Una generación de trabajadorxs docentes militantes del SUTEBA -la que en los 90 protagonizó las luchas contra el intento neoliberal de vaciar la escuela pública- comenzó a conocer y a querer a Lili en la Carpa Blanca. Con compromiso y amorosidad, ella estuvo, como Médica, acompañando, asistiendo y conteniendo a los sucesivos contingentes de docentes ayunantes de todo el país que pusieron su cuerpo para sostener ese gesto colectivo de dignidad plantado frente al Congreso Nacional durante 1003 días. Con ese mismo compromiso trabajó en el desarrollo del área de salud laboral del Sindicato, se desempeñó como Secretaria de Salud de la CTA Provincia de Buenos Aires y actualmente es Subsecretaria de Salud Laboral y Condiciones de Trabajo de CTA nacional. Su mirada sobre el lugar que en el proceso salud-enfermedad de lxs trabajadorxs tienen las condiciones y organización del trabajo, ha sido un aporte fundamental en los debates sobre el trabajo docente.
Siete3Siete le pidió a Lili que contara sobre su trayectoria y su proceso de reflexión.
Esto es lo que quiero
Le dediqué mi vida a la Medicina del Trabajo, es mi pasión. Me recibí de médica en el 79, época de Dictadura; comencé la especialización de dermatología y hacia varios trabajos, pero sin rumbo porque la coyuntura del país ameritaba otros compromisos. En el 81 encontré trabajo en la guardia de una clínica donde hacían los exámenes de salud a los colectiveros de larga distancia. Yo no sabía nada de Medicina del Trabajo, ni de Epidemiología, pero comencé a ver que había síntomas que se repetían en todos los trabajadores de esta actividad y que se acrecentaban más cuanto más tiempo estaban sobre el micro, manejando y por sobre todo el desgaste por la falta de descanso. Pensé “acá hay algo” y los empecé a estudiar, a buscar bibliografía, y entendí que había relación directa entre las condiciones de trabajo y la salud. En el 82 me entero de que en el Colegio Médico de Avellaneda estaban dictando el curso de especialidad de Medicina del Trabajo, pero como yo ya tenía dos hijos y no tenía un mango, le pedí a mi viejo si me bancaba; obviamente que aceptó pero me dijo “¿por qué no hacés otra especialidad, dermatología, oftalmología?, es más apropiado para una mujer y más redituable.” Y no, a mí me encantaba eso “la salud de lxs trabajadorxs”, así que lo hice. Por supuesto, lo que me enseñaban era cómo detectar las mentiras que el obrero usaba para no ir a trabajar, los conocimientos eran tendenciosos y desde la mirada absolutamente sesgada, el trabajador era mentiroso y faltador. De pronto conozco a un profesor que había estado en el exilio, el Doctor Carlos Aníbal Rodríguez, quien luego fue Ministro de Trabajo en el gobierno socialista en Santa Fe. En ese momento él nos enseña el proceso de salud y trabajo desde la relación capital y trabajo, la plusvalía real y concreta no teórica, la alienación del trabajo, desgaste obrero y el modelo italiano, rol de la formación de delegadxs de seguridad etc., todo aplicado y con la óptica de la salud de lxs trabajadorxs. Yo estaba fascinada, trabajaba haciendo guardias y visitas domiciliarias, pero desde otra visión y dije “esto es lo que quiero, desde este lugar debo retribuir todo lo aprendido en la universidad pública.” Y mi viejo me entendió. Estudié muchísimo y quedó una amistad muy fuerte con cariño y respeto que aún perdura. Ya tenía a mis tres hijos… Entré a la Municipalidad de Avellaneda como Jefa de Control de Plagas y comencé a poner en valor la importancia de trabajar siempre con la participación de lxs trabajadorxs, fue un buen comienzo. En el 84, al Dr. Rodríguez lo nombran en el Ministerio de Trabajo como Director de Higiene y Seguridad, me ofrece incorporarme a su equipo de trabajo. Necesitaba una persona de confianza para hacer investigación en un programa de OIT sobre evaluación de condiciones de trabajo, algo inédito en Argentina, con seminarios tripartitos: el Estado, los Sindicatos y lxs empresarixs. Fue un crecimiento académico concreto y también político.
