Existen en los barrios diversidad de lugares que desarrollan un importante trabajo brindando apoyo escolar a niñxs y jóvenes. Muchxs de quienes los llevan adelante no son docentes ni tienen una formación didáctica. Dos proyectos de extensión de la Universidad de La Plata permiten abrir una reflexión sobre el lugar que ocupan otrxs actorxs que acompañan los aprendizajes de lxs niñxs y la necesidad de que la didáctica piense en esos espacios. “La escuela tiene el compromiso de empezar a articular estos trabajos”, plantea Mónica Escobar, Directora de uno de esos proyectos.
Siete3siete: ¿Por qué la Universidad trabaja con espacios de apoyo escolar?
Mónica Escobar: La Universidad tiene tres pilares donde sostiene su trabajo: la docencia, la investigación y la extensión. El trabajo de extensión se fundamentó en la idea de que la Universidad pudiera ofrecer a la comunidad algo de lo que sabe, construye o trabaja; colocaba a la Universidad como “dando” a la comunidad. Actualmente, la idea de la extensión es la de construir con el territorio, no desde una posición jerárquica sino desde una construcción colectiva. Este proyecto tiene un origen en el territorio, en el barrio San José de Ensenada y en el barrio Futuro de La Plata. Son dos de los 20 comedores que tiene en esta región la Coordinadora de Trabajadorxs Desocupadxs. Desde el Movimiento Estudiantil Liberación trabajaron articuladamente con la CTD y vieron la necesidad de seguir abriendo espacios comunitarios en distintos barrios; no con la idea exclusiva de hacer apoyo escolar sino de hacer un trabajo barrial desde distintas dimensiones: artísticas, culturales, de salud, etc. El apoyo escolar comenzó porque muches de les niñes y jóvenes que se acercaban traían esa necesidad de que lxs ayuden a hacer las tareas o estudiar o prepararse para un examen.
Actualmente, la idea de la extensión es la de construir con el territorio, no desde una posición jerárquica sino desde una construcción colectiva
Siete3siete: ¿Cómo te involucraste en este proyecto?
Mónica Escobar: Empecé a colaborar con el proyecto de extensión cuando ya estaba en funcionamiento, alojado en la Facultad de Trabajo Social. Como me dedico a la Didáctica de la Matemática, lxs estudiantes de este proyecto me pidieron ayuda para saber cómo encarar el acompañamiento. Porque una particularidad que tiene es que hay estudiantes de trabajo social, de periodismo y comunicación social, de artes, de psicología y de humanidades; pero no había docentes. Mi acercamiento buscó acompañar a este grupo de estudiantes para que puedan ayudar a hacer las tareas escolares. Esto para mí fue un gran desafío. Siempre trabajé con maestrxs, directorxs, inspectorxs, formadorxs. Pero en este caso era saber de qué manera la Didáctica de la Matemática podía aportar a este trabajo comunitario donde hay otrxs actorxs que acompañan los aprendizajes de lxs niñxs. También me llevó a reflexionar mucho sobre si la Didáctica de la Matemática se ocupa de esto o no. Porque parece ser como que no tenemos nada que ver con esos espacios, que existen y son muchos. En muchos barrios hay personas que se ocupan del apoyo escolar que no tienen una formación didáctica ni son docentes.
