SOSTENER CUERPO A CUERPO LOS IRRENUNCIABLES

Entrevista con Mabel Báez

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Tras ir superando lo peor de la pandemia, la revinculación de alunxs y familias con las instituciones educativas ha sido y sigue siendo para los equipos docentes un desafío prioritario. Con el acompañamiento de políticas públicas que se están instrumentando, nuevamente la creatividad y el compromiso de las y los trabajadores docentes motorizan esta tarea fundamental para garantizar el derecho social a la educación. Sobre cómo se plantea y qué implica este trabajo en las particularidades que tiene el Nivel Inicial, nos cuenta Mabel Báez, Directora del Jardín 946 de Claypole, distrito de Almirante Brown.  

Mabel: El año pasado habíamos pensado que fue difícil, pero este año fue mucho más duro. No ha sido fácil recuperar y atraer a las familias nuevamente a la educación, más que nada en la pública. En nuestro Jardín, afortunadamente, tenemos un equipo muy fortalecido, en donde el compromiso y la responsabilidad priman. Hemos trabajado muchísimo cuerpo a cuerpo para ir atrayendo otra vez a las familias a la escuela. Hasta principios de septiembre tuvimos que estar buscando a muchos, ir a las casas, hablar, hacer reuniones… Algunxs era todavía por miedo al Covid porque tenían personas de riesgo en las casas o miedo por lxs mismos chicxs. Otrxs nos pedían que les sigamos enviando tareas. El tema de la organización familiar fue un problema, porque las escuelas, respetando el protocolo, tenían las entradas escalonadas y eso complicaba mucho los horarios cuando había hermanitxs más grandes. De a poquito nos fuimos acomodando a las necesidades de cada familia. En este Jardín no prima el no, sino la palabra acuerdo: qué podemos hacer para que las nenas y los nenes vuelvan a la escuela.

Hemos trabajado muchísimo cuerpo a cuerpo para ir atrayendo otra vez a las familias a la escuela. Hasta principios de septiembre tuvimos que estar buscando a muchos, ir a las casas, hablar, hacer reuniones… En este Jardín no prima el no, sino la palabra acuerdo: qué podemos hacer para que las nenas y los nenes vuelvan a la escuela

737: ¿Cómo se va dando este proceso?

M. B.: En este momento lo que más estamos sufriendo desde el Nivel Inicial es el ingreso de las familias. Porque se las recibe en la puerta, pero entran solo lxs niñxs y las familias se quedan ahí; las que ingresan es puntualmente por algo. Hemos tenido reuniones para ir contándoles cómo va el progreso de sus hijxs. Antes entraban a buscarlos todos los días y de esa manera veían lo que trabajaban, charlaban cara a cara con las seños, lxs nenxs les decían “mirá ma, yo hice este dibujito, este trabajo”. Cerrábamos un proyecto, una unidad didáctica, una secuencia y se invitaba a las familias 15 minutos antes para que vean el producto de lo trabajado. Ahora como eso está restringido por el protocolo, cuesta mucho. En las primeras reuniones que tuvimos el mes pasado, el acuerdo que hicimos desde el equipo fue mostrar lo trabajado. Las salas estaban llenas de trabajos, de escrituras de lxs nenxs, estaban fascinadxs, más que nada las familias que al no tener hijxs más grandes no habían tenido la oportunidad de venir en la normalidad al Jardín. Esto a nosotras nos ayuda para evitar los conflictos. Porque cuando unx muestra lo que enseña y lo que hace, se evitan un montón de cosas; cuando las familias no lo saben obviamente piensan tal o cual cosa y pueden suceder ciertos roces. Por eso nosotras, más que nada las preceptoras y el equipo de conducción siempre estamos en la puerta.

737: ¿Y cómo se plantean el trabajo con lxs chicxs?

