se espera de las escuelas es mucho más complejo, es distinto. ¿Cómo hace sola? La escuela puede, pero sola no puede, hubiera dicho Luis Cabeda[1]. O sea, la escuela puede y puede muchas cosas. Es una institución que sigue siendo muy potente. En la pandemia, la escuela puso sobre la mesa todas las cosas que articula, silenciosamente, en función de los cuidados y las situaciones que tienen que ver con las infancias, y también con las madres y los padres y sus condiciones de vida. Pero todo eso la escuela sola no puede. Una escuela que articula con una sociedad de fomento o un club barrial, con actividades que se pueden hacer utilizando otros espacios; una escuela que articula con el Centro de Salud, por ejemplo mapear necesidades vinculadas a la red de agua potable o al estado de las napas; una escuela que está en red, que se trama y se enraíza en su territorio es una escuela mucho más potente, con mejores condiciones para su vínculo con las familias. Es muy importante para las escuelas y para las políticas públicas, pensar el trabajo de las maestras y los maestros, no solamente adentro de cuatro paredes sino en territorio. Con la complejidad que tiene esto, porque hay algunos territorios que están cruzados por una cantidad de situaciones muy complejas, que no quisiera minimizar ni edulcorar. Y retomaría algo que decía al comienzo, hacer todo esto en tiempos donde se pregona el individualismo, el “sé tú mismo”, “armá tu propio recorrido”, “gestioná tus emociones”. Todo ese tipo de mandatos desarman las tramas de lo colectivo. Hacer con otrxs es algo que les cuesta a las pibas y pibes, a las familias, y a lxs docentes. En el 2001, en la descripción de situaciones terribles de vulneración de derechos, se encontraba mucha respuesta de “nos juntamos y armamos el club del trueque”. Hoy derivó en esos puestos de venta de objetos donde la iniciativa es de cada uno; cada uno va a vender sus cosas. Me deja pensando, porque una cosa es conseguirse cosas para vender en la calle y otra es construir con otrxs una estrategia: tengo esto, te lo doy y vos me das aquello… Es un momento en que lo colectivo aparece como contra-cultural; armar común, dentro y fuera de las paredes de la escuela, es una construcción contra-cultural. Ceo que esa es la disputa. Armar común, armar proyectos que nos hagan estar con otrxs.
Es un momento en que lo colectivo aparece como contra-cultural; armar común, dentro y fuera de las paredes de la escuela, es una construcción contra-cultural. Ceo que esa es la disputa. Armar común, armar proyectos que nos hagan estar con otrxs
Siete3Siete: ¿Qué les dirías a las y los docentes que en este comienzo de ciclo lectivo están recibiendo en las escuelas a alumnos y familias?
Sofía Thisted: Es un momento de mucho repliegue sobre nosotros mismos, hay situaciones que se viven como amenazantes o que nos invitan a meternos para adentro. Eso lejos de evitar problemas, creo que nos construye las condiciones de nuevos problemas. Invitaría a las docentes, a los docentes, a juntarse con otrxs y a pensar cómo se arman cosas puntuales, que sean sostenibles. A veces se entiende la relación de la escuela y las familias como cada maestrx con su grupo de alumnxs. Pero estaría bueno pensar algunas cosas que sean en colectivo. Aunque no sea toda la escuela, quizás tres o cuatro maestras, las de un ciclo, las profes de plástica, los profes de educación física; en secundaria tal vez los de una división… Invitando a las familias a hacer algo, pero no como de unx a un grupo de familias, sino hacerlo colectivamente. Mostrar tejidos interinstitucionales, e invitar a tejidos extrainstitucionales. Juntarnos para que el trabajo sea menos solitario, para que nos sintamos menos expuestxs. Entre el desánimo que produce mucho de lo que está sucediendo y la preocupación por la propia existencia, eso nos lleva a meternos adentro. Tal vez suene a una invitación voluntarista, pero pienso que juntarse y hacer algo aunque sea de a dos, tres, cuatro con las familias, arma algo distinto. Da fuerza y hace más habitable la escuela para todas y todos.


Sofía Thisted, Doctora en Educación, es Profesora en las Universidades de Bs. As. y La Plata, e integrante del Equipo de la Secretaría de Educación y Cultura de SUTEBA.
[1] UN MAESTRO QUE NOS SIGUE HABLANDO. Podcast de cinco Episodios que recupera -en la voz del maestro matancero Luis Cabeda algunas de las anécdotas y de sus siempre vigentes reflexiones sobre el trabajo de educar. https://revista.suteba.org.ar/2023/05/04/un-maestro-que-nos-sigue-hablando/