(RE)CONOCIENDO NUESTRO TRABAJO DOCENTE DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

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La relación entre trabajo y género, como categorías de análisis, estuvo durante mucho tiempo ajena a los ámbitos de discusión teórica, política y sindical. En la construcción histórica de nuestra identidad colectiva, hemos producido y sistematizado, a lo largo de los años, conocimiento sobre el trabajo docente como estrategia de lucha. Sin embargo, en este presente, los movimientos feministas y socio-sexuales han introducido nuevas miradas, lógicas y debates que deben incorporarse al ámbito sindical.

Cristina Echegoyen y Amanda González -Secretaria y Subsecretaria de Igualdad de Géneros y Diversidades de SUTEBA- desarrollan algunos interrogantes como punto de partida.

¿A qué nos referimos con pensar (nos) sindicalmente desde la perspectiva de género? ¿Qué responsabilidades tenemos en este sentido? ¿Qué debates debemos habilitar en relación con el trabajo desde esta perspectiva? ¿Qué experiencias y estrategias podemos recuperar como Organización Sindical para el mejoramiento de las condiciones de les Trabajadores?

Las respuestas a estas preguntas no son acabadas, por el contrario, son parte de la construcción de conocimiento colectivo que posibilita y habilita esta perspectiva, en el mundo del trabajo en general, y en el trabajo docente en particular, en sus diferentes dimensiones.

partimos de la base de analizar cuáles fueron las modificaciones sustanciales en la organización de las mujeres y disidencias trabajadoras en el proceso de transformación del trabajo docente a través del tiempo

La creación a finales del 2016 y el creciente fortalecimiento de la Secretaría de Igualdad de Géneros y Diversidades del SUTEBA, permitió problematizar, (re)pensar y dar a conocer, desde una visión general, la construcción por la que atravesó el Sindicato ante los nuevos interrogantes con relación al trabajo y la igualdad, permitiendo visibilizar, reconocer y poner en valor el trabajo docente desde un enfoque de derechos y con perspectiva de géneros.

Concretamente, partimos de la base de analizar cuáles fueron las modificaciones sustanciales en la organización de las mujeres y disidencias trabajadoras en el proceso de transformación del trabajo docente a través del tiempo. En este sentido, nuestro acumulado político sindical permite identificar distintas configuraciones que enmarcan las condiciones laborales en los distintos puestos de trabajo, poniendo el foco en las relaciones de géneros que las atraviesan.

Nuestro sindicato se encuentra conformado por un 85% de mujeres trabajadoras, esto implica un análisis en relación con la identidad colectiva. Históricamente, distintos mandatos impuestos configuraron el “deber ser” de las Trabajadoras Docentes, el carácter “natural” que se le otorgaba a la maternidad, el cuidado del hogar y el amor “vocacional” por las infancias, propiciaron que estos estereotipos se trasladaran a las condiciones de trabajo en un proceso de feminización de la docencia. Es por esta razón que, al analizar la organización del conjunto de los procesos de trabajo, la carga de trabajo, la responsabilidad y la complejidad de éste no pueden separarse del concepto de doble jornada o analizarse por fuera de las relaciones de géneros y las dinámicas organizativas en torno a los cuidados de las infancias, adolescencias y adulteces.  En el proceso de transformación laboral, un hecho transcendental fue la pandemia de COVID-19 que intensificó y complejizó el trabajo docente e introdujo nuevas regulaciones en la jornada laboral en un contexto inédito y extraordinario.

Las demandas que se visualizaron durante la pandemia y que continúan en desarrollo otorgan un nuevo sentido al horizonte de lucha al incorporar una concepción política que contempla la situación de las Trabajadoras en el mundo del trabajo desde sus propias voces, experiencias y re-apropiación del trabajo productivo. En este marco, como Organización Sindical hemos planteado en los distintos ámbitos de discusión y negociación con la patronal la perspectiva de género en las condiciones y medioambiente de trabajo, logrando avances significativos en dimensiones tales como la salud laboral, capacitación y formación y organización de la jornada.

Las demandas que se visualizaron durante la pandemia y que continúan en desarrollo otorgan un nuevo sentido al horizonte de lucha al incorporar una concepción política que contempla la situación de las Trabajadoras en el mundo del trabajo desde sus propias voces, experiencias y re-apropiación del trabajo productivo

El Sindicato fue incorporando, a través del tiempo, nuevas categorías que circulan en el campo social, organizando la demanda colectiva e incluyéndola en la agenda política. A partir de esto, se generaron estrategias y articulaciones para generar las condiciones necesarias para la igualdad de géneros garantizando el derecho de las mujeres y las diversidades a su participación política.