M. B.: Lo primero que hicimos fue trabajar con los contenidos prioritarios que nos enviaron desde el Nivel el año pasado. Avanzando en el tiempo nos dimos cuenta que no nos alcanzaba, y fuimos sumando los que tenemos, los comunes del diseño curricular. Se trabaja mucho en el formato de multitarea, que es trabajar en pequeños grupos en donde las docentes vamos reforzando los contenidos que vimos que a lxs niñxs les cuestan todavía, los que no han sido aprendidos o hay que trabajarlos un poco más. Un ejemplo simple: el uso de la tijera, el agarrar bien el lápiz, la utilización de algunos materiales. Trabajamos básicamente alrededor de la literatura, porque a través de los libros se desprende todo. La biblioteca siempre fue fundamental en el nivel pero en este momento es lo que más nos ayuda. Lo que hicimos fue reforzar muchísimo en salas de 5, porque a través del intercambio con las escuelas primarias con las que articulamos, sabemos que fue bravo este año para los que empezaron primero. Con la no presencialidad, enseñar a leer y escribir costó, se notó mucho. Por eso estamos trabajando fuertemente con el nombre propio, que es la base de la lectoescritura dentro del nivel inicial. También con los números y el conteo. Y que sepan lo que es la ubicación en el espacio dentro de un cuaderno, sin primarizar, sin hacer la tarea como se hace en la escuela primaria pero sí que sepan que tienen que escribir arriba de un renglón, que se escribe de izquierda a derecha, de arriba para abajo. Utilizamos el cuaderno de comunicaciones a modo de cuaderno agenda -le decimos nosotras- en donde escribimos todo lo que trabajamos, los cumpleaños, los procesos. En principio fue un poco copiar y después ya escribir por sí mismos, que es como ellxs pueden aprender a escribir y empezar a formar sus propias palabras. La escuela primaria nos pidió, por ejemplo, que sostengan un período de atención, en donde sepan que cuando la maestra está explicando algo ellxs tienen que escuchar para poder volcarlo luego en el trabajo.

cuando unx muestra lo que enseña y lo que hace, se evitan un montón de cosas; cuando las familias no lo saben obviamente piensan tal o cual cosa y pueden suceder ciertos roces. Por eso nosotras, más que nada las preceptoras y el equipo de conducción siempre estamos en la puerta

737: Y en relación a la organización institucional, ¿ha implicado cambios?

M. B.: Como decía antes, la multitarea es fundamental para ir sosteniendo y andamiando con lxs compañerxs, con la seño misma, en un grupo, mientras el resto va haciendo otras actividades. Esto implica trabajar en parejas pedagógicas y ocupar todos los espacios del Jardín, con esto del tema de la ventilación. Son muchxs nenxs porque ya tenemos presencialidad plena. Hay algunos grupos en el patio, otros en la galería, otros en el pasillo, otros en el Sum. Tuvimos que reorganizar toda la institución en función del tiempo, el espacio, los materiales. Todo es ensayo, uno va probando. Y lo estamos logrando. Ahora nos mandaron un nuevo texto desde Dirección General de Escuelas en donde nos dicen esto de reforzar en matemáticas y en prácticas del lenguaje.

737: ¿Han podido recuperar para el trabajo cuestiones a las que tuvieron que apelar durante la no presencialidad?

M. B.: Ha quedado instalado el tema del whatsapp y de los medios digitales para comunicar a las familias todo esto que se está trabajando. La modalidad que tenemos en este Jardín, desde antes de la pandemia pero que ahora se refuerza, es que, cuando comienza el mes, se les informa a las familias, todo lo que se va a trabajar en el mes. Y a medida que se van produciendo las cosas las seños mandan fotos de las producciones, de lxs nenxs trabajando. O informes en donde se avisa que se seguirá trabajando algún tema puntual porque faltó tal o cual contenido. Las familias tienen el derecho a saber lo que están haciendo sus hijxs dentro de la escuela, saber lo que van a aprender. Que obviamente es modificable según los emergentes que puedan surgir.

737: ¿Qué cosas te planteaste en relación al equipo docente?

