SI TODOS VIÉRAMOS LO QUE NOS ESTÁN HACIENDO

Diálogo con Sabrina Ortiz, abogada ambientalista de Pergamino

Fumigaciones con agrotóxicos; aire, agua y suelos contaminados; aumento en los trastornos de salud; denuncias que caen en el vacío; silencio de la gente por miedo a represalias; médicos y abogados que no quieren tomar el tema; una ordenanza que hace siete años estableció un registro de tumores y nunca se instrumentó; un Intendente que apela todas las medidas judiciales precautorias; poderosos intereses en juego… Y una afectada, Sabrina Ortiz, que inicia, en solitario, una lucha a favor de la salud y en defensa de la vida.

La entrevista fue realizada por lxs compañerxs María Luisa Mazzola, Secretaria General de SUTEBA Pergamino; Marisa Barromeres Secretaria de Salud Laboral de SUTEBA; Melisa Samitier, Secretaría General de la regional Norpampa de la CTA-T, y el compañero Martín Fioretti, Subsecretario de educación ambiental y desarrollo sustentable del SUTEBA.

María Luisa Mazzola: Sabrina es una luchadora de larga trayectoria en temas medioambientales y de contaminación por agrotóxicos. Ha logrado fallos muy importantes y la aplicación de esos fallos en nuestro distrito. Esto le ha traído no pocas complicaciones, y no solo en su salud, que se ha visto afectada por las fumigaciones ilegales. Te agradezco Sabrina la oportunidad de darnos esta entrevista para nuestra revista Siete3siete, ya que este tema de la contaminación ambiental y las fumigaciones ilegales nos tocan muy de cerca, porque tenemos en varios distritos situaciones con escuelas rurales fumigadas. Desde el SUTEBA hemos abordado esta cuestión ante la necesidad de proteger a las comunidades educativas y por eso está en esta conversación la compañera Marisa Barromeres, que viene trabajando y peleando a nivel provincial por la elaboración de un protocolo unificado para todos los distritos. También está la compañera Melisa Samitier, y el compañero Martín Fioretti.

Sabrina Ortiz: Muchas gracias por invitarme a contar lo que está pasando en esta zona del núcleo sojero, donde más del 70% de la producción agropecuaria es soja transgénica y estamos rodeados de productos fitosanitarios, agroquímicos, agrotóxicos. Comencé antes del 2011 a trabajar con este tema. Yo venía denunciando ante el Municipio y la Secretaría de Salud lo que pasaba con las fumigaciones frente a mi domicilio: cada vez que se daban me producían distintos síntomas: irritaciones en la piel, en las vías respiratorias, etc. En el 2011 estoy embarazada, vuelven a fumigar con productos muy fuertes, me intoxico producto de esa fumigación y finalmente pierdo el embarazo. En Pergamino no hay médicos que hablen de este tema, de hecho, cuando perdí el embarazo me dijeron “claramente esto es producto de una intoxicación pero si yo lo digo me salen a matar”. Entendí que había algo mucho más grande a mi alrededor que yo no estaba entendiendo. Pasé por distintos estados emocionales, una depresión muy grande, pero decido estudiar derecho para poder tener todas las herramientas y porque no había ningún abogado que pudiera acompañarme en las denuncias o ante la justicia. Después nació mi otro hijo, que también empezó a enfermarse; toda mi familia, cada vez que pasaban fumigando, tenía síntomas. Y de todas las puertas que yo golpeaba, ninguna se abría.

Sabrina Ortiz

M. L.: ¿Qué hiciste una vez que estuviste recibida?

S. O.: A comienzos del 2017 tuve mi título e iniciamos una causa en el Juzgado Federal de San Nicolás. Yo como querellante y también como representante de otrxs afectadxs. Porque en todo este recorrido fui conociendo personas que habitaban en el barrio que cuando nos pusimos a hablar todas estaban con los mismos procesos, pero ningunx vinculaba esos procesos con la fumigación.

