SIRVIÓ PARA QUE NO AFLOJEN

Un proyecto de prácticas profesionalizantes - Reportaje a Emmanuel Montiel

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“A más de uno se le pasó por la cabeza decir “bueno este año lo dejo, lo vuelvo a hacer el año que viene”. Y ver que una idea y un proyecto de ellos ya está funcionando y que somos la primera escuela en la Provincia con este sistema, ha ayudado mucho a que no tiren la toalla”.

Emmanuel Montiel -profesor y jefe de área de la Escuela Técnica N° 5 de Lanús- cuenta a 737 el proceso de trabajo que llevó a la instalación de un arco sanitizante en la entrada del establecimiento, en el marco de las prácticas profesionalizantes de lxs alumnxs del último año.

737: ¿Cómo surge el proyecto?

Emmanuel: Las  prácticas profesionalizantes son un espacio que tienen los chicos del séptimo año de todas las especialidades técnicas donde se busca vincularlos con el mundo del trabajo. Son 200 hs mínimas que tiene que cumplir fuera del horario de la escuela, dentro de lo posible en una fábrica o empresa que sea acorde a su perfil profesional. Por supuesto, la pandemia imposibilitó la realización de estas prácticas; tuvimos que acudir a un régimen distinto, incluido en la normativa, que son las prácticas por proyectos. O sea, es un proyecto que busca brindar algún tipo de ayuda y desarrollo tecnológico a una situación problemática que se esté viviendo en el entorno sociocultural o socio productivo de la institución. A través de los distintos mecanismos virtuales de reuniones que teníamos con los chicos empezamos a trabajar qué proyecto podíamos hacer que sirva de ayuda a nuestro entorno. Obviamente con lo primero con que nos encontramos fue con el tema de la pandemia que nos invadía a todos. En nuestra escuela realizamos la entrega de alimentos; tenemos una matrícula de 1200 alumnos así que cada entrega de bolsones es un flujo de gente muy grande y eso hace que la posibilidad de contagio sea alta.  Esta tarea es ad honorem y solidaria por parte de los docentes y de los que conforman la comunidad educativa, por eso nos veíamos en la obligación de brindarle a toda esta gente que venía a colaborar el ambiente más seguro para trabajar. Se empezó con el desarrollo de cabinas sanitizantes, un sistema de desinfección para todo el cuerpo.

Arco sanitizante en la entrada de la Escuela

737: ¿Cómo se fueron organizando?

Emmanuel: Los chicos se dividieron en comisiones y empezaron a trabajar en los proyectos de desarrollo de distintos sistemas de sanitización. Una vez que tuvimos las distintas opciones que ellos presentaron -con el diseño, el cálculo de costos, etc.- nos pusimos a ver cómo podíamos aplicar eso a nuestra escuela, tratando que fuera lo más económico posible. En vista de que la puerta de ingreso es una puerta doble, que teníamos un flujo de gente muy grande, y pensando también en la vuelta a clases, se optó por un arco sanitizante -que produce una lluvia de líquido desinfectante- en el marco externo de la puerta, lo que permite que hasta entrando tres personas al mismo tiempo puedan ser desinfectadas. Además permitía abaratar los costos. Así que los chicos se pusieron a trabajar en el diseño del proyecto. En el 7mo año de electromecánica contamos con 48 alumnos. El desarrollo de la práctica se hizo por comisiones de 6 ó 7 alumnos que presentaron distintos proyectos. Después se avanzó sobre uno puntual, pero de las siete comisiones fuimos rescatando cosas para llegar a la última idea. Así que todos los de 7mo aportaron. El montaje y la puesta en marcha fue por parte de un grupo de docentes que colaboraron, porque no podíamos convocar a los chicos a que vengan a la escuela.

El desarrollo de la práctica se hizo por comisiones de 6 ó 7 alumnos que presentaron distintos proyectos. Después se avanzó sobre uno puntual, pero de las siete comisiones fuimos rescatando cosas para llegar a la última idea. Así que todos los de 7mo aportaron. El montaje y la puesta en marcha fue por parte de un grupo de docentes que colaboraron, porque no podíamos convocar a los chicos a que vengan a la escuela.

737: ¿Qué dificultades encontraron en el desarrollo del proyecto?

Emmanuel: La pandemia evidenció de manera exponencial los diferentes recursos que tanto alumnxs como docentes tenemos. Sin embargo lxs chicxs no se quedaron, al contrario se engancharon y brindaron su apoyo de manera incondicional. Esta situación no impidió que pudieran desarrollar nuevas capacidades y crecer en nuevos conocimientos. Pudimos hacer que el aislamiento no nos frenase, sirvió para que no aflojen. Pero no fue sencillo, con el paso del tiempo nos fue costando cada vez más conectarnos con los chicos, que también empezaban a vivir situaciones familiares conflictivas incluso familiares con COVID. Por supuesto esto repercutió en el ánimo de ellos. La gran complejidad que encontramos es que estamos aislados y aunque tratamos de estar cerca, no logramos estarlo. Lo más lindo de la escuela técnica es el hacer. La escuela técnica tiene como objetivo el desarrollo de nuevas capacidades, desde primero al último año. Entonces, un chico que entra con 11/12 años, y que en su vida vió una herramienta, empieza a usarla con una madera, a trabajar con distintas maderas, a conocer de dónde vienen esas maderas, por qué se la lija de una manera y no de otra, etc., y va adquiriendo capacidades mientras trabaja en el taller. Hoy eso se nos dificulta de una manera terrible porque no podemos asumir que todos los chicos en su casa tienen una herramienta determinada. En las materias que necesitan recursos específicos es muy difícil poder alcanzar esas capacidades. Es como el médico que hace su residencia, y no la puede hacer en un hospital con el paciente que viene y le acerca sus síntomas y le muestra estudios… Con el técnico pasa lo mismo, hasta que no se encuentra en el taller, con el problema que tiene que resolver y puede seleccionar la herramienta, ponerse a trabajar y llegar al producto o a la resolución del problema, es muy complicado. A veces, cuando vamos a la escuela, grabamos videos de distintos procesos que se hacen, por ejemplo, en el torno, pero no es lo mismo que estar trabajando con la máquina. Esa es la gran complejidad que encontramos.

