Miguel, profe de Geografía, llega a la escuela 34 del Barrio Pepsi, en Florencio Varela; uno de sus objetivos: concientizar en la Educación Ambiental. Hace calor y en el patio de la escuela no hay ni una sombra. “Faltan árboles, así que arranquemos por acá, empecemos a forestar”. Inicia con sus alumnxs un trabajo que lo llevará a articular y a construir espacios institucionales por fuera de la escuela. En diálogo con Martín Fioretti, Subsecretario de Educación Ambiental y Desarrollo Sustentable de SUTEBA, relata su experiencia.

Martín Fioretti: Contanos cómo es que empezaste a trabajar en la escuela en estos proyectos ambientales.
Miguel Ángel Gómez: Soy profesor de geografía, me recibí en el 2022 y empecé a trabajar inmediatamente porque tomé unas horas de EPA, Espacios de Profundización Áulica, que se dan en las escuelas primarias de jornadas extendidas o doble jornada. Llegué con una carpeta y una lapicera y del otro lado tenía chicxs menores de 12 años que me decían “profe EPA”. Me presento con la Directora, María Rosa Medina, y me cuenta que el proyecto institucional en el que teníamos que trabajar era sobre investigación escolar. Era noviembre, hacía mucho calor y era imposible encontrar una sombra en la escuela. El SUM es hermoso, bien fresquito, pero afuera, en el patio, que es enorme, no había una sombra. Una de las últimas materias que había trabajado era la Educación Ambiental Integral, que me había gustado mucho, así que dije: “faltan árboles así que arranquemos por acá, empecemos a forestar”. Una compañera me comenta que en SUTEBA teníamos la Secretaría de Cultura y Ambiente, y me acerqué. Lautaro Piemonte, que es el Secretario de Cultura y Ambiente, me dijo que podíamos conseguir algunos árboles autóctonos porque estaban articulando en el Parque Pereyra Iraola con quienes trabajan forestación. Le dije, “dale, te traigo mi proyecto y lo vemos”. Por ahí empecé.
escolar. Era noviembre, hacía mucho calor y era imposible encontrar una sombra en la escuela. El SUM es hermoso, bien fresquito, pero afuera, en el patio, que es enorme, no había una sombra
Martín: ¿Cómo es la escuela donde trabajás?
Miguel: Las horas EPA se trabajan en la doble jornada y son tres módulos por semana por cada curso. Tengo 5 cursos, o sea que estoy 15 horas semanales en la escuela. Esto me facilita el habitar la escuela y me facilita también involucrarme con la comunidad porque estoy todos los días. La Primaria 34 está en el barrio Presidente Perón, conocido como “la Pepsi”. Son monoblocks, en donde los contenedores de basura están en el medio; lxs vecinxs dejan ahí los residuos, los tachos están rotos, los perros rompen las bolsas, se genera un olor desagradable.… o sea, no había una gestión de residuos. También había caños rotos, no había árboles, bueno, la realidad que se vive en la mayoría de los barrios del conurbano. Cuando empiezo a hablar con lxs chicxs y les pregunto qué sabían de ambiente, por supuesto ellxs siempre lo reconocen más por las ciencias naturales, el tema de las plantas, los árboles, los animales.
Martín: ¿Qué te propusiste?
Miguel: Busco concientizar sobre la Educación Ambiental Integral, que es algo en lo que hay que hacer mucha fuerza porque es nuevo, como la ESI. Ambas son políticas públicas que nos ayudan a reconocer nuestros derechos y los derechos de nuestrxs alumnxs. Fuimos trabajando distintos proyectos a medida que se nos iban presentando. El primero fue lo de reforestación, que fue muy bienvenido por lxs chicxs. Ellxs vienen con esa capa de defensorxs ambientales, ya lo tienen integrado. Plantamos tres árboles, e hicimos, con botellas de plástico un sistema de riego. Lo cargábamos cada dos días y lo íbamos graduando para el goteo. Una vez que terminamos con esto se nos vino lo de los residuos. Empezamos a trabajar con este proyecto, pero sentí que estábamos aislados, nos quedábamos solamente en la escuela. Así que empezamos a investigar. Había una organización, que se llama Reciclando Vidas, que trabajan en reciclados en forma de Cooperativa. Nos acercamos a hablar sobre los proyectos de ambiente que teníamos y los empezamos a sumar. Hablamos también con una Cooperativa que se llama Comandante Andresito, que nos venía a buscar los residuos y nos daban como un vale que cada 15 días podíamos cambiarlo por herramientas o insumos para hacer huertas. Luego empezaron a arreglar la escuela y hemos estado un tiempo sin clases consecutivas. Lxs chicxs venían a la mañana o a la tarde y además tenían que fortalecer con lo que eran prácticas de lenguaje y matemáticas. Pero por lo menos nos había quedado la conexión con estas Cooperativas, y empezamos a integrarnos con ellos. Ya nuestra planificación no solamente quedaba en el trabajo de forestación en la escuela, sino que íbamos a trabajar a través del currículum de primaria, a salir a la plaza, a trabajar con la comunidad, a trabajar con las familias. O sea, la Educación Ambiental nos invitó a construir espacios institucionales por fuera de la escuela. En esto nos apoyó mucho SUTEBA que nos ha mandado árboles y composteras.
Ya nuestra planificación no solamente quedaba en el trabajo de forestación en la escuela, sino que íbamos a trabajar a través del currículum de primaria, a salir a la plaza, a trabajar con la comunidad, a trabajar con las familias
Martín: Los árboles nos los dieron en el Ministerio de Desarrollo Agrario, que tiene en Parque Pereyra Iraola una estación forestal donde producen árboles, entre otras cosas. Te quiero preguntar Miguel, estos proyectos que vos trabajabas con lxs pibxs, ¿tienen articulación con lo que trabaja la maestra en el aula?
Miguel: Cuando trabajaba con lxs chicxs de primero y de segundo el tema de la concientización y comunicación lo trabajamos en prácticas de lenguaje. Me tuve que actualizar en lo que es alfabetizar, pero mis compañeras, cada una de las maestras de grado, me ayudaron en cómo acompañar a lxs chicxs a que, a medida que van aprendiendo sobre ambiente, también se vayan alfabetizando. Y siempre la búsqueda de ese pensamiento crítico que buscamos todxs, ¿no? Con los de segundo ciclo, sí, ya trabajábamos en articulación con las maestras de grado en ciencias sociales, en ciencias naturales.
Martín: ¿Qué otros proyectos realizaron?
Miguel: Hemos hecho macetas biodegradables, hemos hecho un repelente casero cuando tuvimos los brotes de dengue. En ese proyecto articulamos con el CIC, Centro de Integración Comunitaria, que es donde está la salita del barrio, están los gabinetes psicopedagógicos, hay psicólogos, hay talleres por ejemplo de huertas… Allí nos dieron unas clases sobre plantas aromáticas. De estas plantas aromáticas hemos podido realizar el repelente casero.