M. L.: ¿Qué sucedió en esa causa?

S. O.: Se abre una investigación y se logran resultados a partir de la recolección de muestras de agua en tres barrios -analizadas en el INTA de Balcarce, designado por la Justicia como perito- con lo cual se va de una causa particular a una causa colectiva. A partir de esos resultados aparecen más datos sobre lo que implicaba en la salud la exposición a estas sustancias químicas. También nos encontramos con muchxs niñxs con autismo en esta zona de exposición directa. Recopilado esto, y todo junto, empezó a hacer ruido, porque algo estaba pasando. Es así que convocan a más peritxs, incluso de otros lugares del país. Lo que se manifiesta a través de las pericias es que las afectaciones de la salud que tienen las personas del barrio muy probablemente estén ligadas con la exposición a esas sustancias que están fumigando cerca de sus domicilios. Cuando se conoce el estado del agua de consumo diario con estas sustancias agrotóxicas, también se conoce el estado del suelo, del patio de cada vivienda, donde también se hacen muestras y se encuentran sustancias. A partir de ahí se tomaron medidas precautorias. La primera fue correr a 600 metros las fumigaciones en los tres barrios inicialmente incorporados en la causa y la prohibición completa en los campos que estaban frente a los domicilios. Esos 600 metros se mantuvieron hasta que se conocieron los resultados de los análisis de lxs hijxs que fueron afectados.

En Pergamino no hay médicos que hablen de este tema, de hecho, cuando perdí el embarazo me dijeron “claramente esto es producto de una intoxicación pero si yo lo digo me salen a matar”.

M. L.: ¿Tu familia fue afectada?

S. O.: Tuvimos un largo trayecto médico, con distintas especialidades y distintos tratamientos, y con el descarte de las enfermedades convencionales y hasta de las más raras. Primero empezó a enfermarse mi hija, después mi hijo, lxs dos con síntomas diferentes, lxs dos con manifestaciones en el cuerpo diferentes, que excedían ya la cuestión tóxica. Pasaron por instituciones de alta complejidad, para terminar en el área de toxicología y allí lo primero que nos preguntaron fue qué comíamos, dónde vivíamos, qué había alrededor. Fue la primera vez que nos preguntaron esto. Y ahí nos empiezan a hacer los análisis para detectar la presencia de agrotóxicos. El equipo interdisciplinario del área de toxicología del Hospital Austral determina que las consecuencias que aparecen en el cuerpo de mis hijxs son originadas por la gran cantidad de sustancias agrotóxicas. Que esto era lo que los estaba afectando. Finalmente nos derivan a hacer otros estudios a la Universidad de Rio Cuarto con la doctora Delia Aiassa, que es una eminencia en este campo, y ella determina que en todo el grupo familiar y no solamente en mis hijxs existen daños. Con ese informe solicitamos que se limiten las fumigaciones a 1095 metros, que es donde el informe dice que empieza a disminuir el impacto sobre las personas, y además que se extienda a toda la ciudad de Pergamino. Y en el 2019 se logra que se mueva ese límite a los 1095 metros para las fumigaciones por vía terrestre y 3000 por vía aérea. Esta medida alcanzó a toda la ciudad pero no hemos podido incorporar a los pueblitos de campaña y a las escuelas del campo. Esto es una preocupación porque la biología de las personas es igual en todos los lugares. Pero bueno, logramos un pasito más.

M. L.: ¿Esto trascendió a otros distritos?

S. O.: En distintas localidades ha ido haciendo un efecto dominó a partir de esta causa y se ha empezado a hablar sobre lo que pasa. El problema es que tenemos una justicia donde no existe un fuero ambiental, es decir que caemos donde caemos y entiende la causa cualquier juez. Es una situación crítica porque en todas las localidades donde buscamos daños, encontramos. Aquí mismo, un barrio se incorpora en esta causa a partir de una docente, Alejandra Bianco, que nota que toda su familia se enferma, incluso con enfermedades oncológicas -de hecho, su pareja falleció muy joven por esta cuestión-. Ella es querellante en esta causa. En ese barrio -que se llama Santa Julia y donde existe un tanque proveedor de agua que se comunica con varios barrios- se encontraron dieciocho sustancias de venenos (agrotóxicos) y no es casualidad que en ocho manzanas del mismo barrio se encontraran 53 casos de cáncer. Es muy doloroso ver como todo esto pasa como si nada. Hace poco falleció una amiga mía, Florencia Morales, tenía cuarenta y dos años, vivía en una zona periurbana y cada vez que fumigaban, los animales se le morían.

Marisa Barromeres: Hola Sabrina, te conocíamos a través de María Luisa y de Melisa. Según creo hubo un incumplimiento en el territorio de lo que se había conseguido por lo cual vos tuviste que hacer intervenir a la Corte Suprema.