Fue a través de la lucha organizada que esos estereotipos y mandatos fueron puestos en tensión en relación con el lugar que debemos ocupar en el imaginario colectivo. Trabajadoras de la Educación organizadas que son jefas de familia, que crían y cuidan, que estudian y trabajan, que aspiran a cargos jerárquicos, que están en situación de violencia, que generan conocimiento y disputan sentidos. Nada de esto hubiera sido posible de no haber permeado los feminismos y los movimientos sociales dentro de la Organización Sindical.

En síntesis, la identidad de clase y de género, posibilitaron y posibilitan un salto cualitativo con relación a las condiciones laborales. Un ejemplo de ello es el compromiso, desde el SUTEBA, en el marco del Frente de Unidad Docente Bonaerense, de lograr un Acuerdo Paritario que tenga en cuenta las actuales normativas vinculadas con una perspectiva de géneros y diversidades.

El Acuerdo por Licencias Parentales pone en foco a niños, niñas y niñes, ya que no hablamos de una licencia por maternidad o por paternidad, sino de una licencia por cuidado de lxs recién nacidxs. Asimismo, pone en pie de igualdad a las parejas del mismo sexo, a las parejas que adoptan y a los varones que adoptan solos. El Convenio 190 y la Recomendación 206 de OIT del año 2019 reconoce el derecho a un ambiente de trabajo libre de violencia y el acoso por razón de género, ratificado por nuestro país, nos desafía a construir las herramientas necesarias para su plena vigencia. Hemos recorrido un largo camino hacia el reconocimiento de que nuestro salario no es complementario de los ingresos familiares.

En síntesis, la identidad de clase y de género, posibilitaron y posibilitan un salto cualitativo con relación a las condiciones laborales

Hemos logrado la ampliación de licencia por adopción teniendo en cuenta la legislación relacionada a promoción y protección de niñeces y adolescencias, el reconocimiento de días de licencia para tratamientos de fertilidad asistida, el reconocimiento de días de licencia para la realización de exámenes preventivos que generan conciencia de enfermedades propias de la biología femenina y masculina. En el marco de las definiciones de la IEAL (Internacional de la Educación para Latinoamérica), de la cual somos parte a través de la CTERA, luchamos y logramos la Licencia por violencia de género mediante una ley que contiene a todas las Trabajadoras de la administración pública de la provincia de Buenos Aires y un Acuerdo Paritario específico que pauta las condiciones del ejercicio de ese derecho. Conscientes de que nuestra participación activa fortalece nuestros Sindicatos y fomenta la construcción de políticas públicas, sabemos también que nos queda por delante el desafío de continuar debatiendo qué nuevas modificaciones deberíamos impulsar hasta alcanzar el pleno derecho de lxs Trabajadorxs, en materia de legislación laboral, con la fuerza de la unidad que caracteriza nuestra Organización.

Nuestra gran compañera Cecilia Martínez expresó durante un 8 de marzo: “Como siempre en la historia, muchas veces es necesario correr velos, destapar, deconstruir conceptos, revisar relatos. Si hacemos ese ejercicio, quizá nos llevemos la sorpresa y descubramos el protagonismo de las mujeres a lo largo de nuestra historia”.La incorporación de esta perspectiva de género en el contexto sindical docente presenta la potencialidad para incorporar debates y temáticas que pueden multiplicarse capilarmente en la comunidad para disputar sentidos desde la mirada colectiva de las Trabajadoras y les Trabajadores, con una clara direccionalidad política pedagógica de poner en valor nuestra identidad colectiva de género y de clase para seguir construyendo Escuela Pública.

Cristina Echegoyen

Cristina Echegoyen
Amanda González

Orientadora Social en Educación Primaria y Educación Inicial desde 1989. Ex Sec Gral de SUTEBA Avellaneda. Sec de Igualdad de Géneros y Diversidades de SUTEBA. Sec de Género de CTA pcia de Buenos Aires

Amanda González

Trabajadora de la Educación, militante transfeminista y LGBTIQNB+. Profesora en Historia, Licenciada en Educación. Subsecretaria de Igualdad de Géneros y Diversidades del Suteba Provincia.