En la UOM de Villa, crecí
En los 90, gobierno de Menem, con el cambio de autoridades, me trasladan a un puesto de trabajo para atender expedientes, o sea era un lugar de trabajo que además de no entenderlo no me gustaba, por lo cual renuncio. Sigo en la Municipalidad de Avellaneda en Control de Plagas. Nuevamente el Dr. Rodríguez me convoca para un trabajo transitorio sobre la Vigilancia de la salud de lxs trabajadorxs en una empresa muy conocida de sanitarios en Avellaneda; estuve casi dos años, pagaban muy bien, pero al otro año me contrataron para hacer lo mismo. Ahí les dije que si no modificaban las condiciones de trabajo yo no iba a contar muertos, que si yo hacía el trabajo de investigación era para modificar las condiciones de trabajo. Ellos no cambiaron las condiciones de trabajo de los puestos de trabajo donde se encontraron alteraciones en la salud de lxs trabajadorxs, con lo cual renuncié. ¡Mis hijos y mi viejo me querían colgar!, era un buen salario, un buen trabajo, pero si uno no modifica las condiciones iba en contra de lo que para mí es la Medicina del Trabajo.
Por supuesto, lo que me enseñaban era cómo detectar las mentiras que el obrero usaba para no ir a trabajar, los conocimientos eran tendenciosos y desde la mirada absolutamente sesgada, el trabajador era mentiroso y faltador
Ingreso, en el 94, al Instituto Vaccarezza, dependiente de la Facultad de Medicina, conozco al Dr. Labatte y al Profesor González Montaner y defino hacer mi segunda especialización: Neumonología, donde estuve con muchas satisfacciones, con libertad de acción y desde un lugar universitario y público construyendo el Consultorio de Patología Respiratoria Ocupacional, único en el país. Este consultorio sigue actualmente trabajando de la misma forma y es referente en la materia. Estuve casi 25 años.
En el año 91, Alberto Piccinini, Sec. Gral. de UOM Villa Constitución, me invita a dar una charla en el Centro de Formación Sindical. Yo ya había estado cerca del conflicto de Villa Constitución, y me había contactado con Victorio Paulón y con Gustavo Rollandi, pero no desde lo laboral. A partir de ahí formo parte del staff de capacitación de los metalúrgicos de la UOM de Villa Constitución, a través del CEFS (Centro de Formación Sindical). Aprendí de la mano de Victorio Paulón y Eduardo Menajovsky la relación entre economía, trabajo y condiciones de trabajo. Los lunes se debatían los artículos del Cash Económico; obviamente al principio me costaba, pero aprendí mucho. Y ahí crecí porque cuando iba a Villa y estaba en las fábricas con lxs compañerxs te das cuenta de que la teoría y la práctica tienen que ir de la mano, sino seguís ladrando a la luna. Ir a Villa era caminar la acería más grande de América, mañana, tarde y noche, buscar a lxs compañerxs y trabajar mucho con ellxs. Este es el saber obrero, la lógica de los cambios en la organización del trabajo con la conciencia de clase. Cada turno era diferente en todo, en los riesgos, en los tiempos de trabajo, en la disciplina, pero no en la explotación de lxs laburantes. Lxs compañerxs discutían, cada sector del trabajo, la ganancia de la patronal en relación con la cantidad de caños, chapas, alambres, etc. que hacían y lo relacionaban con las condiciones de trabajo. O sea, discutían economía, producción, ganancias y avanzaban en derechos; la comisión interna de salud y seguridad era un lujo, la elegían lxs propios compañerxs. Cuando entraba el Pichi lxs compañerxs se sacaban el casco, esas imágenes no me las borro mas. Ahí empiezo a escuchar que querían irse de la CGT. Lo recuerdo a Victorio en una reunión, decía “estamos hablando con algunxs compañerxs de organizar la Central de Trabajadores Argentinos con lxs docentes”. “No –decían otrxs- las maestras son todas peronistas, no nos quieren a los metalúrgicos…porque somos zurdos”. Bueno, finalmente nos encontramos todos en Parque Sarmiento, (recuerdo al Cholo García y a German Abdala ya fallecidos), y se funda la CTA de lxs Trabajadorxs. Desde el Centro de Formación Sindical (CEFS) trabajamos mucho en capacitación por todo el país. Y ahí tuvimos la oportunidad de presentar un programa sobre condiciones de trabajo en las escuelas aceptado por los crxs de SUTEBA. Otra etapa, otra lógica de salud y trabajo. Estoy hablando del año 94.
