“En la ´conquista del desierto´ es donde cae nuestro tatarabuelo. Como era un cacique importante, Roca lo pasea por la avenida Florida frente a las clases altas en un carro jaula, y de ahí lo envía preso a la isla Martín García. Al hijo del cacique, que se llamaba Nicasio, lo toma como sirviente el Coronel Racedo en Entre Ríos. Allí nace el papá de mi abuelo, que se mudó a Santa Fe, donde nace mi abuelo, que viene a Buenos Aires en los años 40. Ahí nace mi papá y después llegamos nosotros”. Eduardo y Martín Pincén, docentes de San Miguel, conversaron con Siete3siete sobre su mirada a propósito del 12 de octubre.
Siete3siete: ¿Quieren presentarse?
Martín Pincén: Yo soy profesor de Geografía. Nosotros somos descendientes de los pueblos mapuches tehuelches, el tehuelche conocido como Gününa- kena, con el idioma Gününa-iajëch. Somos tataranietos del cacique Pincén que fue capturado acá en la región pampeana.
Eduardo Pincén: Yo soy profesor de Historia. Pertenecemos a la comunidad Vicente Catrunao Pincén, que es una comunidad günün a küna-mapuche. Somos de Buenos Aires y tenemos gente en otros lugares.
Siete3siete: ¿Qué reflexión les trae el 12 de octubre?
Eduardo: Este año son 530 años del inicio de la conquista de América. Siempre se resalta, y es muy importante, que cuando llegan estos europeos fueron bien recibidos, como lo relata Colón en sus viajes, Hernán Cortés con los aztecas, Pizarro con los incas y el mismo Pedro de Mendoza cuando vino a Buenos Aires. Siempre marcaron el buen recibimiento, pero sin embargo del otro lado se vino por la conquista, ¿no? Este proceso de conquista provoca en los pueblos de acá un proceso de resistencia, que se le dice, y ahí empieza el exterminio de los pueblos originarios. Que fue por cuatro razones: las guerras, la esclavitud, las enfermedades -ya que acá no existían enfermedades que traían ellos y no tenían los anticuerpos- y otro proceso que se lo llama como etnocidio o el reemplazo de una cultura por otra. Y, bueno, este proceso sigue por estos 530 años.
Siete3siete: ¿Cómo se da ese proceso en Argentina?
Eduardo: El golpe más fuerte es en 1880 con la famosa “conquista del desierto” y la ocupación del Chaco. Sabemos que, en el contexto internacional, Argentina se estaba incorporando como productora y exportadora de materia prima, modelo agroexportador en la división internacional del trabajo, entonces esta alianza de los ingleses con las clases salta de Argentina provocan la ocupación definitiva de la tierra. En esta conquista la mayoría de los hombres eran esclavizados o fusilados, los ancianos la mayoría fueron fusilados, en el caso de las mujeres y lxs chicxs fueron repartidos para tareas de sirvientes.
empiezan a surgir diferentes movimientos que, en términos antropológicos, se les dice movimientos de etnogénesis, pueblos que vuelven, emergencia étnica, re-etnización
Siete3siete: ¿Cuál es la situación actual de los pueblos originarios?
Martín: Una vez que empiezan a pasar estos prejuicios de que éramos diferentes -así como había sobre pueblos africanos, pueblos de Oceanía, también con los árabes- que se da más que nada, se dice, después de la segunda guerra mundial cuando los europeos provocan las guerras entre ellos y ahí empiezan a ver las otras culturas en vez de como objetos de estudio como sujetos de derecho, bueno, ahí empieza a cambiar un poco la mentalidad en torno a los otros pueblos. Y unos años después empiezan a surgir diferentes movimientos que, en términos antropológicos, se les dice movimientos de etnogénesis, pueblos que vuelven, emergencia étnica, re-etnización. Estos son conceptos antropológicos pero en realidad de lo que hablamos es que están volviendo pueblos que casi se pensaba que no existían. Este proceso ocurre en toda América incluyendo Canadá y Estados Unidos. En el caso de Argentina actualmente hay cerca de 40 pueblos diferentes y cada pueblo tiene muchas comunidades registradas, tanto urbanas como rurales. Las comunidades rurales son las que vas a encontrar en el monte, lo matacu o wichis, o los mapuches en el norte de Neuquén, que viven todxs juntxs; y las comunidades urbanas, como nosotros, que estamos dispersxs pero nos identificamos con otros hermanos y hermanas por una idea de pertenencia común.
