Entrevista con HUGO YASKY
Militante, luchador, líder sindical, legislador, pero sobre todo MAESTRO. Tan reflexivo como contundente, dejó muchas definiciones en 22 minutos de charla con Siete3Siete. El trabajo de lxs docentes, la situación de un mundo golpeado por la pandemia y los desafíos del campo popular, en la mirada de un hombre con los mismos sueños y convicciones de aquél joven que empezó a enseñar a los 21 años.
¿Cómo evaluás el trabajo de lxs docentes en el marco de la pandemia?
Creo que están a la altura del momento difícil que está viviendo nuestro pueblo. La Escuela Pública en los momentos de crisis saca fortaleza en medio del padecimiento de quienes conforman esa comunidad educativa. Uno ve a las maestras, los maestros, los profesores, las profesoras, prodigándose en un trabajo para garantizar que la continuidad de los aprendizajes se vea menos impactada por la interrupción de las clases; lxs ve repartiendo alimentos y medicamentos en las Escuelas, haciéndose cargo de la distribución de los cuadernillos. Me parece que están demostrando una vez más el fuerte compromiso social que los une a nuestro pueblo.
¿Cómo analizás la actitud de los sectores que expresan su desacuerdo con la cuarentena, y los daños que está ocasionando la pandemia en el mundo y en la Argentina?
La pandemia va a dejar una crisis económica que algunxs dicen que puede llegar a ser todavía más profunda que la que se vivió en 1929. El Director General de la OIT, Guy Ryder, dijo que se pueden llegar a perder unos 200 millones de puestos de trabajo.
El mundo va a salir de la crisis del coronavirus con países que habrán tenido un retroceso severo en su producción interna, y a la caída del PBI se le va a sumar por supuesto una mayor desigualdad y una mayor pobreza. En términos generales, ese va a ser el panorama.
Por eso, lo importante es empezar a plantearse el interrogante acerca de cómo vamos a salir. Y aunque sabemos que definitivamente va a haber un antes y un después, lo importante es que en ese tránsito no se profundicen la pobreza y la desigualdad. El mundo de las finanzas, las grandes corporaciones empresariales son las que tratan de instalar esta falsa contradicción, porque entienden que hay que aplicar un darwinismo social, consistente en que las consecuencias del coronavirus, sea en términos de víctimas directas, por la acción del contagio, o sea en términos económicos, siempre las paguen lxs más débiles.
Ellxs toman esto como si estuviésemos en una guerra. En la guerra muere más la gente del pueblo, los más débiles, y creo que eso es lo que los empuja a este tipo de planteos.
La oposición que se hace eco de ese pensamiento, y los grandes medios de comunicación manejados por esos sectores poderosos de la economía local, también persiguen el objetivo de desgastar al gobierno, de erosionarlo, de ponerlo en una permanente tensión, de hacer que pierda el apoyo que las encuestas de opinión muestran que hoy tiene el Presidente en el manejo de la crisis del coronavirus, de casi un 80 por ciento.
Eso para la oposición y para los grupos de poder locales, que siempre han visto con hostilidad a este gobierno, es un problema. Y la manera de resolverlo que se plantean, entre otras, es esta actitud irresponsable, antisocial, de querer hacer que la crisis estalle, para que los tiempos de la inactividad económica sean más cortos y los costos políticos sean facturas que después le van a pasar al gobierno.
Está claro que vamos hacia un mundo peor en términos de pobreza y desempleo, y vos mencionabas algunos datos. ¿Cuál es tu mirada con respecto a lo que puede pasar en términos políticos? ¿Pensás que la toma de conciencia sobre la importancia del Estado puede conducir a un cambio de paradigma que haga posible que el costo de esta crisis lo paguen los sectores concentrados de la economía?
Ese es el gran interrogante y el gran desafío que tenemos las organizaciones populares, el movimiento sindical, los movimientos sociales, las fuerzas políticas progresistas. Lo que nosotrxs nos tenemos que plantear es que haya un cambio profundo en la orientación de las políticas económicas y sociales que permita evitar que fatal y necesariamente la crisis termine significando más pobreza, más miseria.