Cuando hay colectivo y mística, todo es posible
En Villa entendí por dónde venía la mano, pero en SUTEBA yo crecí en política. Al principio no entendía nada, porque para mí el proceso productivo era: entra una chapa a la máquina, sale una chapita; entra una plancha, se arrolla y sale un caño… Acá, ¿cuál era el proceso de trabajo?, ¿cuál era el objeto de trabajo?, ¿cómo era la organización del trabajo?, ¿qué transformábamos? Comenzamos a trabajar con el basamento de Deolida Martínez pero con una concepción diferente; la concepción de Deo fue muy importante pero contextuada en un momento histórico diferente. Nosotrxs, más que en el sufrimiento docente, nos basábamos en el trabajo colectivo, en la construcción del conocimiento colectivo. Fue un momento de grandes charlas, de lecturas de trabajos de un montón de compañerxs y colegas, de acercamiento a lo que fue el movimiento obrero italiano, y a Comisiones Obreras, en España, que a mí me abrió la cabeza. Y, por supuesto, el aporte de Stela Maldonado, porque empezamos a hablar de condicionantes laborales. Ahí yo comienzo a trabajar de qué forma los condicionantes laborales son condicionantes sociales, son condicionantes de vida, y por lo tanto la salud de lxs trabajadorxs tiene que estar en un marco de la atención primaria de la salud. Pero además, de la mano de Stella construir actores sociales reales en la política educativa, y por supuesto el rol de lxs trabajadorxs de la educación organizados. Utilizamos el mapa de riesgo, una herramienta del movimiento obrero; realizado con un trabajo absolutamente colectivo, esto de decirle a lxs compañerxs docentes: “Escriban todo lo que hacen, el trabajo real; bueno ahora cuenten qué cosas teóricamente eran las que tenían que hacer cuando entraron a la docencia”. Y resultaba que ese trabajo prescripto eran siete renglones y todo lo que en verdad hacían eran setenta. Empezamos a ver de todas esas acciones que habían escrito, cuáles estaban realmente en el proceso de producción de conocimiento y por donde entraba la organización del trabajo. Y ahí empezamos a discutir con lxs compañeros de la Secretaría de Educación sobre lugar de trabajo, si era el aula, si era la escuela. Discutíamos mucho pero todo eso construía. Se armó primero un área de salud laboral en la Secretaría de Salud, después una Dirección, después fue una Subsecretaría y ahora es una Secretaría de Salud Laboral y Condiciones de Trabajo. Esta es la importancia que tiene este tema en el SUTEBA. Yo estoy absolutamente agradecida y me emociono porque mi ADN de trabajo, de pensar, de organizar, es de SUTEBA. Somos laburadorxs, somos serixs, no es que sepamos todo ni tengamos la verdad revelada, pero construimos colectivo, construimos conocimiento con las diferencias culturales, con diferentes miradas y saberes. Sería injusto no nombrar a otra cra. inmensa, Vilma Alvarado, secretaria de Salud que durante años definió que como la salud laboral era parte fundamental en el proceso salud-enfermedad de lxs docentes, incorpora el tema en nuestros centros de atención primaria de salud (CAPs).
ahí crecí porque cuando iba a Villa y estaba en las fábricas con lxs compañerxs te das cuenta de que la teoría y la práctica tienen que ir de la mano, sino seguís ladrando a la luna
Cuando entré al SUTEBA, al poco tiempo empezó la Carpa Blanca y estuve como médica de la Carpa los tres años, con todo lo que eso implicaba. Yo cuidaba cada compañerx como si fuera mi hijo. Estaba todos los días, mañana, tarde y noche. No había celular, me llamaban al teléfono del hospital, subía al Fiat y me iba volando a la Plaza del Congreso. Mis colegas en el hospital, y lo nombro al Profesor Montaner nuevamente, que no entendía el objetivo del ayuno, pero me permitía salir y mis compañerxs seguían atendiendo lxs pacientes. Eso fue muy fuerte, era militar desde otro lugar, sin experiencia en sostener desde lo médico un ayuno inédito y prologado. Otra enseñanza: cuando hay colectivo y mística, todo es posible.
