¿QUÉ EQUIPOS DE CONDUCCIÓN PARA ESTOS TIEMPOS?

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«Aprendimos lo importante: sabemos que es imposible una escuela sin presencias. Pero también aprendimos que es posible, porque fue necesario construir nuevas presencialidades» La Secretaria de Educación de SUTEBA, Sandra Ramal, reflexiona sobre el trabajo de los Equipos de Conducción construyendo la escuela que soñamos.

Luego de un período de políticas neoliberales que deterioraron las condiciones del trabajo docente, pasamos a un escenario de pandemia mundial donde un nuevo Gobierno Nacional y popular debió tomar la decisión del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Nos encontramos hoy ante nuevos desafíos, que podemos enumerar en tres acciones:

  • Sostener las conquistas que quisieron arrebatarnos en intentos de mercantilizar la escuela.
  • Recuperar la presencialidad sin eufemismo, ni romanticismo; tenemos que hacer volver a la escuela a todos y todas.
  • Valorar lo aprendido en estos dos últimos años en lo que tuvimos que establecer nuevos modos de enseñar, de aprender y de vincularnos.

En este sostener, recuperar  y valorar hay actorxs clave en las instituciones educativas que fueron y son quienes aseguraron el mandato fundamental de la escuela pública, el derecho social a la educación; me refiero a los Equipos de Conducción recuperando los procesos de enseñanza en los espacios colectivos de trabajo.

Inmediatamente, ante la irrupción de la pandemia, los Equipos de Conducción junto a los equipos docentes produjeron un nuevo entramado vincular para llevar adelante acciones de sostenimiento, cuidado  y acompañamiento de los y las estudiantes, sus familias y de las comunidades.

En los diferentes niveles y modalidades, pero en Secundaria más que en cualquier otro, los Equipos Directivos pudieron sostener la cohesión de las instituciones y amortiguar los efectos de una escuela sin materialidad física, sin edificio. Ese trabajo sostenido construyó nuevas formas de vinculación aún en la virtualidad.

Enormes esfuerzos por generar nuevas formas de comunicación para comunidades amplias y diversas, para propiciar la adopción de  miradas comunes en la enseñanza y en la evaluación, adecuándose a marcos regulatorios necesarios para responder a esas condiciones inesperadas.

Enormes esfuerzos por generar nuevas formas de comunicación para comunidades amplias y diversas, para propiciar la adopción de  miradas comunes en la enseñanza y en la evaluación

Equipos de Conducción y equipos docentes poniendo en circulación nuevos saberes acerca de la enseñanza y del aprendizaje remoto, acercando recursos, poniéndose a disposición de estudiantes, familias y comunidades para sostener el lazo afectivo y hacer lugar a la continuidad pedagógica. No fue sencillo, sin embargo se hizo, y muchas y muchos estudiantes pudieron sostener su escolaridad, estudiantes que siguieron aprendiendo y docentes enseñando.

Aprendimos lo importante: sabemos que es imposible una escuela sin presencias. Pero también aprendimos que es posible, porque fue necesario construir nuevas presencialidades. Nuevas formas de acercar la enseñanza al aprendizaje a través de las pantallas y de los cuadernillos. Desde el gobierno escolar aprendimos a constituir nuevos espacios y tiempos institucionales para llevar adelante el proyecto colectivo de la escuela. Generando debates acerca del formato escolar consagrado históricamente: segmentación por edad, relación clase año, grados por edades y promoviendo debates para superar la falsa relación edad/ contenido. Revisitando el régimen académico para hacer lugar a otras formas posibles de agrupamiento y de vinculación entre docentes y estudiantes. En este sentido, es necesario valorar que construimos nuevos lazos, reafirmando que la educación es un acto puramente humano.

Aprendimos lo importante: sabemos que es imposible una escuela sin presencias. Pero también aprendimos que es posible, porque fue necesario construir nuevas presencialidades

Esa escuela que se vió amenazada primero por una política del desguace de lo público y luego por un virus, construyó más humanidad y más vínculos afectivos.

Eso es lo que puede hacer una escuela cuando tiene una conducción sensible y a la vez consciente de su responsabilidad en la disputa por el sentido de sí misma en estos tiempos y en este contexto.

Ese es el debate que venimos a instalar para construir la escuela que queremos, es el sentido de lo inédito posible, y para eso necesitamos  Equipos Directivos conscientes y con posicionamiento político pedagógico para garantizar el derecho social a la educación, como actorxs que organizan el entramado institucional junto con los equipos docentes para que todas las políticas públicas tengan impacto real y concreto en sus comunidades.

Si algo hemos aprendido en este tiempo es que la solución ante los enormes desafíos que enfrenta hoy la educación en general, no pasa ni por una vuelta al pasado, ni por más de lo mismo, reforzando los sistemas actuales en una huida hacia adelante, ni por acabar con la escuela institucionalizada a favor de nuevos mecanismos de mercado. Pasa por el trabajo colectivo, por pensar la escuela entre todos y todas con el acompañamiento del sindicato como siempre y con un gobierno que atiende y entiende las nuevas demandas de puestos de trabajo, de organización institucional y por eso regula y pone en acto nuevos marcos normativos consensuados y acordados en paritarias, como los ATR, el FORTE, las obras en las escuelas, entre otras. Porque la paritaria no sólo es salarial, es discutir condiciones del trabajo docente.

“La escuela que queremos pasa por más escuela, pero una escuela distinta”, dice Hugo Yasky.

Para construir esa escuela que soñamos necesitamos de los Equipos de Conducción para construir y conducir un proyecto institucional con todos y todas, en cada territorio.

Sandra Ramal es Profesora de Formación Docente, Inspectora de la modalidad de Psicología comunitaria y Pedagogía Social y actual Secretaria de Educación de Suteba