La geografía se transformó en los últimos tiempos, pasando de ser un asunto de calcar mapas y recordar ríos a ser una ciencia que estudia cómo se manifiestan en el territorio las problemáticas y las desigualdades sociales. Gustavo Sposob nos cuenta cómo trabajar en las aulas esta nueva perspectiva.
737: ¿Puede la enseñanza de la geografía aportar algo al análisis, en el aula, de la pandemia y sus impactos en la vida social e individual?
Gustavo Sposob: Si, en tanto la pensamos como una ciencia social. La geografía, como todas las ciencias, cambia. Las ciencias tienen su paso, su andar, y la geografía ha cambiado en el último tiempo, y a mi entender para bien. De esa ciencia, que tal vez los que somos de cierta edad tuvimos en la escuela, netamente descriptiva y que apuntaba a un conocimiento instrumental, memorístico, que invitaba poco al análisis de los problemas sociales, hemos pasado a una ciencia que está pensándose como ciencia social. Es una ciencia social porque estudia problemáticas sociales. Yo trato de pensar la geografía como una ciencia que estudia cómo se manifiestan en el territorio las problemáticas y las desigualdades sociales. Y esto, creo, es algo super interesante, y super atractivo para trabajar en las aulas con los chicos y con las chicas.
737: Es un cambio grande en relación a las concepciones más tradicionales.
G.S.: Las ciencias sociales son muy complejas, y en esa complejidad está lo interesante del trabajo en el aula. Porque muchas veces pasa que los chicos están aburridos y cansados de trabajar de manera memorística. Se entusiasman cuando les llega una propuesta que los invita a la reflexión, que los interpela en su curiosidad, que les permite recuperar lo que ellos pueden saber. La mayoría de las problemáticas que trabajemos seguramente son problemáticas que nuestros propios estudiantes pueden estar viviendo, sufriendo, y una propuesta así los estimula, los invita a poner en contraste los saberes que traen con el querer investigar, aprender más. Desde este lugar creo que la geografía es super interesante para trabajar en las escuelas.
Creo que esta pandemia vino a poner en el tapete esta contradicción de capitalismo “sostenible”. No existe el capitalismo, como nosotros lo conocemos, que pueda compartir el mismo concepto con el desarrollo sostenible del manejo de los bienes comunes de la tierra o de los recursos naturales.
737: ¿Y qué problemáticas se podrían tomar en relación a la pandemia?
G.S.: Lo primero que se me ocurre es pensar en cómo se producen los territorios y cómo esta pandemia nos permite discutir cuánto hay de mercado y cuánto hay de Estado en la producción de los territorios. Los profes de geografía hablamos mucho de desarrollo sustentable o sostenible. Sergio Federovisky, que es un biólogo y periodista ambiental que yo respeto mucho, siempre dice que hablar de desarrollo sustentable en el capitalismo es un oxímoron, una contradicción. Creo que esta pandemia vino a poner en el tapete esta contradicción de capitalismo “sostenible”. No existe el capitalismo, como nosotros lo conocemos, que pueda compartir el mismo concepto con el desarrollo sostenible del manejo de los bienes comunes de la tierra o de los recursos naturales. En ese sentido la pandemia lo vino a dejar bien claro. También dejó bastante claro que cuando decimos que queremos volver a la “normalidad”, ¡y qué interesante esto para trabajar en las aulas!, tenemos que interrogarnos sobre qué era esa normalidad antes de todo esto; cómo sirvió para naturalizar tantas desigualdades y para ocultar que ese supuesto “derrame” de la riqueza que hace el liberalismo es una enorme estafa. Esta pandemia ha desenmascarado todo esto. Al mismo tiempo ha quedado muy evidente cómo los sectores más vulnerables de nuestra sociedad son también los sectores más desprotegidos. En la ciudad de Bs As, el distrito más rico de la Argentina, tuvimos un brote de coronavirus en la villa 31, que hacía seis días no tenía agua potable, para que la gente se lavara las manos como nos decían en la tele y en los carteles. En un contexto de pandemia queda muy en evidencia esa desigualdad, esa desprotección, esa ausencia del Estado, donde tener condiciones de higiene para poder lavarte las manos o situaciones habitacionales adecuadas puede ser la diferencia entre vivir o morir. Todo esto nos permite, también, pensar en la relación entre consumo y calidad de vida. Este sistema nos dice permanentemente que nuestra calidad de vida será mejor cuanto más podamos consumir. ¡Cuántas veces, y sin darnos cuenta, bajamos esos discursos en el aula! Creo que esta pandemia nos permite discutir esa relación. Son cosas que tenemos que recuperar cuando trabajamos con nuestros estudiantes en la virtualidad. Y que tendremos que trabajar luego, cuando volvamos a la escuela.