Construir con la palabra de lxs compañerxs
En SUTEBA, desde la Dirección de Salud Laboral hicimos trabajos de investigación. Con las Unidades Móviles de Prevención (UMP) y con un trabajo tipo screening, llegando a 12.700 docentes en las escuelas, con resultados muy concretos: las alteraciones de la voz están directamente relacionadas con los años de antigüedad, las horas trabajadas, la cantidad de cargos y con la infraestructura de los edificios escolares. Este trabajo fue inédito y permitió, por ejemplo, ir a la Superintendencia de Riesgos de Trabajo con Stela Maldonado, Secretaria Gral. de CTERA, y lograr que los preceptores tuvieran como enfermedad profesional las disfonías, ya que no estaban en la Ley de Riesgos del Trabajo, y discutir en ámbitos paritarios condiciones de trabajo e impacto a la salud de lxs trabajadorxs de la educación. Esto ocurrió porque hubo definición política. Porque este es el trabajo que nosotrxs tenemos que hacer, construir en colectivo con la palabra de lxs compañerxs, observando el trabajo real y cómo se traduce en demandas y propuestas para que transforme la realidad, en un avance de derechos. Porque si no hay avance en derechos es una investigación que no sirve, son investigaciones académicas estériles que quedan en los currículums de lxs que investigan, y donde lxs trabajadorxs son objetos de estudio y no sujetos de derechos.
Trabajadorxs discutiendo Salud y Seguridad
En el 2009 se mueren dos compañerxs del Astillero Río Santiago, soldando un tanque con vapores de hidrocarburos y obviamente explotó. Se hizo una movilización en Ensenada, con lxs compañerxs de la CGT y de CTA. Se entrega al Gobernador Scioli un petitorio para hacer una mesa de participación de lxs trabajadorxs donde discutir condiciones de trabajo. Nos convoca el Ministro de Trabajo, Dr. Oscar Quartango, a los gremios estatales bonaerenses; por SUTEBA fuimos Vilma Alvarado, la Secretaria de Salud, y yo. El Ejecutivo pensaba que era para una foto, pero nosotros queríamos discutir políticas de participación de carácter bipartito, lxs trabajadorxs y el Estado Provincial. De ahí, surge la Comisión Mixta de Salud y Seguridad en el empleo público (CoMiSaSEP). En esta Comisión bipartita tuvimos un rol protagónico y discutimos la necesidad de enmarcar esta política participativa en un marco legal, y en el 2011 se reglamenta la ley específica de Comité Mixto en cuestiones de Salud y Seguridad. La definición política del SUTEBA, y en especial del Sec. Gral. Roby Baradel, fue decisiva, me aboqué a esta Comisión, aunque seguía siendo Directora de Salud. Hoy existen Comités Mixtos de Educación, de Salud, con un rol muy importante en la Pandemia COVID 19 ya que lxs trabajadorxs deben ser protagónicos a la hora de discutir e implementar las políticas públicas. Por supuesto que falta mucho por recorrer.
Ahí yo comienzo a trabajar de qué forma los condicionantes laborales son condicionantes sociales, son condicionantes de vida, y por lo tanto la salud de lxs trabajadorxs tiene que estar en un marco de la atención primaria de la salud
Como CTA somos fundadores de la Red Iberoamericana de Salud y Trabajo, con encuentros en diferentes países para discutir e implementar temas y actividades en países de América Latina y España. En el año 2014, estando en Colombia, me llama Roberto Baradel y me ofrece ser Sec. de Salud Laboral de la CTA Provincia. A mí me tembló el alma, pero acepté ese desafío con gran responsabilidad militante. Y sin saber que el próximo gobierno era el de Macri, definimos que el próximo encuentro sería en Argentina. Fue así que en el 2016 hicimos un Congreso “Salud, Trabajo y Participación de lxs Trabajadorxs”, con más de 800 compañerxs delegadxs de todo el país y con la presencia de los crxs de la Red Iberoamericana, integrantes de países de América y Europa, en la Facultad de Ciencias Sociales. Y con presencia de dirigentes de organizaciones sindicales de CTA, CGT y Corriente Federal. Fue un éxito de participación que superó ampliamente las expectativas, con plenarios, talleres y conclusiones. Y a partir de ahí, con el equipo de compañerxs de los sindicatos, se crea el Espacio Intersindical Salud y Trabajo que ya lleva 6 años.
