MIRÉMONOS A LOS OJOS

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“En el interior de la provincia, en el corazón sojero, en el patio de los agrotóxicos, seguiremos pensando que la escuela pública abraza, la escuela te cambia la historia, te recibe con una sonrisa mixturando relatos, mientras comparten la merienda, ahí no son uno más…”

Es recurrente en mi trabajo que se tomen medidas que pretendan «re-formar», «re-hacer», ¡»re-fundar!»…, desde lo que entienden ellos, los que NO son del palo (y tampoco les interesa entender demasiado, ¿o sí?).

Dicen, hacen y rompen desde la falacia, levantan voces, nos examinan, viviseccionan nuestra tarea (con nosotras/os adentro), la minimizan, opinan, no conocen, no la viven. Son los vouyeristas de la educación.

Soy maestra.

Maestra de una escuela que no nació para la meritocracia, ni para cerrar oportunidades. Maestra de una escuela en comunidad, una escuela para soñar, para resistir, para luchar, para desnaturalizar; una escuela pública que junta los pedazos en cada uno de los desastres, para volver a levantarnos.

Y sí, hay mucho para hacer.

Soy maestra. Maestra de una escuela que no nació para la meritocracia, ni para cerrar oportunidades. Maestra de una escuela en comunidad, una escuela para soñar, para resistir, para luchar, para desnaturalizar

Lo primero es aprender a convivir. En esta negación del otro padecemos un dolor social que nos cierra al análisis y nos ata el sentir. Mezclado entre tanto número quedan atrapados niños y niñas, jóvenes, que se desdibujan en el entramado social. Y los perdemos.

“Docente ayunando”, eso dice el cartel que tengo colgado en mi habitación. No voy a compararme con los compañeros de la Carpa Blanca, no, pero muchos en el interior enfrentamos la mirada cuestionadora de autoridades y colegas por portar un cartel y recordar que había una lucha mucho más grande.

Ah, perdimos el Incentivo Docente ahora…  ah, resistimos por una Paritaria Nacional ahora… Porque en la Pcia.de Buenos Aires, solemos entrar en blanca amnesia y no recordar los inicios de nuestras carreras, no recordar que la Paritaria Nacional garantiza el piso de un colega tan comprometido como muchos de acá, en otro lugar de la Patria, pero que solamente va a subsistir en colectivo. No solo. Solo, no se logra nada.

Leía, y con asombro escuchaba las medidas, que van a “salvar” a nuestra Patria.

Tomo una: aumentos desmedidos del combustible. Para nosotras/os (docentes) significa compañeros/as que no saben cómo van a viajar a sus escuelas (viajar al encuentro de sus alumnos/as, de la comunidad), maestras que no quieren dejar sus escuelas rurales, profes que no quieren dejar sus escuelas de origen… No hay transporte público. No habrá bolsillo para vehículo particular que resista.

Romper, de eso se trata.

solemos entrar en blanca amnesia y no recordar los inicios de nuestras carreras, no recordar que la Paritaria Nacional garantiza el piso de un colega tan comprometido como muchos de acá, en otro lugar de la Patria, pero que solamente va a subsistir en colectivo

Romper historias, romper oportunidades. Quebrar. Mientras acompañaba a una compa maestra “del campo” pensaba que hay una huella social indeleble en las fachadas de las escuelas rurales. Son la “escuelas de Evita” te dicen los que llevan años en el territorio. “Sería una lástima…” y miran lejos, sin completar la frase, mientras piensan el patio sin los pibes…

En el interior de la provincia, en el corazón sojero, en el patio de los agrotóxicos, seguiremos pensando que la escuela pública abraza, la escuela te cambia la historia, te recibe con una sonrisa mixturando relatos, mientras comparten la merienda, ahí no son uno más…

No creo en la romantización de la pobreza, creo en una responsabilidad social (caramba, casi es occidental y cristiano pensar en responsabilidad social). Estamos formateados para pensar que podemos salvarnos solos, y que no importa qué debamos pisar. Ante tanta agresión generalizada, quiero creer que en diciembre, ustedes y yo estábamos cansadas/os…que en enero no nos pusimos media pila en pensar críticamente lo que se venía…y el febrero/marzo de los inicios nos sorprende dolorosamente pensando en cómo resistir…

Si sos maestra, como yo, ¿que te parece si leemos, si nos informamos, si ponemos en discusión en el almacén, en la escuela, en el barrio, en casa, en el sindicato…? Porque hay mucho de nuestros presentes y futuros problemas que están velados en lo que se viene.

Proyectá, discutí. Pero defendamos el derecho de la discusión colectiva. No mediada en las redes, qué poco suma, poco construye… Mirémonos a los ojos… Ésto, debe ser entre nosotras/os.

Si sos maestra, como yo, ¿que te parece si leemos, si nos informamos, si ponemos en discusión en el almacén, en la escuela, en el barrio, en casa, en el sindicato…? Porque hay mucho de nuestros presentes y futuros problemas que están velados en lo que se viene

Propongo algunos disparadores: Derechos, ley, obligaciones, rol, sistema educativo, lo colectivo, la paritaria, la jubilación, Nuestra Escuela, INFOD, conectividad, Incentivo…. podés agregar otros mil.

Pero pensemos juntas/os los trabajadores de la educación, los que sabemos, los que resistimos, los que soñamos…somos nosotros.

Y como cierre (porque soy maestra), te propongo analizar qué significa:

«Que no te vendan gato por liebre»…otra vez.

Soy Claudia Mansilla, vivo en Pergamino. Me defino como Maestra. He podido transitar todos los niveles y modalidades del sistema educativo en estos más de treinta ocho años dedicados a la docencia. Estos últimos, con el corazón puesto en las modalidades de Especial y de Jóvenes y Adultos a la par de sumarme a la seccional de Suteba. Concibo mi trabajo desde la amorosidad del vínculo con el otro, y suelo escribir, como si hablase, humildemente… sólo para compartir un poco de mí.