Las preguntas sobre algunas cuestiones ambientales de jóvenes de la Escuela de Educación Especial 501 de Salliqueló fueron tomadas por una docente para desarrollar una propuesta didáctica. El interés despertado lo transformó en un proyecto que involucró a todxs lxs estudiantes de la escuela. Su directora Laura Succurro, así lo relata.
Laura Succurro: Nuestra institución está conformada por una escuela de nivel primario y dos servicios agregados, el de formación integral, en el que están los jóvenes, y el de atención temprana, qué son los más bebés. Es una escuela con una matrícula de 95 alumnxs que contiene 23 docentes, de los cuales ocho se encuentran en la sede y el resto están en los niveles donde lxs estudiantes se encuentran haciendo su trayectoria educativa. El proyecto de “Huellas en la naturaleza” surge de lxs estudiantes del SAFI (Servicio Agregado de Formación Integral) interesadxs en algunas cuestiones del ambiente de nuestra comunidad. La docente, Erica Núñez, a partir de algunas preguntas de lxs estudiantes vinculadas a la educación ambiental, inicia una secuencia didáctica en relación con algunos contenidos específicos del Diseño Curricular del nivel secundario, y también de nuestra prescripción curricular que es la Disposición 3/17. Se inicia la secuencia partir del interés y de las preguntas sobre las ruinas de Epecuén, en Adolfo Alsina. Es un espacio que tiene una historia en relación con su inundación y a la población que tuvo que migrar de su pueblo; en estos años se ha convertido en un proyecto turístico muy importante. Así que surge una visita a Epecuén, y también surgieron visitas a otros lugares, por ejemplo cerca de Santa Rosa, La Pampa, algunos puntos donde buscar la relación entre la naturaleza y la educación ambiental.
Siete3siete: ¿Y cómo se transforma en un proyecto de toda la institución?
Laura Succurro: En un momento el proyecto empieza a tener mucha singularidad en la escuela, y varios actores institucionales empiezan a preguntar, ¿qué están estudiando?, ¿qué están enseñando?, ¿qué se está viendo? Se empieza a conversar que quizás era un proyecto que debía trascender el aula de SAFI e incorporar las demás propuestas que tenemos en la escuela. Se incorpora la formación técnica específica, el taller de servicios y el taller de confección, e inmediatamente pensamos: esto ya no es un proyecto áulico, tiene que ser traducido en un proyecto institucional; un proyecto de educación ambiental desde la escuela y hacia la comunidad y también la región. Así que el proyecto que comenzó con algunas preguntas del interés de los estudiantes y que se traslada a una secuencia didáctica de una docente, termina siendo un proyecto institucional con todxs lxs estudiantes de la escuela de educación especial.
el proyecto que comenzó con algunas preguntas del interés de los estudiantes y que se traslada a una secuencia didáctica de una docente, termina siendo un proyecto institucional con todxs lxs estudiantes de la escuela de educación especial
Siete3siete: ¿Cómo se desarrolló?
Laura Succurro: Cuando comenzamos a pensar a qué lugares podíamos ir, nos encontramos con que la Secretaría de Turismo se sintió halagada y honrada de que nosotrxs estemos pensando en visitar el distrito y nos ofrecieron la visita al lago de Epecuén y las ruinas pero además nos contaron que existía en el distrito un lugar que se llama La Chacra, que es un ambiente natural muy cuidado, sin intervención de la producción del hombre. Planificamos esa visita y nos fuimos con toda la escuela, como cierre del proyecto luego de la secuencia didáctica y el trabajo de los contenidos que se hizo previamente en todos los espacios curriculares de la escuela. Se enseñó todo lo referente al lugar que íbamos a visitar, se habló sobre todas las cuestiones de la naturaleza que íbamos a encontrar, las situaciones o contextos históricos que se habían conservado, y también algunos animales que íbamos a poder ver en La Chacra. La salida educativa fue muy trabajada. Nos íbamos todos de la escuela y necesitábamos muchos docentes para acompañar. Hicimos el viaje durante todo un día, visitando a la mañana, las ruinas y el lago, y luego La Chacra. Lxs alumnxs estaban muy motivados porque querían ver y encontrarse con todo lo que habían trabajado previamente en las aulas y fueron reconociendo todo eso que lxs maestrxs habían enseñado.
Siete3siete: ¿Qué evaluación hacen ustedes de este proyecto?
Laura Succurro: Seguramente el año que viene lo vamos a seguir ampliando y profundizando, pero ha dejado en nosotrxs una marca muy importante. Si bien en la escuela siempre se transversalizaron los contenidos del Diseño en relación con ciencias naturales, ciencias sociales y prácticas del lenguaje, y se hizo un trabajo en las secuencias didácticas y en la planificación docente en relación con la educación ambiental, realmente, tener un proyecto que nace desde lxs estudiantes y con la fortaleza de unx docente que lo impulsa y a la vez después se transforma en un proyecto institucional, nos ha dado a nosotrxs una señal. Nos hemos nutrido y nos tiene pensando cómo la escuela enseña educación ambiental, porque también nosotros desde la Educación Especial tenemos que garantizar este derecho. A veces, en no todos los hogares se habla de la educación ambiental, se piensa en cómo nos alimentamos, en qué hacemos con los desechos de nuestro hogar. Creo que para 2023, esto se va a profundizar muchísimo en relación a la comunidad.
Nosotrxs queremos para el próximo año hacer ese trabajo con las familias desde el hogar, pensando en cómo cada quien cuida el medioambiente en su barrio
Siete3siete: ¿Qué repercusión hubo en las familias?
Laura Succurro: Siempre decimos que hay que fortalecer más los lazos con las familias y trabajamos proyectos de la escuela en esa dirección. Pero la escuela no suele hacer este tipo de viajes. Se ha hecho algún viaje en relación a deportes o ferias de ciencia y tecnología, pero nunca una salida educativa que refiera específicamente a un trabajo didáctico – pedagógico. Convocamos a las familias a un encuentro donde les contamos de qué se trataba el proyecto y qué íbamos a ir a hacer en ese viaje. Las familias se sintieron sorprendidas, y nos permitió recibir sus preguntas, sus dudas, y también que nos compartieran cómo ellxs estaban llevando adelante la educación ambiental en casa. Para todxs fue sorprendente, lxs chicxs volvieron con muchísima información y hubo mucho comentario con sus familias, con sus hermanxs, con el hogar. Así que las familias están interesadas en que esto continúe. Nosotrxs queremos para el próximo año hacer ese trabajo con las familias desde el hogar, pensando en cómo cada quien cuida el medioambiente en su barrio. Nuestrxs estudiantes no viven todxs en el mismo barrio, así que quizás eso también nos aporte una información diferente, qué pasa en cada barrio con los desechos, cuándo pasa el transporte municipal a retirarlos, de qué modo lo hace, quiénes son las personas que lo realizan, cuál es la tarea. Tenemos una articulación muy importante con la municipalidad. Con la práctica profesionalizante que sucede en los últimos años de la escuela ahí también vamos a articular, quizás podamos hacer una práctica en el basurero de nuestro distrito. Hay muchas ideas. Tendremos que involucrar a las familias para enseñar y para que nos enseñen, como instancia de aprendizaje para todxs.