Nunca de rodillas
En el Espacio Intersindical somos todxs trabajadorxs en blanco, pero sabemos que hoy en nuestro país el 44% son trabajadorxs informales, con toda la dureza que eso significa. De eso no nos olvidamos. Somos un espacio de mucho laburo y de cordialidad. Siempre mantuvimos ciertas líneas de trabajo: no hay siglas, todxs somos trabajadorxs, no hay componendas, ni roscas, ni nadie habla mal de nadie. Hay mucho cariño, mucha confianza política y mucha apuesta de los dirigentes. Crecimos mucho y somos casi 25 gremios de CGT y CTA. Antes de la pandemia, con la Universidad de Lanús hicimos un convenio, con la ayuda de ADUNLA, y pudimos obtener una Diplomatura Universitaria en Gestión de la Prevención en Salud y Seguridad en el Trabajo. Esto es inédito. Pudimos hacerlo porque hay una cláusula en la Ley Universitaria que dice que si hay una persona que no terminó la educación secundaria pero es idóneo en el tema, puede hacer la Diplomatura. Por lo cual actualmente en la Diplomatura, tenemos 140 compañerxs, curtidorxs, gráficxs, auxiliares de Educación, auxiliares de salud, enfermería, docentes, telefónicos aeronáuticos, compañerxs que nunca pensaron poder tener un título universitario. Pienso en una gobernadora que decía ¿para qué las universidades periféricas si lxs pobres nunca llegan? Que el pueblo tenga universidades cerca ha permitido que muchas personas sean las primeras dentro de una familia en estudiar allí. Esto es definición política inclusiva equitativa e igualitaria.
El Espacio Intersindical Salud y Trabajo, es una usina de muchas actividades, la de formación, entre otras cosas. Ya hicimos cursos técnicos, y esta Diplomatura es una formación política, es gestionar la prevención; saber qué es salud, qué es trabajo, qué implican las condiciones de trabajo y como intervenir desde lxs trabajadorxs para transformar el trabajo en un lugar digno, humano. Siempre digo: tanto las enfermedades profesionales como los accidentes de trabajo son las puntas del iceberg de la plusvalía. Y eso lxs compañerxs lo tienen que saber, no lo tienen que tomar como algo casual. Damos esta discusión, haciendo mucho esfuerzo para poder traducir lo académico a un lenguaje claro. En cada curso, en cada encuentro, en cada producción escrita que hacemos, siempre estamos pensando juntxs: docentes, curtidores, gráficos, trabajadorxs del subte…, o sea clase trabajadora. Hablamos del malestar del trabajo, pero no arrancamos un encuentro hablando del sufrimiento del trabajo, de lo penoso, sino diciendo por qué el trabajo dignifica y que las condiciones de trabajo que enferman son variables y es ahí donde debemos intervenir. Necesitamos más trabajadorxs con mejores condiciones de trabajo, porque eso es lo que mejorará la condición de vida. Sabiendo que la patronal si no nos tuviera, no tendría lo que tiene. Nosotrxs necesitamos el trabajo y el empleador necesita lxs trabajadorxs, pero eso no quiere decir que nosotrxs estemos de rodillas. Este es el significado de la Diplomatura Universitaria en Gestión en la Prevención de Riesgos Laborales. Nunca de rodillas, entrar a discutir condiciones de trabajo en igualdad; un técnico o una técnica sabrán mucho, pero la gestión gremial y política es nuestra.
