¿QUÉ VAMOS A HACER DE NOSOTRXS? EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍAS

Reportaje a Agustín Pizzichini

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Las nuevas tecnologías, y hoy en particular los desarrollos de la Inteligencia Artificial, plantean inquietantes interrogantes sobre cómo va a ser el devenir del conocimiento y de la Educación. Siete3siete conversó con Agustín Pizzichini, docente en la UNTREF (Universidad Nacional de Tres de Febrero), acerca de su mirada y su experiencia en relación a cómo las tecnologías irrumpen disruptivamente en la Universidad, y en general en la Educación.

Siete3siete: ¿Cómo ves la relación entre Educación y tecnologías?

Agustín Pizzichini: La Educación va a diferentes tiempos del desarrollo de las tecnologías. Ha estado demasiado apartada de la producción de nuevas tecnologías. Es imperiosa la necesidad de empezar a aggiornar a la educación para que pueda estar mas o menos integrada a lo que transitan lxs estudiantes en esta sociedad posmoderna, donde estamos viendo una complementación del mundo on-line y del mundo off-line, es decir el real, el tangible. En la educación ambos mundos tendrían que empezar a conjugarse. Nosotrxs, empezamos a trabajar en la Universidad la idea de construir algo socialmente en conjunto. Surge una experiencia, a través de Innovar UNTREF, donde lxs estudiantes, en consenso, en el año 2016 comenzaron a construir una nueva experiencia pedagógica, para volcar en el aula, complementada con TIC. Empezamos a crear un laboratorio en línea de materiales didácticos digitales. Y a través de ese laboratorio iniciamos el desarrollo de recursos educativos, utilizando todo tipo de herramientas. Pero también desde un posicionamiento filosófico. Por ejemplo, pensamos desde la filosofía del software libre, que nos da un montón de posibilidades en cuanto a colaborar y compartir esos materiales digitalizados que ellxs creaban, desde su propia concepción y cultura. La idea, para resumirlo, es que lxs estudiantes y lxs docentes, desde la institución vinculada al software libre pudiéramos crear nuestra propia tecnología, nuestros propios sistemas de información o de aprendizaje, y también generar cultura propia. Con esta colaboración entre docentes y estudiantes nos empezamos a beneficiar del trabajo realizado por unxs y por otrxs, aprovechando toda esa cantidad de recursos y materiales digitales, para generar una cultura propia y auténtica en la Universidad. Paralelamente empezamos a extendernos en redes.

Es imperiosa la necesidad de empezar a aggiornar a la educación para que pueda estar mas o menos integrada a lo que transitan lxs estudiantes en esta sociedad posmoderna, donde estamos viendo una complementación del mundo on-line y del mundo off-line, es decir el real, el tangible

Siete3siete: ¿Podés ampliar esto que decís del posicionamiento filosófico?

A.P.: Estamos muy vinculados al pensamiento del filósofo y antropólogo Rodolfo Kusch. Un pensamiento que tiene que ver con la identidad de la UNTREF, que se hace cargo y financia la biblioteca Rodolfo Kusch en Maimará. Él plantea una concepción de cultura muy interesante, muy profunda. Yo estuve trabajando en la relación del pensamiento de Kusch con las tecnologías digitales. El considera que la cultura tiene una connotación azarosa, también a través del azar ésta se va generando; utiliza la categoría de “aciertos fundantes”. En nuestra experiencia es ir creando nuestros propios materiales, a través de ir probando, de ir analizando, de impactar desde una concepción situada y desde el territorio áulico. Dándole sentido a la idiosincrasia propia de nuestra Universidad. Entonces, empezamos a crear tours virtuales, materiales didácticos digitales, etc., vinculados a este sentido de pensar situado, a este sentido de pertenencia. Con el tiempo fueron adhiriéndose otras carreras y departamentos, y están participando de este constructo de una cultura propia, de una educación situada, de nuevas pedagogías emergentes, de complementar lo que es el mundo digital con el mundo académico.

Siete3siete: ¿Qué sucede con la irrupción de la inteligencia artificial?

A.P.: En la teoría de sistemas se habla de un “perturbador sistémico”. El perturbador sistémico que opera hoy en día -que es muy disruptivo y hay que profundizarlo ética y políticamente- es la inteligencia artificial. La IA, como perturbador sistémico, nos moviliza para poder pensar cómo seguir adelante con otro tipo de clases áulicas, o cómo redefinirnos como docentes. En este mundo de posmodernidad, en este océano de incertidumbre y de relativismo, el objetivo es generar nuevos “faros” epistemológicos que nos vayan guiando. Y creo que se tienen que construir desde las instituciones, desde una concepción pedagógica. Entre esos faros pedagógicos están las categorías que vamos creando, la utilización del software libre, la idea de generar nuestros propios recursos y materiales didácticos digitales. Creo que la cultura institucional es fundamental para no perecer en el relativismo que hoy, con la IA y con los medios de comunicación y la información imperantes -que entran por las ventanas de las aulas- puede llegar a desconfigurar nuestra cultura. Esto es para debatirlo; es una posición filosófica, de vida, existencial, pero desde nuestro pequeño trabajo queremos que lxs estudiantes se interioricen de esto, que se vayan apropiando, y que también tengan ese sentido de pertenencia con la institución. Resignificar esta cultura propia en un mundo de incertidumbre. Uno de los títulos de algo que quisiera escribir, es “La inteligencia emocional en tiempos de inteligencia artificial”. ¿Qué es lo que queda del ser humano? Por eso decía que es un debate también existencial. Cuando tenemos a la tecnología que resuelve un montón de problemas, o genera un montón de actividades que antes eran generadas por el ser humano desde la concepción de fuerza de trabajo, si reemplaza la fuerza de trabajo, ¿qué va a ser de nosotrxs? Hay tecno-pesimistas pero también tecno-optimistas que dicen que el trabajo se va a reconfigurar, se van a generar nuevas fuentes, nuevas formas, nuevas metodologías, que la tecnolología es el camino a seguir.