737: ¿Y cómo procesan lxs docentes estas dificultades?

Emmanuel: La pandemia nos atraviesa a todos, no solo a los chicos, los profes también tienen problemas en sus casas. Y a veces el ánimo decae porque no todo es color de rosas. Hay chicos que cuando uno está con él, frente a frente, sos consciente de su estado de ánimo. Un día no lo ves trabajar pero percibís que está un poco triste y lo podes acompañar desde otro lugar. Y ya a la clase siguiente trabaja de manera normal. Ahora todo eso no lo tenemos. Les decimos “tratemos de entregar esta actividad el viernes#. Llega el viernes y el chico no la entregó. Y pasa una semana y el chico sigue sin entregarla. Quizás te comunicás con él y le decís “estás atrasado”. Y pasa otra semana más y tampoco la entregó… Te lleva a replantearte si te estás equivocando y eso nos bajonea. Por eso hablamos a diario con los profes, tratamos de apoyarnos, incentivarnos, motivarnos.

Creo que muchas de las cosas que nos vimos forzados a generar han venido para quedarse. Por ejemplo, tuvimos que generar clases virtuales, en videos que quedan en plataformas. Con los profes decimos que esto es algo para los siguientes años, son nuevos sistemas didácticos, pedagógicos, que vamos a seguir utilizando

737: ¿Están pensando algo en relación a los escenarios de regreso?

Emmanuel: Es una gran preocupación cómo vamos a seguir. Quizás el ciclo básico no nos preocupa tanto porque todavía tenemos a los chicos 4 años más en la escuela para lograr las cosas que no se llegaron a desarrollar en este año, hablando de la parte práctica. Pero cuando te encontrás con un 6to ó 7mo año en donde hubo cosas que tenían que hacer y no pudieron hacerlas, ahí se complica un poco más. Porque el título que nuestros chicos reciben es un título profesional, son técnicos electromecánicos profesionales. Esto implica que ellos al salir de la escuela se pueden matricular. Lo cual supone un nivel de responsabilidad extra. Un técnico electromecánico recibido puede firmar la instalación eléctrica de una vivienda unifamiliar o multifamiliar de 3 pisos. Un mal cálculo de eso por ahí implica un incendio de ese lugar. Hay responsabilidades detrás de las actividades a desarrollar. Entonces, quizás el 7mo año se tenga que extender un trimestre más el año que viene como para que el chico pueda compensar lo que este año no pudo hacer. Esa es una gran incertidumbre que tenemos, no sabemos cómo lo vamos a manejar. Además muchos están preocupados por la facultad. Hay quienes normalmente para esta altura están terminando de cursar el 7mo año y están haciendo ingreso a la universidad para el año que viene, así no tiene que hacerlo en verano y lo tienen libre. Esperamos algunos indicios para ser claros con los chicos y decirles “miren todo esto que no pudimos hacer y esta máquina que tendrías que haber usado y no la usaste, quedate tranquilo que en marzo del año que viene nos vamos a dedicar exclusivamente a que ustedes puedan hacer eso”. Pero la realidad es que como todavía esto del virus no está controlado y no sabemos cómo se sigue, vamos al día a día.

737: Del recorrido hecho hasta ahora en esta situación de excepcionalidad, ¿qué cosas rescatarías?

Emmanuel Montiel

Emmanuel: Siempre tratamos de sacar lo mejor posible de lo malo. Esta situación si bien expuso mucho algunas diferencias sociales, en lo que es la escuela nos ayudó a generar canales de comunicación que, a veces, estando adentro de la institución, compartiendo ese momento con los chicos y docentes, tal vez no tenemos la misma comunicación que tenemos hoy. Los preceptores tienen grupos de wsp con los chicos y tenemos grupos entre los docentes. Incluso hay grupos donde está el preceptor con los chicos y los padres, algo un poco paradójico porque la mayoría de los de 7mo tienen 18/19 años, son mayores de edad. Pero como están enmarcados dentro de lo que es el sistema educativo, es fundamental que los padres estén al tanto. Entonces a veces, estando en la cursada de manera normal, no podemos tener el contacto con los papás que hoy tenemos ante cualquier inconveniente que aparece. Eso ayudó mucho. Creo que muchas de las cosas que nos vimos forzados a generar han venido para quedarse. Por ejemplo, tuvimos que generar clases virtuales, en videos que quedan en plataformas. Con los profes decimos que esto es algo para los siguientes años, son nuevos sistemas didácticos, pedagógicos, que vamos a seguir utilizando. Esta situación dejó a flor de piel la gran vocación que hay detrás de la docencia. Me emociona muchísimo la dedicación de los docentes a diario. Sé de más de uno que ha tenido que dejar a su hijo solo en un dormitorio para irse al living a seguir una clase, o pagar más de un servicio de internet para que no se les trabe cuando hacían zoom, o que se ha endeudado para comprarse una computadora porque la que tenía la usan los hijos para hacer la tarea… Por eso lo lindo de este proyecto era mostrar que, a pesar de la adversidad, los docentes son de fierro, los chicos son de fierro y seguimos hacia adelante.