mi ADN de trabajo, de pensar, de organizar, es de SUTEBA. Somos laburadorxs, somos serixs, no es que sepamos todo ni tengamos la verdad revelada, pero construimos colectivo, construimos conocimiento con las diferencias culturales, con diferentes miradas y saberes
El coronavirus no movió un ápice la mezquindad capitalista
En la pandemia desde el Espacio Intersindical tuvimos un rol fundamental, fuimos lxs primerxs en ir a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo a reclamar que el COVID debía ser enfermedad profesional. Generamos, además, el primer protocolo de prevención en el ámbito privado. Hicimos un trabajo de investigación y ahí demostramos que en aquellos lugares de trabajo donde había comité mixto y delegado de prevención precisamente existía un programa preventivo de Covid: entraban lxs trabajadorxs a diferentes horas en la fábrica, repartían diversos elementos de protección personal, se señalaba entre todxs los espacios y distancias, se discutía con lxs trabajadorxs las mejores estrategias preventivas, etc. Mientras que, en lugares donde no había una organización de prevención, había más casos, inclusive trabajadorxs fallecidos. Más allá de este trabajo de la Intersindical, quiero destacar el rol de CTERA y de SUTEBA en la pandemia. Las definiciones políticas de CTERA fueron impecables, con el respeto de cada provincia porque cada una tiene su propia realidad. Pudimos ponernos en contacto con un epidemiólogo sanitarista que nos ayudó con su lectura en el peor momento de la pandemia. Todas las semanas dábamos un informe en cada provincia y en cada distrito de los casos, los fallecidos, los internados. Esto nos sirvió para fortalecernos mucho en un contexto muy duro. Con la pandemia, yo pensé en algún momento que íbamos a ser mejores; pues no, el mezquino es más mezquino, aunque también es verdad que el solidario es más solidario. El coronavirus no movió un ápice la mezquindad capitalista. Mientras las prepagas y ART ganaron muchísimo dinero- hoy siguen aumentando la cuota para un recorte poblacional de elite sin traspolar este aumento a sus trabajadorxs. También es necesario resaltar que el efecto que causó la pandemia en las obras sociales fue devastador. El IOMA, en nuestro caso, trabajó muy bien; estuvo saturado, por supuesto, porque no tenía servicios propios en ese momento -ahora tiene- con lo cual tenía que descansar en lo público o en prestadores privados y había colapso. Pero eso no significó que alguien se haya muerto o quedado sin atención en los pasillos, como en España, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, lugares donde hubo una privatización escandalosa de la salud y no tenían forma de cambiar ese sistema sanitario, como sí lo hizo inmediatamente la provincia de Buenos Aires por definición del Gobernador Axel Kicillof.
El compromiso de lxs trabajadorxs de la educación
En nuestra provincia tuvo un rol especial el trabajador y la trabajadora de la educación. El compromiso que han tenido para sostener la educación ha sido enorme. No es que se cerraron las escuelas, siguieron con otra modalidad, pero además estuvieron en las escuelas repartiendo las bolsas de alimentos y materiales pedagógicos. Atentos siempre a toda la comunidad educativa. Con el Frente Gremial trabajamos los protocolos hasta las 2 de la mañana, para ver cómo tenían que ser las bolsas, si tenían que estar en un aula, cómo se entregaban… Era todo nuevo; recordemos que en un momento si tocabas algo parecía que ya tenías coronavirus, después nos enteramos de que era algo respiratorio. Pero nosotrxs, como trabajadorxs, queríamos las mayores garantías. El Ministro de Salud, Dr. Nicolás Kreplak, siempre dice que en la provincia de Buenos Aires, si se estudian las condiciones sociales de lxs fallecidxs, no murieron más pobres que ricxs. Mientras que en la ciudad de Buenos Aires murieron más pobres que ricxs porque en las villas de emergencia no entraban las ambulancias y no se hacía testeos. En la provincia se trabajó en cada barrio, en cada lugar. En Villa Azul, por ejemplo, llevaban comida, pañales, insumos, para que ese sector de la población pudiera estar “aislado socialmente” pero asistidxs y acompañadxs en esta pandemia. No puedo no hablar de esto porque esto también es salud-trabajo, es proceso de salud-enfermedad, tiene que ver con los condicionantes laborales de una parte de la población que no está incluida en el sector de lxs trabajadorxs formales, pero a lxs cuales se llegó a través de la escuela, del sistema de salud, de desarrollo social. Faltó muchísimo, pero ¿qué hubiera pasado si hubiéramos tenido una gobernadora, como la señora Vidal, que por su negligencia lleva sobre sí la muerte de dos trabajadorxs, Sandra y Rubén?
Cabe destacar el rol de los ámbitos bipartitos: Comisasep, Jurisdiccional de Educación y los Comités Mixtos distritales, donde en forma bipartita se pensaron, se discutieron las mejores estrategias operativas en un marco preventivo.