Siete3siete: Esto debe plantear problemáticas muy específicas…
Mónica Escobar Para mí significó rever cuáles eran los límites de la didáctica. Tenemos que pensar que las matemáticas circulan no solo dentro de la escuela, sino que hay otras personas que también hacen esta tarea y que existe una necesidad imperiosa de que la escuela reconozca esos espacios, los tenga en cuenta y articule ese trabajo. En ese sentido, me parece muy interesante lo que dice un material que se trabajó en una jornada de reflexión institucional sobre el Programa ATR:
en este caso era saber de qué manera la Didáctica de la Matemática podía aportar a este trabajo comunitario donde hay otrxs actorxs que acompañan los aprendizajes de lxs niñxs
«Una cuestión a considerar es la posible articulación entre la Escuela y los espacios socio-comunitarios de cada territorio, puesto que el fortalecimiento de las trayectorias e intensificación de la enseñanza requieren de un abordaje multi-dimensional y de una definición del concepto de comunidad educativa que no se restrinja al escenario de la escuela, sus docentes y estudiantes; sino que se abra al espacio público local. Puede pensarse la inclusión de posibles espacios y actorxs de enseñanza y aprendizaje, clubes, organizaciones de vecinos, bibliotecas, organizaciones sociales y comunitarias, etc. Tejer redes entre las diversas instituciones es, en algunos contextos, una práctica que sucede y fortalece el acompañamiento integral de las trayectorias de niñxs y adolescentes».
Esto nos interpela como docentes para pensar y saber que la escuela tiene que preguntar: ¿vos vas a algún espacio de apoyo escolar fuera de la escuela?, ¿a dónde vas?, ¿con quiénes estás trabajando? Para ver si podemos hacer un trabajo conjunto, de qué manera aunamos esfuerzos entre la escuela y esos espacios de apoyo para acompañar las trayectorias de lxs estudiantes. Esto cobró una gran significación durante la pandemia porque ahí se vio que lxs estudiantes, que siguieron acompañando las trayectorias educativas durante la pandemia, tuvieron un rol fundamental porque muchxs de lxs alumnxs no tenían celular, ni internet, ni computadora. Estxs chicxs mediaron en recibir la tarea, imprimirla, buscarla, comprar el material. En ese caso, el trabajo articulado fue fundamental. Como escuela tenemos que armar un tejido social y convocarnos a construir esa red, y no que sean las personas que se hacen cargo de esa tarea lxs que tengan que golpear la puerta de la escuela para lograr una articulación.
Siete3siete: ¿Cómo fue el trabajo con los estudiantes?
Mónica Escobar: Lo primero que hicimos en el 2018 fue organizar una serie de encuentros con un grupo de estudiantes. Armamos un espacio semanal en un aula de la facultad para trabajar no solo en contenidos matemáticos sino también discutiendo la idea de fracaso escolar, la idea de error, de cómo se interpreta la producción, de la diversidad. Trabajamos con lecturas, videos y por supuesto también trabajo matemático, tomando como base las actividades de chicxs que recibían el apoyo. Hicimos un trabajo conjunto con la Escuela Anexa de la Universidad de La Plata e incorporamos la observación y el registro de clases y los encuentros con lxs maestrxs que estaban a cargo de las clases para entender sus decisiones y recursos. Fue un trabajo super rico y un insumo para discutir en nuestros encuentros. Armamos también una red de whatsapp con profes que estaban y están dispuestxs a colaborar aunque no iban a ir directamente al barrio; nos comunicábamos cuando lxs estudiantes estaban dando el apoyo y resolvíamos su consulta en el momento; para ayudar también a lxs chicxs en la resolución de los problemas y la revisión de errores.
En 2019 se decide desdoblar este proyecto y alojar en Humanidades al proyecto del barrio San José de Ensenada. Ahí me invitaron a ser Directora del proyecto; seguimos trabajando articuladamente con el proyecto del otro barrio. Empezamos a tratar de fortalecer el vínculo con las dos escuelas a las que asisten lxs chicxs del comedor.
Como escuela tenemos que armar un tejido social y convocarnos a construir esa red, y no que sean las personas que se hacen cargo de esa tarea lxs que tengan que golpear la puerta de la escuela para lograr una articulación
Siete3siete: ¿Cómo fue durante la pandemia?