S. O: Si, las medidas que propusieron en el juzgado son medidas cautelares y todas fueron apeladas por el Intendente de Pergamino que, lamentablemente, toma posición en defensa de los agronegocios y en detrimento de la salud de todos los ciudadanos y ciudadanas. Esta fue una complicación muy grande que tuvimos porque no esperábamos esta respuesta. De hecho, a partir de conocerse el estado del agua hicimos un pedido formal, por fuera de la justicia, para que se entregara agua envasada que haya sido analizada previamente, para las personas de los barrios afectados, y el Municipio se negó. Por eso recurrimos a la Justicia y ésta ordenó, en la misma medida cautelar, entregar agua. Todas las medidas que se tomaron en el juzgado federal de San Nicolás fueron apeladas ante la Cámara Federal, que rechazó esa solicitud del Municipio con la fundamentación de que la preservación de la salud tiene que seguir siendo de esta manera, porque ya existen muchas personas que fueron afectadas y está el riesgo de que se sigan sumando personas afectadas. El Municipio apeló entonces ante la Corte Suprema de justicia. Aunque teníamos cierto temor siempre he sido optimista porque las pruebas son contundentes, hay más de cuarenta cuerpos de investigación donde no hay lugar a dudas de que lo que nos está pasando es producto de los agrotóxicos con los que nos fumigan. Finalmente, la Corte Suprema rechazó el pedido de la Municipalidad y confirmó la medida cautelar.

El problema es que tenemos una justicia donde no existe un fuero ambiental, es decir que caemos donde caemos y entiende la causa cualquier juez. Es una situación crítica porque en todas las localidades donde buscamos daños, encontramos

M. B.: Si para nosotros el fallo de la Corte fue tan importante, me imagino para ustedes lo que habrá significado en el territorio. ¿Y qué está pasando ahora?, ¿se están cumpliendo estás medidas?

S. O.: Cuando un vecino o vecina ve que fumigan cerca de su casa o cuando le llega el olor, se denuncia y se activa el protocolo de la justicia. Hubo algún incumplimiento, que fue denunciado de inmediato, incluso hubo detenciones a partir de estas denuncias. Lo que sí hay que decir es que desde el 2018 hasta la actualidad no hubo ningún proyecto o presentación adentro de la Municipalidad por parte de lxs que responden al Intendente o a otrx concejal, que tiendan a mejorar la calidad del agua. Tampoco ninguna presentación en cuanto a las escuelas rurales. Sigue rigiendo para esas escuelas una ordenanza municipal que habla de 100 metros alrededor prohibidos y en los otros 500 se pueden utilizar distintas sustancias que están clasificadas por bandas de colores. Pero, por ejemplo, la banda verde que es la que es posible utilizar a partir de los 100 metros, incluye el glifosato, que hoy en día es considerado por la Organización Mundial de la Salud como probable cancerígeno y reconocido por la Organización Panamericana de la Salud como cancerígeno. O sea, estamos en una situación muy compleja porque para uno sí es cancerígeno y para otro no. Por otra parte, como los intereses económicos que hay detrás y a los cuales responde el intendente de turno, no permiten que el registro de tumores se ponga en marcha, lxs habitantes de Pergamino no conocemos ni los tipos de tumores que existen en nuestro lugar, ni las edades ni los géneros de quienes los padecen. No tenemos un registro que nos permita ver cómo está la salud de todas y todos los vecinos. Otro hecho significativo: fue el mismo INTA de Pergamino quien a partir de la medida cautelar de los 1095 metros se opuso a la misma, junto con el Intendente. Pidió en el Juzgado que no rigiera para sus predios, que ellos usaban para hacer los muestreos para realizar ensayos. Pero resulta que tenían un Jardín de Infantes dentro del predio. De hecho, dentro del INTA hay carteles que dicen “Agua no apta para consumo”. Es decir, reconocen que el agua está contaminada, pero al mismo tiempo quieren seguir contaminando. Lo hace un organismo que debe trabajar en el avance productivo para el bien de la sociedad.

M. B.: ¿Han tenido efectos estas medidas en el ambiente?

S. O.: Producto de la medida cautelar se toman muestreos del agua en distintos momentos del año y como resultado de estos muestreos hoy en día tenemos la reducción del 50% de agrotóxicos que encontrábamos al principio. Esto quiere decir que la medida está funcionando. Y por esta razón el Municipio apela, diciendo que ya no hay más agrotóxicos y que entonces se puede volver a fumigar. Nosotros decimos que justamente por estos resultados se tienen que mantener estas medidas, si se vuelve a tirar se vuelve a contaminar.