Siete3siete: ¿Alrededor de qué cuestiones se da esa identidad?
Eduardo: La forma de comprender el mundo se denomina cosmovisión. En el caso nuestro, nuestra cosmovisión nos dicta la relación que tenemos con el cosmos y con el medio. Al medio se le denomina lof, es el medio material e inmaterial que te genera identidad. Por esa razón va a suceder que lxs que hablan mapuche de este lado, mapuzungun, quizás hablan distinto a como se habla en gurumapu en Chile. ¿Por qué?, porque este lof tiene su identidad propia que quizás sea común a las demás, pero tiene particularidades. O sea, a eso se refiere cuando se habla de identidad. En nuestro caso, la comunidad trasciende varios lof, hay gente de muchos lados, entonces lo que nos guía como comunidad Vicente Catrunao Pincén, son objetivos comunes y la espiritualidad en común, la espiritualidad mapuche tehuelche. No es un tránsito fácil, la espiritualidad no es vistosa; uno cuando ve un pueblo originario está acostumbrado a ver colores, quizás a gente que toque instrumentos, artesanías, o sea una imagen muy mínima, muy reducida de lo que llaman pueblos originarios, y nosotros tenemos un tránsito que no llama tanto la atención.
La forma de comprender el mundo se denomina cosmovisión. En el caso nuestro, nuestra cosmovisión nos dicta la relación que tenemos con el cosmos y con el medio. Al medio se le denomina lof, es el medio material e inmaterial que te genera identidad
Siete3siete: ¿Cuáles serían las problemáticas que afectan a los pueblos originarios?
Eduardo: La Argentina como país viene bastante para atrás en el reconocimiento de pueblos originarios, Centroamérica está más avanzado, Bolivia está más avanzado, Argentina no. No sé si es voluntario o si son tiempos evolutivos que no ha transitado, pero viene medio para atrás. Hay gente que ni siquiera sabe que existen los pueblos originarios hoy, o sea te dicen “¿pueblos originarios?” Y vos decís ¡wow! Por ahí sí saben que hay en los Estados Unidos, por ahí sí saben de los celtas, pero no saben de los pueblos originarios de acá. Pero, bueno, nosotrxs tratamos de ir en el camino de la espiritualidad y el equilibrio, o sea de no estar enojados, de que eso que sucede no nos haga mal, ni nos transforme, ni nos genere odio. Y si nos genera, trabajarlo para que se apague; la cosmovisión nos enseña a estar en equilibrio. Para nosotrxs, que vivimos y trabajamos acá, en la ciudad, tiene que ver más que nada con los tiempos del laburo. Por ejemplo, tenemos una ceremonia y no existe el permiso para la ceremonia; no es pascua, que sabés que tenés los días, acá tenemos ceremonias concretas para las cuales tenemos que faltar, tenemos que pedir particular para ir y vamos a descuento. Y cuando empezás a preguntar, hay como una idea vaga -“mandale una nota al Inai”- y el Inai, Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, le manda un inspector, y el inspector a su vez va a ver si te va a descuento, o sea la burocracia misma se come toda intención. Y hasta terminás sintiendo culpa para ir a una ceremonia. Eso nos sucede a nosotros. Esto con respecto a lo ceremonial, con respecto a la identidad no se les da el lugar que debería tener, es como que solamente somos indígenas para el 12 de octubre, después, todo el resto del año, no importa. En el medio venimos atravesados, obviamente, por el surgimiento de nuevas identidades, de nuevas maneras de percibir y percibirse que la humanidad viene abrazando. Y bueno, en la conquista de derechos siempre quedamos de lado nosotrxs como pueblo originario. Sigue existiendo el conflicto de las tierras, sigue existiendo en el norte que los blancos abusan de las nenas o de las mujeres, y eso queda en la nada, sigue existiendo. Digamos es esa misma saña que existió de la conquista de América para acá. Es como que no para. Otra cosa es que nuestro saber muchas veces se mercantiliza. Cualquiera en este momento está curando con las manos, diciendo que tiene el permiso de tal o cual pueblo originario; y primero que ni siquiera sabemos y segundo que ni siquiera nosotrxs curamos con las manos. Hay una idea muy abrazada al sistema capitalista de lo que es ser originarix que atenta contra nuestra esencia.
nosotrxs tratamos de ir en el camino de la espiritualidad y el equilibrio, o sea de no estar enojados, de que eso que sucede no nos haga mal, ni nos transforme, ni nos genere odio. Y si nos genera, trabajarlo para que se apague; la cosmovisión nos enseña a estar en equilibrio
Siete3siete: La escuela, ¿toma estas cuestiones?