La IA, como perturbador sistémico, nos moviliza para poder pensar cómo seguir adelante con otro tipo de clases áulicas, o cómo redefinirnos como docentes. En este mundo de posmodernidad, en este océano de incertidumbre y de relativismo, el objetivo es generar nuevos “faros” epistemológicos que nos vayan guiando

Siete3siete: ¿Cuál es tu mirada?

A.P.: En nuestro ámbito, en la Universidad, más allá de lo que vemos en las materias, de los contenidos, de que hablemos de programación, de cómo se complementa la IA con el análisis de datos estadísticos, el planteo tiene que ser filosófico, ético y político. Lo tomo a Rodolfo Kusch también cuando planteaba que la ética antecede a la política. Creo que esta categoría es la que nos hace reflexionar desde una concepción profunda y existencialista, porque Kusch estaba también influenciado por Heidegger, Sartre y el existencialismo de su época. La connotación es existencial: ¿qué vamos a hacer de nosotrxs? La escuela tiene que formar para esto. En Chile, en el 73, Carlos Matus -que era el Ministro de Economía de Allende- la gran crítica que le hacía al sistema universitario y a lxs académicxs, era que la ciencia le daba la espalda a la política, que no se comprometía, que no participaba. Llegó a la conclusión de que fue uno de los factores por los que el socialismo fracasó. Hay que pensar las cosas en profundidad y pensar en los sistemas complejos. Rolando García, uno de los creadores del CONICET, con la teoría de sistemas complejos planteaba que los problemas sociales había que encararlos desde una concepción multi, inter y trans disciplinaria, porque no se puede caer en el reduccionismo o en lo simple de la realidad. Cuantos más matices uno vea de la realidad se genera una complejidad en esa experiencia problematizada es donde realmente se ve la condición humana. Es muy difícil, es inacabado, pero es donde, siempre a través de un trabajo interdisciplinario, se pueden solucionar los problemas de fondo y de raíz.

Siete3siete: ¿Y cómo pensás esto en relación a la Educación?

A.P.: Nuevas pedagogías emergentes empiezan a irrumpir y ya no se pueden negar más. Hay que complementarlas, implementarlas de alguna forma, eso es taxativo. Todavía en muchos espacios curriculares se toman preguntas memorísticas, donde el conductismo tradicional sigue operando. Pero hoy con inteligencia artificial te hacen analogías. La analogía es el corazón de la cognición. Borges, en la Biblioteca de Babel, plantea que el conocimiento lo va generando el ser humano a través de analogías; eso es lo que unx va incorporando para interpretar la realidad. Hoy, por un lado maravilloso y por otro lado tétrico, la IA creada por el ser humano hace este tipo de analogías, hace relaciones complejas. La cuestión es: ¿qué tipo de conocimiento puede generar esta complementación entre lo que unx sabe y lo que le aporta la IA?, ¿qué nuevo conocimiento surge?, ¿qué nueva estructura epistemológica surge? Para mí ahí está el desafío. Nosotrxs, por ejemplo, enseñamos programación, un lenguaje que se llama Python, que es de alto nivel, que lo utilizan en toda la universidad. Estábamos explicando las bases, los fundamentos, pero sabíamos que cuando les dábamos los ejercicios a lxs estudiantes que estaban en las clases virtuales, los estaban haciendo con IA, los estaban copiando del chat GPT. Entonces les dijimos: “bueno, vamos a utilizar el chat GPT y esa metodología va tener que reformularse: los trabajos van a ser basados en proyectos, relacionados al campo disciplinar de cada unx”. La propuesta es que investigue, porque un objetivo es también formarlxs como investigadorxs. Que a través de los datos nos demuestre que sabe programar in situ. Nosotrxs pensamos que la virtualidad plena iba a ser la modalidad educativa que iba a imperar, sin semi presencialidad. Ahora, con la inteligencia artificial, los conocimientos tienen que ser acreditados en el aula. Los parciales y los finales tienen que ser presenciales. La acreditación de conocimientos tiene que ser presencial. Lo humano vuelve a recobrar otro tipo de vida, de forma. Está todo por verse, todo por hacerse, eso es lo apasionante. La inteligencia artificial nos dice “hay cosas que ya te resuelvo, ya no tenés que especializarte en la parte técnica que puede darte un software”; el desafío está en lo social, en lo humano, en lo que somos únicxs, irrepetibles e irreemplazables.  

Agustín Pizzichini es Licenciado en Relaciones Internacionales y Profesor en Docencia Superior para Profesionales Universitarios (PDS – UTN) y Especialista en Docencia Universitaria (UNTREF). Docente de las cátedras de “Tecnologías de la Información y Comunicación” y “Redes de Comercio Internacional” de la carrera de Relaciones Comerciales Internacionales (UNTREF) y de las cátedras de Informática I, II y III del departamento de Informática de UNTREF y UNTREF VIRTUAL – ULP. Miembro del equipo de investigación en Tecnología Educativa (UNTREF) y miembro del equipo responsable del Programa “Vamos a la Universidad” perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (MDSN).