Cambiar nosotrxs para generar mayor conciencia en lxs jóvenes
Con el avance de lo que se llama “home office”, estamos en una encrucijada que implica un gran desafío. Tengo dos anécdotas. Una vez cerró una fábrica química, en zona norte, y un compañero, que recibía una buena indemnización, me dijo, “Está todo bien doña, pero lo que extraño es a mi compadre, al mate que tomábamos juntos cuando entrábamos a la fábrica, y siempre alguna cosa nos contábamos…”. Y hace poco estuve con un joven de 25 años, que está viviendo afuera, y está chocho porque consiguió un trabajo desde la casa, lo que le permite viajar por Europa con su computadora, porque es su herramienta de trabajo. Yo le decía, pero vos no conocés a tus compañerxs. “Sí –me decía– los veo, hablo por chat. Pero a mis amigxs lxs tengo por otro lado. Mi jefe es Javier, que es mexicano, los lunes prendo la computadora y tengo los objetivos de la semana, los cumplo, termino el miércoles o jueves, y el viernes ya lo tengo libre…”. No hay una organización del trabajo con otro, directo, cara a cara. No se conoce al jefe. Parece que el lazo social no existiera. Hay un trabajo muy interesante de un francés que plantea cómo el objeto de trabajo se volvió la herramienta de trabajo. ¿Vos trabajás sin computadora, sin celular? No, no existís. Hay un punto de la comunicación que está absolutamente tecnificada. Y eso es un problema. Un compañero me decía “hay un corrimiento en el desgaste obrero en Salud Mental”. No, el desgaste físico lo tenés igual, en la visión, en la audición, en los trastornos de estar en una vida absolutamente sedentaria, donde -como estás en tu casa- por ahí trabajás un día 18 horas, como hace este joven, para tener dos días e irse a Ibiza. Claro, tiene 25 años y no le duelen los huesos, pero dentro de 20 años no va a poder subir la escalera del avión porque va a tener artrosis por estar todo el día sentado. Pero lo peor es la falta de contacto con otrxs, el no trabajar con otrxs, no sentir la necesidad de conectarse. El desafío está en la cabeza de estxs compañeros que están colonizadxs por otra estructura laboral. Hay un avance sobre para qué la organización del trabajo, para qué los sindicatos, no sirven para nada, todxs lxs dirigentes son corruptxs… Esto hay que trabajarlo mucho y creo que la escuela tiene un rol fundamental. Cuando unx habla y trabaja sobre estos temas, lo primero que dicen es que nosotrxs estamos adoctrinando, como si ellos no lo hicieran constantemente con los medios de comunicación concentrados que poseen. Tiene que haber mucha conciencia en lxs jóvenes. Pero para eso tenemos que cambiar nosotrxs, hacer un esfuerzo para ver por dónde pasa la división del trabajo, cómo está organizado el trabajo y cuáles son los desafíos, no de las enfermedades sino en el proceso de salud enfermedad.
Siempre digo: tanto las enfermedades profesionales como los accidentes de trabajo son las puntas del iceberg de la plusvalía. Y eso lxs compañerxs lo tienen que saber, no lo tienen que tomar como algo casual
La CTERA fue la primera organización sindical que incluyó en un acuerdo paritario nacional en qué condiciones se debe realizar el trabajo a distancia. Y por eso fue tan importante la Ley de Teletrabajo. Lamentablemente el Decreto Reglamentario deja mucho que desear, pero el concepto de la ley es muy bueno porque habla de elementos preventivos y, sobre todo, pone en agenda cómo tenemos que estar organizadxs cuando trabajamos en el home office. Todo esto hay que estudiarlo, hay de discutirlo con lxs compañeros y hay que pelearlo, como lo hemos hecho históricamente con el conjunto de lxs compañerxs trabajadorxs.
Bueno, esto es más o menos mi recorrido pero esto hubiera sido imposible sin dirigentes gremiales y políticos como Hugo Yasky, Roby Baradel, Gringo Amiccetti, el Picci, Paulón, Marina Jaureguiberry, Beto Pianelli, Claudio Marín, Walter Correa…en fin… tantxs otrxs compañerxs que marcan camino, definen políticas y nosotrxs construimos en ese marco de unidad sindical y conciencia de clase trabajadora.