Martin: En educación se avanzó mucho, está la educación intercultural bilingüe, está en los diseños curriculares, pero de ahí a la implementación es otra cosa. Por ejemplo, yo en geografía casi todos los años puedo meter algún tema. Quizás dentro de movimientos sociales podemos tener movimiento indígena, en geografía de segundo año se ve toda América y en historia de segundo también se ve toda la conquista de América. En el año tenés el 19 de abril, día del aborigen, tenés en agosto también y después, bueno, en octubre. Pero lo que entra acá es la subjetividad de cada escuela, de cada directivo o de cada docente. Si bien hay herramientas como para enseñarlo, no quiere decir que sea enseñado. Y hay escuelas que no están de acuerdo y hemos luchado; hay un caso que tenía murales indígenas y directores que no quisieron y lo sacaron. Como que cada escuela es un mundo digamos, hay como una base mínima de contenidos, de temas a trabajar, pero de ahí cada escuela si lo trabaja o no, no sabemos decir. La otra realidad también es que no solamente somos nosotros, hoy en día tenés un número mucho más grande de diversidad de migrantes en las escuelas, de migrantes sudamericanxs -peruanxs, venezolanxs ,bolivianxs- y al igual que nosotrxs muchas veces también son ignoradxs. Así que es como muy variado, hay escuelas que lo trabajan y hay escuelas que no lo trabajan directamente. Con el 12 de octubre, muchas veces hay confusión en las escuelas, porque trabajan esto de la diversidad cultural y hacen una feria, un espectáculo de tango y folclore; lo hacen desde el desconocimiento, sin saberlo. Pero nosotros siempre lo abordamos como un día de duelo, porque empezó un genocidio que sigue hasta la actualidad.
Siete3siete: En algunos lugares se pone la mirada en el 11 de octubre, ¿no?
Eduardo: Estar pensando en el 11 de octubre, como el último día de los pueblos libres, es remontarse siempre a la tristeza, como que cayó una bomba, arrasó con todo y no quedó nada. Y nosotrxs no somos nada, nosotrxs como comunidad -siguiendo la lógica de Luis, que es nuestro papa que falleció- abrazamos la idea de que el 13 de octubre es el primer día de la resistencia indígena. Si hay que poner una fecha nos gusta más esa fecha. Pero a nosotrxs, el pueblo mapuche tehuelche, es el Estado argentino quien nos atacó y combatió, no los españoles. Y hasta el día de hoy no se toma el trabajo de reconocerlo.
Martín: En la Argentina, además del genocidio de la última dictadura militar, se reconocen otros genocidios que no fueron acá, como el genocidio armenio -que tienen un museo- y el genocidio nazi. Sin embargo, no se termina de reconocer el genocidio que ocurrió en Argentina. Creo que este año se reconoció el de la Masacre de Napalpí, pero hubo culturas que se extinguieron por completo, como los caingang, los timbues, los comechingones quedaron muy pocos. Hay registros en el Estado, en el Archivo General de la Nación, de los campos de concentración de indígenas, hay muchísimos. Hay un grupo que se encarga de investigar todo, los experimentos del museo de La Plata. Estaría bueno, hicimos reclamos, que el Estado, así como reconoce genocidios externos, se tome el trabajo de reconocer también el de acá. Por esto el día de la diversidad, siempre lo decimos, fue un concepto puesto por lxs blancxs no por lxs indígenas. Creo que el que tiene un día, el 12 de octubre, que reconoce el genocidio es Venezuela, si no me equivoco. Son todas cosas a debate. Nos gusta tirar esta idea como para que algún día se den debates de estos temas, no por bronca o enojo, no es que estamos en contra de otros genocidios, nada que ver, pero estaría bueno que se los replantee el Estado. Eso nada más.