M. B.: En principio, tuvimos que tener mucha paciencia para contener al equipo y a las familias. También empatía, el ponernos en el lugar del otro. Estamos viviendo una realidad compartida mundialmente, y lxs docentes también tenemos realidades que compartimos con las familias de la escuela. Entonces tener la paciencia infinita para sostener y contener. Por ejemplo, con el tema de las vacunas; todas teníamos el derecho de tomarnos los días si teníamos algún síntoma, que nos levante fiebre, dolor de cuerpo, etc. Y había que sostener al grupo, porque los grupos no pueden faltar al Jardín. O el tema de lxs propixs hijxs -uno se toma licencia para llevarlxs a vacunar- o nos enfermamos -y no hablo de Covid-, y todo esto hay que sostenerlo entre todas, hay que tener mucha paciencia y mucha empatía como compañeras, mucho compromiso. A lo largo de mi vida siempre tuve esto de ponerme en el lugar del otro para entender, acordando y hablando. Respeto el trabajo del otro, de la otra, cuando sé lo que está haciendo o no puede hacer; de esta manera, entre todxs, podemos salir adelante. 

737: ¿Qué reflexión podés hacer sobre lo que ha significado para el Jardín, y para la educación, todo esto que estamos atravesando?

M. B.: En primer lugar que la Escuela Pública estuvo presente en todo momento. Desde que comenzó la pandemia, una vez por mes se instaló para entregar los módulos de alimentos. Y cuando vimos que había familias que por diferentes motivos no se comunicaban desde lo digital, nosotras les facilitábamos los materiales en formato papel. El año pasado nos quedamos sin un lápiz en el Jardín, porque repartimos absolutamente todo. No queríamos que hubiera familias que por no tener temperas, lápices, hojas, cuadernos no pudiera trabajar con lxs nenxs. ¡Hemos buscado tantas estrategias! Hemos tenido reuniones con la inspectora, con todos los equipos directivos, en donde hemos aprendido unos de otros. La comunicación fue permanente. Fue, como se dice, un verdadero veinticuatro por siete. Mucho trabajo, donde primó esto de que a las familias hay que contenerlas; y no solo desde lo pedagógico sino desde lo emocional. El municipio este año entregó tarjetas para los teléfonos, para que puedan tener datos para conectarse. Así que trabajamos articuladamente desde todos los organismos para poder recuperarlas. Por supuesto no todo fue color de rosas. Pero de doscientas familias que tenemos en el Jardín, hay solamente dos con las que todavía estamos luchando para que vuelvan. Con mucho sacrificio y compromiso, entre las familias, las docentes y la institución estamos recuperando los aprendizajes. Y queda todavía un camino. Para nosotras el día a día es muy intenso.

Las familias tienen el derecho a saber lo que están haciendo sus hijxs dentro de la escuela, saber lo que van a aprender. Que obviamente es modificable según los emergentes que puedan surgir

Y una segunda cuestión, que pese a todas las dificultades desde lo pedagógico mantuvimos los irrenunciables, los que sí o sí tienen que estar. En el nivel inicial no hubo distanciamiento. Tenemos niñas y niños de 3 a 5 años -en algunas escuelas desde los 2 años- en donde no podemos, al que se cayó y le duele la rodilla, no abrazarlx, no darle un beso. El afecto en el Nivel es irrenunciable, por la edad y por la forma de nuestro trabajo. Tener que limpiarles la nariz o que entren llorando y hacerles upa, no existió el no a eso. Porque no lo concebimos como docentes de Inicial, y porque no se puede, son niñxs muy chiquitxs que necesitan esta contención. Ese es un irrenunciable muy importante que lo tuvimos que poner sobre la mesa. Como equipo de conducción, la verdad que no todo es sencillo, es mucho el trabajo, muchísimo lo que hay que intercambiar verbalmente, debatir para poder llegar a un acuerdo. Pero se hace. Estoy cansada, es verdad, muy cansada como todos nuestros compañeros y compañeras en todos los niveles, pero el afecto desde el cuerpo a cuerpo sigue estando y ese es un irrenunciable muy grande donde el acuerdo y la responsabilidad por parte de todos primó. Hay una frase que circula en el Nivel y que Patricia Redondo transmite siempre, que dice: “El Nivel Inicial es y hace escuela”, y hoy más que nunca es realidad.