LA PANDEMIA: IMPACTO Y ENSEÑANZAS

Entrevista con Lilian Capone

1435

Organización, compromiso, y articulación son las claves sobre las que reflexiona la médica y compañera Lilian Capone, que analiza desde una perspectiva integral y política la breve pero contundente historia de la pandemia de Coronavirus y sus consecuencias sociales, ambientales y culturales.

737: Desde tu lugar de médica pero también de Secretaria de Salud Laboral de la CTA de los Trabajadores de la Pcia. de Bs. As., ¿cómo estás viendo la situación?.

Lilian: Estamos frente a una situación que es catastrófica. Pandemia, según la definición de la OMS, implica que el contagio es muy elevado y abarcará más de un continente. En este momento sabemos que comenzó a fin del año pasado en un mercado en China. En realidad fue una enfermedad profesional, porque era una persona que estaba trabajando en el mercado y se contagia con animales, aparentemente de un murciélago o de alguna especie parecida. Se infectan dos personas y a partir de ahí comienza una pandemia en Asia, sigue en Europa, en los países eslavos y después llega a América.

737: ¿Por qué tanta rapidez?

Lilian: Antes, la famosa peste bubónica por ejemplo, las epidemias las traían los inmigrantes en los barcos, entonces entre contagio y contagio pasaban meses. En cambio, este virus vino en avión y generó una rapidez de contagio muy fuerte. Entró por Ezeiza, de la mano de una clase social que pudo irse de vacaciones lejos. El coronavirus es un virus conocido, parecido al de la gripe, pero que tiene un código especial. Es de alta contagiosidad y de muy rápida acción. Al comienzo empezaba con síntomas de gripe común, con fiebre, pero ahora la presentación clínica es realmente muy variada: dolores de cuerpo, dolores articulares, fiebre, diarrea, trastornos respiratorios, pérdida de gusto… También sabemos que hay trastornos cardíacos.  En un momento se pensó que no iba a venir en el verano porque estaba instalado en Europa en invierno, pero es un virus mutante. Así que se va a instalar en cualquier país.

737: ¿Y por qué se instaló tan rápidamente y con tanta gravedad en Europa, que uno consideraría entre los “lugares seguros”?

Lilian: Se instaló justamente en aquellos lugares en donde han privatizado absolutamente la salud. El norte de Italia fue un ejemplo del proceso sanitarista privatizador y uno de los primeros lugares donde tuvo más impacto, no solo a nivel de contagio sino de muerte. Y fue porque estaba saturado el sistema sanitario. Nosotros tenemos más de un millón de infectados y tenemos muchísimos muertos  -siempre digo lo que plantea el profesor Kornblihtt, del Conicet, que todos los días en la Argentina cae un avión con más de 200 personas y mueren todos- y mirando para atrás obviamente que podríamos haber hecho las cosas mejor, siempre es perfectible, pero lo que sí sabemos es que estas personas no fallecen por un sistema sanitario colapsado.

737: También está afectando mucho al propio sector de la salud, ¿no?

Lilian: Lamentablemente muchos trabajadores de la salud están muy desgastados, tienen una fatiga psicofísica extrema y esto disminuye las defensas, se infectan y fallecen. La causa de inmunodepresión no es solamente orgánica tiene que ver con una esfera psíquica, social, ideológica. De todas formas, la cantidad de fallecidos relacionados con la cantidad de infectados del personal de salud es baja -no estoy justificando bajo ningún concepto el fallecimiento, no tiene que fallecer nadie-, creo que es del 0,6%. Todo esto lo que marca es una gran crisis, una crisis sanitaria y una crisis económica, social, política.

Ilustración: Lorena Baudriz

No hay, en una pandemia, lo público y lo privado. En esta situación hay que unir voluntades, hay que unir camas, hay que unir saberes. No podemos discutir si el contagiado es de CABA, es tucumano o de la provincia de Buenos Aires. Tenemos que decir “nosotros” y pensar en el impacto en el país.

737: Pensando en cómo sigue, ¿qué cosas son las que preocupan?