Martín Fioretti: Sabrina, somos parte de una Secretaría nueva en el SUTEBA y estamos trabajando desde el año pasado con esta temática. Quería preguntarte, ¿qué pena le podría caber a un productor si viola el fallo de la Corte Suprema de Justicia?

S. O.: Primero que nada, es demorado y a partir de ahí se inicia un proceso. En el marco de esta causa hay dos funcionarios del mismo Municipio que están siendo llevados a juicio oral. Y tenemos también a tres productores en la causa central que están corriendo con la misma suerte. En paralelo hay tres productores más que están siendo elevados a juicio por otro incidente.

M. F.: Estas distancias impuestas por la cautelar -los 1095 metros terrestres y 3000 aéreos- ¿son desde el casco urbano?

S. O.: Es desde la zona periurbana. Pero por fuera de esos 1095 metros hay viviendas, hay escuelas. Para los pueblos de campaña rige una ordenanza que limita a solamente 100 metros de las escuelas rurales y a 500 metros de los poblamientos. Nosotros intentamos hacer algo ante la Justicia, pero faltó colaboración de la gente de los pueblos. Es muy difícil que se incorporen a este reclamo porque tienen vínculos directos con los dueños de los campos o trabaja algún familiar. Es muy difícil por las represalias que pueden llegar a sufrir. Fíjense que a mí me mataron el perro de un tiro, me han dejado bidones de agrotóxicos en la puerta de mi domicilio, atentaron contra mi auto… No es una situación fácil la que se atraviesa. Muchas veces, ahora no, me sentí muy sola, porque nadie quiere meterse en esto, nadie quiere hablar, ni lxs médicxs, ni lxs abogadxs. Ni siquiera, a veces, lxs propios afectadxs. La cultura que tiene Pergamino está basada en el agronegocio y cualquiera que hable distinto de lo que todo el mundo tiene incorporado en la cabeza, está mal. Yo lo he sufrido.

Sabrina Ortiz

M. F.:Es el poder real, ¿no? La estructura económica y financiera del país, es el poder real. Es entonces una batalla muy dura. Que, como vos hacés, hay que darla.

 M. B.: Esto, como SUTEBA, lo vemos en cómo nos cuesta, en los espacios que tenemos con la Dirección General de Escuelas, hacer un Protocolo. Que es decir lo que una Directora, un Director de escuela, tiene que hacer o cómo debería actuar cuando te están fumigando. Nos está costando muchísimo que la Dirección General de Escuelas entienda lo importante que es. Y creo que está asociado con esto que estamos hablando, con el poder real, con lo que significa meterse con estas empresas, con estos grandes productores. Venimos trabajando, en un espacio de participación mixta con la DGCyE, en un borrador de Recomendación sobre Fumigación con Agrotóxicos, un protocolo que plantee a quién remitirse en caso de que estén fumigando mientras vos estás dando clase, qué registrar, a quién hacer intervenir. Es muy sencillo y sin embargo cuesta muchísimo que se entienda que esto es importante para la escuela, que tiene que ser una política pública, que es cuidar a sus trabajadorxs, cuidar a sus alumnxs, a las familias de sus alumnxs, a sus comunidades. El protocolo con el que estamos insistiendo nuevamente, se viene trabajando hace muchos años y tiene muchas idas y vueltas. Surgió de un trabajo nacional, que hicimos con CTERA, pero también surge de un trabajo en la provincia de Buenos Aires con otrxs trabajadorxs. O sea que excede el ámbito de la escuela y sin embargo llevarlo al ámbito de la escuela y poderlo hacer carne, nos cuesta mucho.

a mí me mataron el perro de un tiro, me han dejado bidones de agrotóxicos en la puerta de mi domicilio, atentaron contra mi auto… No es una situación fácil la que se atraviesa

S.O.: Cómo tendremos la mente colonizada, que se hacen maratones para recaudar fondos para el centro oncológico más importante de Pergamino y se corre con la camiseta de Monsanto u otras empresas productoras de venenos cancerígenos. Fíjense cómo se opera, Monsanto está en las campañas solidarias, en las campañas de prevención de enfermedades sexuales, está en todo; y eso es una forma de lavar la imagen. Si todos viéramos lo que nos están haciendo y se hiciera algo…