737: ¿Cómo pensás ese trabajo cuando se vuelva al aula?
G.S.: Lo primero es que no podemos hacer como si nada hubiera pasado. Tenemos que ver de qué manera diseñamos nuestras secuencias didácticas y tomamos nuestros primeros contenidos, pensando en cómo articular lo que tenemos que recuperar -que tal vez no fue del todo bien trabajado por la virtualidad- con la pandemia. Los pibes y las pibas nos van a pedir que le dediquemos algún tiempo a trabajar esta problemática, no para traer respuestas, sino para discutir con nuestros estudiantes todo esto que nos está pasando, que fue y que está siendo tan grave y tan histórico que no deberíamos hacer como que no pasó.
Cuando a los pibes uno se lo presenta de una manera problematizada, y se embarca junto con ellos en indagar en toda la información que está disponible, en entender la problemática de manera integral y tener en cuenta las cuestiones políticas, sociales, económicas, físico-naturales, culturales que están interviniendo, y se dan cuenta que la problemática es muy compleja su resolución, se produce un aprendizaje que yo considero que es de mucha calidad
737: Los diseños curriculares vigentes, ¿habilitan esta forma de trabajo?
G.S.: Este enfoque es producto de mucho tiempo de trabajo académico de la geografía como ciencia. Y aparece con claridad en los diseños curriculares, por lo menos en los de secundaria que son los que más conozco. Estos diseños, que ya tienen unos cuantos años, son del 2007, nos invitan a pensar las problemáticas sociales de este modo, teniendo en cuenta la multiplicidad de los sujetos sociales intervinientes y desde una mirada bien compleja que puede aportar la geografía. Poder entender que la inundaciones, por ejemplo, además de que es un fenómeno climático -porque sin agua no hay inundaciones y a veces llueve mucho- hay otras cuestiones a tener en cuenta: cuestiones políticas, económicas, sociales, productivas. Cuestiones que si uno no las tiene en cuenta no se puede explicar el problema. La Plata, en el año 2013, se inundó. ¿Porque llovió mucho?, por supuesto que sí. ¿Se inundó solamente porque llovió mucho?, claro que no. Para explicar por qué se inundó La Plata hay que tener en cuenta un montón de otros aspectos. La contaminación de la minería a cielo abierto, de las fumigaciones con agrotóxicos en las producciones agrícolas, o la que producen las industrias en las ciudades, el problema del tratamiento de los residuos, etc., son problemas que trabajamos en geografía.
Cuando a los pibes uno se lo presenta de una manera problematizada, y se embarca junto con ellos en indagar en toda la información que está disponible, en entender la problemática de manera integral y tener en cuenta las cuestiones políticas, sociales, económicas, físico-naturales, culturales, etc, que están interviniendo, y se dan cuenta que la problemática es muy compleja y es muy compleja su resolución, se produce un aprendizaje que yo considero que es de mucha calidad. Genera en nuestros pibes y en nuestras pibas una relación distinta con ese conocimiento. Porque yo no les estoy diciendo “mirá, las cosas son así”. Están podridos nuestros pibes de tanto adulto que cree tener la razón, cuando prenden la tele, leen sus redes sociales, o muchas veces escuchan a sus profes. En esta propuesta, no le estamos presentando esto como una verdad acabada y terminada, sino como algo que es muy complejo, y que vale la pena investigarlo, no para resolverlo, porque no vamos a depositar en ellos la responsabilidad de resolver el problema del tratamiento de la basura en el área metropolitana, pero sí entender la complejidad y que en esa comprensión de la complejidad va a ver todas las desigualdades y las problemáticas sociales que hay en cada uno de esos problemas.
Gustavo Sposob es profesor de Geografía en escuelas secundarias de la provincia de Buenos Aires, en la UBA y en el profesorado Alfredo Palacios. Miembro de la Red Federal de Docentes por la Vida, organización fundada por la profesora Ana Zabaloy, que lucha contra las fumigaciones con agrotóxicos en las escuelas rurales.