Lilian: Por un lado el tema de la vacuna, es nueva y vamos a tener que estar muy alertas, como lo está la comunidad científica, para saber que sea beneficiosa para la humanidad y no que genere efectos adversos. Y por otro lado la cuestión de las secuelas. Lo que se está viendo es que las secuelas son muy importantes: dolores musculares de muchos días, trastornos respiratorios severos, fibrosis en los pulmones, personas que caminaban o corrían diariamente y ahora ya no lo pueden hacer. También deja secuelas severas cardiovasculares, ACV y secuelas neurológicas. Es un cuadro severo y afecta a más gente de lo que nosotros suponemos.  A todos, cada vez se nos acercan más los casos de contagio.

737: Decías antes que era una crisis sanitaria pero también daba cuenta de una crisis política.

Lilian: Siempre pienso, ¡qué suerte que hicimos un cambio de gobierno antes de que llegue la pandemia! Arrancamos con un sistema de salud absolutamente destruido, con vacunas vencidas, programas deshabilitados, tomógrafos debajo de las goteras de los techos de los hospitales, con gente echada o licenciada en el Conicet y en el Malbrán, un Ministerio de Salud que terminó siendo una Secretaría… Y aquel Ministro que avaló eso, hoy quiere explicar lo inexplicable. ¿Cómo justificar el vencimiento de 65.000 vacunas cuando se duplicó la mortalidad infantil? ¿Cómo explicar que aumentaron las enfermedades de transmisión sexual, aumentaron los embarazos adolescentes, aumentó la mortalidad en el parto habida cuenta que se cortó todo lazo social que habían con los barrios más vulnerados para llegar a las Salitas, se cerraron oficinas enteras donde había programas de asistencia? Con esa ideología de la meritocracia que tienen, piensan que no se necesita asistencia, que cada uno tiene que salir con lo que tiene. No es cierto. Dejamos a una gran parte de la población totalmente desabastecida de herramientas sanitarias. Y a esto le tenemos que sumar la falta de trabajo y la falta de comida. La desnutrición no es solamente en niños sino en adolescentes, mujeres y hombres jóvenes. Esto va a generar un impacto por muchos años. Entonces digo, ¡qué suerte que no tenemos el gobierno anterior! Yo hablo desde el punto de vista de salud que es lo que más conozco. Qué suerte que hayan sido estos funcionarios los que han tenido que enfrentar la pandemia, que hayan levantado un sistema sanitario que no es que tenía algunos problemitas, cómo uno escucha decir, sino que estaba arrasado y lo pusieron de pie. Hoy casi se triplica la cantidad de camas de terapia intensiva.

737: ¿Cuáles te parece que son las claves que posibilitaron esto?

Este virus -que no se ve, no se toca, no se huele, no se escucha- nos vino a mostrar lo que nos falta: la articulación. A veces estamos organizados pero no estamos articulados. La pandemia no es solo un problema de Salud, es también de Educación y de Desarrollo Social.

Lilian: Creo que porque se planteó un sistema de salud integral. No hay, en una pandemia, lo público y lo privado. En esta situación hay que unir voluntades, hay que unir camas, hay que unir saberes. No podemos discutir si el contagiado es de CABA, es tucumano o de la provincia de Buenos Aires. Tenemos que decir “nosotros” y pensar en el impacto en el país. Hay información pública y todos los días podemos saber, entrando a la página del Ministerio de Salud, el estado epidemiológico de cualquier parte de nuestra geografía. El nosotros tiene que ser con una mirada integradora y así se pensó en todo el sistema de salud. Ahora todo el mundo habla de respiradores, que hasta hace poco no tenía la menor idea de lo que era, y sabe que hay respiradores libres esperando, que ojalá no se utilicen. Hubo que arreglar muchos hospitales y se tuvo que reconsiderar la organización del trabajo en los equipos de trabajo. En este sentido, una de las cosas más interesantes que pasó en la provincia de Buenos Aires fue que los trabajadores participemos en los llamados Comité de Crisis.

737: ¿Podés contar sobre esto?