Martín: ¿Cómo viste en todo esto la reacción de las familias?, ¿se interesan?
Miguel: Sí, y el acompañamiento es muy bueno, aceptan la educación ambiental. La realidad económica que estamos viviendo, donde a veces un trabajo no alcanza, hace que madres y padres se van a la mañana y vuelven tarde. Muchxs chicxs se terminan criando con lxs abuelos y ellxs vienen y participan de las charlas y los talleres que hemos tenido sobre concientización ambiental. Cuando el CIC nos dio el curso de repelentes caseros, nosotrxs lo replicamos en la escuela. Fue una jornada muy buena y las familias participaron un montón. Cuando con la seño Claudia Godoy hicimos las macetas biodegradables con yerba que reciclábamos, padres, madres y abuelxs estaban ahí amasando, viendo cómo se hacía el engrudo, preguntándonos constantemente, y cuando tenían su maceta, nos la presentaban muy contentxs. También con primero hemos trabajado lápices ecológicos a través de papel. Nos costó un montón porque hoy en día cuesta encontrar el diario, pero igual lo pudimos trabajar y estuvo muy bueno.
El ambiente sensibiliza pero hay que dar las herramientas. Por eso la importancia de la Educación Ambiental Integral y la importancia del lenguaje. Por eso la importancia de seguir con los Seminarios en SUTEBA articulando Ambiente, Pedagogía y Política
Martín: ¿Qué dificultades ves en esto de concientizar en educación ambiental?
Miguel: En lo que es el reciclado a veces no hay mucha aceptación por este descontento de que “yo reciclo y mi vecinx no; yo separo y mi vecinx no, yo sé lo que va en la bolsa verde, pero mi vecinx no”. Por eso la importancia, en primaria, de la comunicación con las familias. Y que las familias se puedan comunicar con organizaciones del barrio, para poder encarar el día de mañana, por ejemplo, una problemática como son las plagas. Estos edificios tienen algunas cañerías pinchadas y son nidos de ratas. Ha habido casos de enfermedades y de chicxs infectados en la escuela.
Martín: ¿Alguna reflexión final?
Miguel: Está buena la fuerza que están tomando hoy en día las organizaciones vecinales con lo que es el cuidado de las plazas, los residuos, la concientización, la comunicación. Chicxs que estudian en la UNAJ -Universidad Nacional Arturo Jauretche- que han salido de este barrio, que eran recuperadorxs urbanos, hoy en día nos dan charlas sobre ambiente en la escuela porque están estudiando la Licenciatura en Gestión Ambiental. Este año nos trajeron 180 plantas nativas que plantamos en la plaza, las estamos cuidando, nos debe estar quedando un 30% de esas plantas, pero las seguimos cuidando. Esto es lo que siempre trato de inculcarle a mis alumnxs, que todxs tenemos derecho a un ambiente sano. Recuerdo que los primeros días, que teníamos los árboles chiquitos y tenían 2 hojas, se me hacía un nudo en la garganta ver que lxs chicxs se sentaban alrededor del árbol. El ambiente sensibiliza pero hay que dar las herramientas. Por eso la importancia de la Educación Ambiental Integral y la importancia del lenguaje. Por eso la importancia de seguir con los Seminarios en SUTEBA[1] articulando Ambiente, Pedagogía y Política. Es lo que nos va a sacar de este enfoque lineal que se nos impone, un enfoque de consumismo, en el cual, en un momento, no vamos a tener más espacios. Necesitamos convertirlo en un enfoque circular, en algo superador. Por eso, uno de los proyectos más ambiciosos que tengo, que por suerte lo estamos haciendo de a poco con Lautaro, es llevar estos Seminarios directamente a las escuelas, a nuestrxs alumnxs[2]. La idea es armar un grupo de docentes que nos comprometamos y articulemos. Se pueden hacer intercambios de semillas, intercambios de herramientas, intercambios de saberes. ¿Viste que cuando tirás la semillita, eso tiene sus cuidados, tiene sus procesos, tiene su paciencia…? Sí, pero cuando aparece un brote, es hermoso ver la cara de lxs alumnxs, su sonrisa.


Miguel Gómez. Profesor de Geografía. Trabaja en los módulos E.P.A de la EP 34 de Florencio Varela. Delegado de SUTEBA. Preceptor en el CFL 403.
[1] https://www.suteba.org.ar/cierre-del-seminario-la-educacion-ambiental-en-la-practica-politico-pedagogica-23055.html
[2] https://www.facebook.com/share/p/1F2op92E5Q/















