RESISTE EL CORAZÓN DEL FUTURX MAESTRX

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En 737 nos interesa escuchar las voces de nuestrxs futurxs docentes, saber cómo están llevando la continuidad pedagógica en sus institutos, conocer las dificultades que enfrenta su formación y qué medidas encuentran para paliarlas, cómo lxs encuentra la pandemia a nivel personal y también social.

Cambios en la vida estudiantil

Por Julieta Heurtley – Sec. de Educación y Cultura

Charlamos con Florencia, Daniela, Iara y Nicolás, cuatro estudiantes de Institutos de Formación de la provincia de Buenos Aires que nos contaron diferentes realidades.

Florencia

Florencia Gamarra (20 años), estudiante del ISFD N°113 de San Martín, participante de la Agrupación “Desde las aulas” en el mismo Instituto y perteneciente a lxs estudiantes Terciarios y Organizadxs de la provincia de Bs As, reflexiona acerca del cambio de paradigma que puede traer aparejado la pandemia, con el uso de nuevas herramientas y las TIC en la formación docente. En ese sentido, advierte que muchxs estudiantes no cuentan con el acceso a conectividad o dispositivos adecuados para acceder a las distintas plataformas para continuar sus estudios, problemática a la que responden de manera organizada “armando una especie de plan de contingencia para poder hacer que sea todo más ameno entre nosotres y tratar que haya la menor cantidad de deserción posible”.

A nivel personal, sostiene las actividades que realiza a través de las plataformas como zoom y whatsapp, al igual que la relación con sus amigxs.

Respecto de las complejidades e incertidumbres que esta situación presenta, Florencia nos dice: “tengo compañeres que viven solos y solas y es muy complejo todo esto, se complica el tema del laburo y el ingreso de plata, pero bueno por suerte el Estado está bastante presente en este sentido y estamos acá resistiendo”

En relación a lo formativo dice “Como estudiante yo veo que el vínculo entre docentes y estudiantes es bastante fluido en su mayoría, que se tiene bastante en cuenta esto que es un momento de acompañamiento y no de evaluación”.

Iara

Iara Zapata (21 años), estudiante de Profesorado de Educación Primaria en el ISFDyT 57 de Chascomús, por su parte, se encontró con muchas dificultades, debido a la falta de un espacio de encuentro, de intercambio: “Siento que estudiar ha perdido todo lo lindo que tenía para mí, el encuentro, la palabra, la discusión, el debate, la construcción de conocimiento entre varios”. Siente, además, una desvinculación con el instituto y sus docentes, quienes “no terminan de comprender el cambio radical en la vida estudiantil”. También afirma que “no se está pensando en la diversidad de situaciones que puede haber en las casas. No se tiene en cuenta un montón de cosas que pueden acontecer en los hogares que no facilitan el estudio. Así sea compartir los espacios, convivir con familiares que no son la mejor compañía, la situación de pobreza, etc. En mi curso ni nos han preguntado si teníamos conectividad”.

En lo personal, afronta las complejidades de la convivencia con un hermano con autismo y su madre, con quienes además comparte los dispositivos electrónicos de la casa.

Nicolas

Respecto de lo social, nos cuenta que si bien sus lazos más cercanos no se han visto afectados por el distanciamiento físico, si se han modificado otros vínculos que sostenía, los cuales sufrieron una desconexión desde el comienzo del aislamiento.

Nicolás Arrospide (28 años), estudiante del último año del profesorado de educación física en el Instituto de Educación Superior de Tandil, le encuentra un lado positivo al aprovechamiento del tiempo durante el aislamiento, pudiendo hacer actividades que le gustan: “tengo tiempo para mí, para leer el libro que quiera, para hacer ejercicio, para mirar series (…) retomé las clases de guitarra por internet”. También dice que mantiene la comunicación diaria con su novia y amigos vía Whatsapp y zoom. Agrega las problemáticas que este contexto le presenta: al vivir solo con su padre, quien pertenece a población de riesgo, debe encargarse de los cuidados y las tareas de la casa.
Respecto de lo educativo, Nicolás señala: “este año estuve medio complicado porque me sacaron la beca. El instituto de Tandil sale 7000$ y no puedo pagar ese monto. Ya se me complicaba el año pasado, cuando me dieron cuarta beca. Yo mande mail a ver si pueden revisar mi situación porque estoy en 4to año y sería una lástima tener que dejar”.

Daniela

Daniela Aparicio Los (40 años), estudiante del ISFD n°11 de Lanús, remarca el apoyo y contención que recibe por parte de sus docentes, y analiza la situación por la que atraviesan lxs estudiantes en este contexto, por un lado de manera positiva, entendiéndola como un gran desafío para nosotros de poder enfrentarnos a las nuevas tecnologías, a esta era virtual que se viene con todo”, y por otro señala la brecha digital que se ha puesto de manifiesto en los últimos meses: “no todos los estudiantes tienen la posibilidad y el acceso a esto. Yo por suerte tengo la posibilidad, una computadora portátil, un dispositivo móvil, acceso a internet, pero no es el caso de todos”.

En cuanto a lo personal, aprovecha el tiempo para compartir con sus hijxs, ver películas, jugar juegos de mesa, empezar una huerta y leer libros.

En cada uno de los relatos aparece, implícita o explícitamente, la necesidad de entender esta etapa de la vida estudiantil como un momento de acompañamiento de las trayectorias, en donde la mirada debe estar puesta en cómo sostener los vínculos con lxs estudiantes y sus muy diversas realidades.

Muestran, además, la importancia de tomar este contexto como una oportunidad para rever el lugar que se le da a las TIC en el sistema educativo. Los relatos hablan de la brecha digital que hay entre quienes tienen acceso a la tecnología y quienes no lo tienen -tanto estudiantes como docentes, del rol poco preponderante que tienen las TIC en la escuela y de la necesidad, de cara al futuro, de pensar en políticas públicas dirigidas a la inclusión digital de todxs lxs docentes, estudiantes y hacia adentro de las escuelas

Hacer visibles las necesidades de nuestrxs estudiantes

Por Sandra Ramal – Secretaria Educación Superior y a cargo Secretaría de Educación y Cultura SUTEBA

Sandra Ramal

Desde el Suteba no solo estamos pendientes de las condiciones de trabajo de nuestrxs compañerxs docentes, sino que seguimos con especial atención las condiciones en las que nuestrxs estudiantes están atravesando este período signado por el distanciamiento social y la continuidad pedagógica mediada por tecnologías. En este artículo se puede apreciar la heterogeneidad de las vivencias a las que nos enfrenta el ASPO y las muchas dificultades que lxs estudiantes encuentran para transitar este período de excepción, pese a los grandes esfuerzos que se realizan desde el Estado, las Instituciones Educativas y sus profesorxs.

Desde la Secretaría Gremial del Nivel Superior venimos poniendo en práctica diferentes conversatorios donde todos los integrantes de la comunidad educativa de nuestro nivel pueden acercar sus voces, inquietudes y propuestas para poder eventualmente construir reclamos que dirigimos hacia la DGCyE.

Esta nota de nuestra Revista 737 es un capítulo más de todas las acciones que estamos llevando adelante desde el SUTEBA para hacer visibles las necesidades de nuestrxs estudiantes y poder contribuir de esta manera a que sus derechos sean garantizados.

Ilustración: Lorena Baudriz