Lilian: Hay un Comité de Crisis en la provincia de Buenos Aires convocado por el Ministerio de Salud donde estamos todos los sindicatos y otros ministerios como el de Género y el de Desarrollo Social. Allí se pudo articular y garantizar la política pública. Se puede tener la mejor política pero para que eso se ponga en acto, para que llegue a la gente, los trabajadores de la salud, los trabajadores de la educación y todos los ciudadanos tienen que poder tomar esa política como propia y defenderla. Sino la política no sirve, es politiquería. La política es el arte de hacer para transformar la situación. Este virus -que no se ve, no se toca, no se huele, no se escucha- nos vino a mostrar lo que nos falta: la articulación. A veces estamos organizados pero no estamos articulados. La pandemia no es solo un problema de Salud, es también de Educación y de Desarrollo Social. Fijémonos en lo que pasó en Villa Azul que iba a ser una bomba, porque es un lugar de mucha inequidad, de mucha vulnerabilidad. Sin embargo apenas aparecieron los primeros casos -trabajadoras y trabajadores, especialmente de trabajo doméstico e informal, que venían de Capital- se dio una estrategia de intervención. Era muy difícil porque había hambre, había gente sin trabajo, había mucho pasillo, había condiciones de hacinamiento, condiciones realmente infrahumanas en muchas partes de ese barrio. Lo primero que se hizo fue nombrar responsables sanitarios de la propia comunidad. “¿Quién mejor que un vecino para conocer a su propia comunidad?- contaba el Ministro– llegábamos a la mañana y nos decía quién tenía fiebre, con lo cual se hacía mucho más fácil y rápido ir a esa casa”. Y esta llegada permitía ver además qué pasaba en esa casa. Estuvo Salud pero también Educación, Seguridad, Desarrollo Social y Trabajo. La articulación fue magnífica y la circulación del virus en ese lugar no llegó al 20%. Mientras que en otros barrios vulnerados, cerca de la Recoleta, la circulación fue del 50% porque no tenían agua. Acá tampoco tenían agua pero rápidamente dieron agua, dieron comida, se organizó a la comunidad. Por eso digo que cualquier intervención que se haga tiene que ser con organización, con compromiso, pero articuladamente. Y rescatando el saber de esa comunidad, nombrado Promotores de Salud, que no tienen que ser ni enfermeros, ni médicos, ni trabajadores sociales, ni psicólogos. Esa es la concepción de salud que debemos tener.

737: ¿Qué reflexiones deja esta pandemia?

Lilian: Nos trae cosas a pensar y también nos está dando muchos consejos. Primero, ningún funcionario puede decir que “nosotros estamos bien”, cuando vemos que todos los días en el país se cae un avión y mueren 200 personas. Y nos está demostrando que tenemos que discutir qué sistema de salud queremos. La Argentina se caracterizó por ser muy solidaria. A mí, como médica del hospital, revisando pacientes de todos los países limítrofes, nunca me hace ruido nada de eso; al contrario, porque Argentina siempre fue solidaria, como con la mayoría de nuestros abuelos o bisabuelos que fueron inmigrantes. El problema no es la cantidad de gente sino que tiene que ver con la organización del trabajo y con el concepto de salud que tenemos en nuestras instituciones. Hoy se habla mucho de violencia. Pero violencia, también, es tener una institución sanitaria que no incluye a los que más sufren. Violencia es que esa institución no tenga dónde la gente se pueda sentar, que no tenga equipos interdisciplinarios para contener a los pacientes y los familiares pero también a los trabajadores. El virus nos está marcando que en la medida que no tengamos una visión de salud integral, equitativa e inclusiva de género e intercultural, vamos a volver a lo mismo. Quizás no será el coronavirus y será otro. Lo podemos ver o no, pero el mundo está en problemas

DRA. LILIAN CAPONE

Neumonóloga Ocupacional. Médica del Trabajo. Docente Facultad Medicina UBA y UNR. Consultora Patología Ocupacional  Fac. de Medicina UBA. Sec. Salud Laboral CTA Pcia de Bs As. Presidente Suplente Comisión Mixta Salud y seguridad Empleo Público pcia de Bs As. Integrante equipo Salud Laboral CTERA. Coordinadora Espacio Intersindical Salud y Trabajo