M. L.: Sobre todo, la gente que conoce, que está en lugares de toma de decisiones y no hacen nada. Ni siquiera presionar para que evalúen la calidad del agua en el territorio, para que revisen los tanques de las escuelas que se llenan con esta agua. Es una lucha que damos desde la UEGD y que da Melisa como nuestra representante en el CMD local. Y no hay caso, nadie se da por aludidx. Causa indignación y causa dolor porque sabemos que a largo plazo se van a ver las terribles consecuencias de todo esto. Que ya se están viendo, el hipotiroidismo es ya endémico: 9 de cada 10 mujeres de Pergamino tomamos levotiroxina. Hay hombres con hipotiroidismo que antes era una rareza; yo tengo un hijo que nació con hipotiroidismo. A veces la levotiroxina está en falta en las farmacias, en esta ciudad se consume como una aspirina.

Melisa Samitier: También hicimos una presentación hace casi dos meses para que analicen el agua de escuelas rurales, porque lxs mismos Consejerxs Escolares nos dijeron en el Comité Mixto Distrital (CMD) que no era apta para consumo humano. Fuimos a esas escuelas y no todas están recibiendo la provisión de agua que por ley les deberían dar. Y además no reciben la provisión de agua para el tratamiento de los alimentos que van a ingerir lxs alumnxs y lxs docentes. Porque hay que lavar la comida, hay que preparar el mate cocido, y todo eso se hace con agua de ese tanque que los mismxs Consejerxs Escolares dicen que no es apta para consumo humano. Hicimos este pedido que todavía no fue respondido y lo que nos dicen lxs Concejales del Frente de Todos, que sí participan en la mesa de educación, es que les responden que no hay un tema importante para tratar, por eso no se han reunido en estos meses. Por otra parte, la compañera de la región sanitaria cuarta está promoviendo la creación de ese registro de tumores que, por decreto, hace siete años que fue votado por unanimidad. Siete años que no se aplica. Siete años, la misma cantidad de años que lleva el Intendente en ejercicio. Estamos hablando de una complicidad del sistema político y del monopolio económico. Estos poderes fácticos de los que hablaban Martín y Marisa rigen muchísimo nuestra ciudad. Estamos hablando de casos de cáncer cada vez a más temprana edad y cada vez en una mayor densidad de población. No afecta solamente a un barrio, hay muchos barrios y hay algunos que todavía no han sido analizados, pero sabemos que hay casos de cáncer. Hasta los animales están teniendo síntomas de problemas de tiroides. Lxs mismxs profesionales de la salud nos indican que compremos bidones de agua, que no tomemos agua de la canilla porque trae distintos trastornos. En las maratones que Sabrina mencionó, participa el Intendente, que todos los años sale a correr con la remera de Monsanto. Justamente, tenemos ese centro oncológico -con fondos públicos nacionales y provinciales, pero que es iniciativa de una ONG- porque es una ciudad que ha registrado muchísimos casos. Y no van solamente personas de Pergamino sino también de los alrededores, porque es una situación generalizada en toda esta zona: Salto, Arrecifes, Colón, Rojas. Son ciudades que tienen muchos negocios con el campo. No se entiende que hay una lógica que hace que se produzca mucho hoy pero que también nos mata. Es lo que debemos tratar de revertir. Viene, se avizora una generación como Sabrina, como sus compañeras, que han abierto los ojos y ayudan a abrir los ojos, y que buscan cambiar esto. Pero contra el poder fáctico y contra el poder político es muy difícil.

S. O.: Tener adelante una fumigación y no darse cuenta que eso lo está enfermando responde a un esquema cultural. De alguna manera, están colonizando la mente y logran instalar que la producción del campo es lo mejor y es el motor de la ciudad. Nosotros desde el colectivo siempre aclaramos que no estamos en contra de la producción, ni odiamos a lxs productorxs, ni nada de eso. Simplemente estamos a favor de la salud y en defensa de la vida. Estamos por alternativas productivas, por un modelo productivo que pueda ser compatible con la salud y la vida de las personas. Y vamos a seguir en esta pelea. Que ningún daño, que ninguna muerte sea silenciada o sea en vano.

María Luisa Mazzola, Secretaria General de SUTEBA Pergamino
Martín Fioretti, subsecretario de educación ambiental y desarrollo sustentable del SUTEBA
Melisa Samitier, Secretaría General de la regional Norpampa de la CTA-T
Marisa Barromeres Secretaria de Salud Laboral de SUTEBA