Mónica Escobar: En febrero del 2020 hicimos un primer encuentro con todo el plantel docente y directivo de estas dos escuelas y el grupo de apoyo escolar. Luego, durante la pandemia, pudimos mantener este vínculo y seguir trabajando como se podía, pero estando presentes. A medida que se iban liberando las posibilidades de hacer algo presencial, con todas las medidas sanitarias, lxs estudiantes comenzaron a ir al barrio de nuevo. Se focalizó en el sostenimiento de la continuidad pedagógica y seguimos con la formación. Además también se fortaleció la articulación con otras organizaciones territoriales: el club, el CEC y otros espacios de trabajo barrial. También desde la Universidad trabajaron en la Comisión de Niñez. Es un grupo de estudiantes que buscó y está buscando articular con otros espacios de la facultad y con otros actores territoriales para trabajar conjuntamente y acompañar las trayectorias de lxs nenxs. Actualmente, algo nuevo, es la incorporación del trabajo con la alfabetización de adultxs. El proyecto de extensión fue creciendo con la Escuela Anexa, que es partícipe del mismo, y la actual Co-Directora es una maestra de allí, que trabajó mucho durante la pandemia de manera virtual y articulando con otrxs docentes, haciendo un trabajo maravilloso. Actuar y construir con amor, elegir hacerlo. Actuar desde este registro. Actualmente ella está yendo al barrio para trabajar con alfabetización de niñxs y adultxs, junto a otrxs maestrxs. También tenemos colaboración de narradorxs, que hacen jornadas de narración; colectas de útiles, carpetas, hojas, meriendas.
Siete3siete: ¿Qué reflexiones te deja este proyecto?
Mónica Escobar: Creo que la escuela muchas veces trabaja sin buscar esta articulación con los espacios de apoyo y me parece que por ahí sería interesante caminar. Tenemos que tratar de tender puentes entre los conocimientos extra escolares que lxs niñxs van construyendo en interacción con la cultura y los contenidos escolares. Muchxs niñxs construyen conocimientos matemáticos en distintas situaciones, acompañando a su familia en diversas actividades, vendiendo, en una huerta. Hay diversos espacios donde construyen y ponen en juego conocimientos matemáticos, el tema es que quizás no los reconocen como tales y no se dan cuenta que eso que saben y despliegan con destreza fuera de la escuela lo pueden usar para resolver los problemas matemáticos que la escuela les propone. No hay un nexo que permita decir cómo eso que saben les podría servir para resolver lo de la escuela, ahí se produce una disociación entre lo de afuera y lo de adentro. No hay ahí un vínculo y hay muchas investigaciones que muestran que ese vínculo es fundamental. Muchas situaciones que se muestran como fracaso se dan porque falta articular esos conocimientos. Una tarea interesante que estamos comenzando a hacer es relevar las tareas que lxs alumnxs realizan fuera de la escuela para trabajar también con ellxs en ese reconocimiento.
En 2020 avanzamos en organizar un curso de extensión virtual que desarrollamos en 2021, en forma conjunta con Jorgelina Sandoval, de la UNICEN de Tandil, al que invitamos a participar a distintos espacios de apoyo escolar. Funcionó el año pasado con gran participación incluso de otros barrios, ciudades y provincias. Y se sumó gente que trabaja como ETR (Equipos Técnicos Regionales). Este año lo volvimos a hacer. Es una oportunidad para compartir en el territorio lo que sabemos y no quedar reducido a lo que pasa solo dentro de la escuela o la gente que se acerca voluntariamente. Tenemos que ver de qué manera eso que nosotrxs sabemos o que todavía tenemos que aprender lo podemos también pensar, repensar y construir junto a otrxs actorxs que también están acompañando los aprendizajes de la matemática. Me parece que la escuela tiene también el compromiso de empezar a articular estos trabajos. Hay mucho recorrido pero creo que es algo en lo que tenemos que seguir focalizando y fortaleciendo.
Mónica Escobar. Maestra de nivel primario. Profesora en Ciencias de la Educación y Magíster en Educación (FaHCE, UNLP). Profesora de Didáctica de la Matemática de la carrera de Cs. De la Educación. Coordinadora de la Especialización en Enseñanza de las Matemáticas para el Nivel Inicial y el nivel primario. FaHCE, UNLP.