Es cierto que vamos a enfrentar una situación económica muy difícil. Y eso nos pone frente a una encrucijada. ¿Cuáles son los sectores que están en condiciones de aportar más para que las medidas que hace falta tomar se puedan llevar adelante? Y está claro que al pueblo, a lxs trabajadorxs, a los sectores populares, no se les debería pedir más sacrificio del que ya están haciendo.
Hay que dar un golpe de timón fuerte, contundente, que signifique dejar de lado prejuicios y límites que lograron imponer con su discurso los grupos de poder. Cuando dicen que en la Argentina se pagan impuestos muy altos y eso asfixia la actividad productiva, eso es una gran mentira. Los que pagan tasas altas son la clase media, los sectores populares, porque los impuestos en la Argentina van dirigidos sobre todo al consumo, y no a la riqueza. Es necesaria una reforma tributaria profunda. Hay que definir una nueva reglamentación en relación al manejo de los capitales financieros y la especulación con el dólar. Debemos terminar con la Ley de Entidades Financieras que dejó la dictadura genocida. Es necesario tomar medidas que tengan un fuerte carácter transformador.
Si el campo popular, si las fuerzas populares tenemos las condiciones -con el elemento a favor de que hoy hay un gobierno elegido por el pueblo- de legitimar, de darle fuerza política a propuestas de cambio, seguramente tendremos la posibilidad de concretar esa gran epopeya, que es un descomunal plan de obra pública, con una gran inversión de parte del sector público, para que se generen, en corto tiempo, cientos de miles de puestos de trabajo, y créditos para las pymes y lxs consumidorxs de la clase media y de los sectores humildes. Todo eso, si no hay un cambio profundo, estructural, muy difícilmente se pueda realizar.
Es cierto que vamos a enfrentar una situación económica muy difícil. Y eso nos pone frente a una encrucijada. ¿Cuáles son los sectores que están en condiciones de aportar más para que las medidas que hace falta tomar se puedan llevar adelante? Y está claro que al pueblo, a lxs trabajadorxs, a los sectores populares, no se les debería pedir más sacrificio del que ya están haciendo.
Hugo Yasky
¿Cómo estás viendo el tema del impuesto a la riqueza? ¿Se está avanzando o está empantanado?
La CTA propuso un impuesto a las fortunas personales para crear un fondo de emergencia. Después de que se conoció la propuesta, desde el Frente de Todos nos llamó Máximo Kirchner para integrar nuestrxs economistas y nuestra propuesta a un debate en el seno del bloque para que surgiera un solo proyecto. Trabajamos y se logró consensuar un proyecto que en estos días tendría que estar teniendo los últimos retoques y que debería ser presentado a más tardar la semana próxima o a inicios de la otra. Es necesario apurar los tiempos ya que ese impuesto permitiría recaudar 3500 millones de dólares.
Y creo que es una pulseada que la tenemos que ganar entre todos. Y no hablo solamente del Congreso, hablo del debate público. Hoy el 80 por ciento de nuestro pueblo apoya un impuesto de ese tipo. Y hay que convertir ese apoyo en la energía que nos permita desalentar todas las maniobras que a través de los grandes medios están haciendo los grupos de poder, que están tratando de instalar que este impuesto es un avance estatista, es confiscatorio, desalienta la actividad privada, en definitiva, el discurso de siempre.
¿Creés que la existencia de un gobierno popular puede incidir en la relación de fuerzas para que sea posible ese golpe de timón del que hablabas?
Yo creo que el hecho de tener un gobierno popular es clave. Es una condición imprescindible pero no suficiente. Porque un gobierno popular por decreto no podría hacer estos cambios. Hacen falta voluntades que se organicen, que se expresen y que puedan enfrentar las corrientes del status quo, que va a tratar de licuar cualquier iniciativa de contenido popular, que va a intentar desalentarla y poner al gobierno a la defensiva.
El coronavirus, el aislamiento social paralizaron la fuerza que tiene el movimiento sindical y social, que es la movilización, pero no han paralizado los instrumentos que tienen ellxs, que están actuando permanentemente. Y nosotrxs necesitamos que si hay un proyecto de ley ese proyecto pueda legitimarse y tener el consenso de los sectores más amplios de nuestro pueblo, para que sea posible avanzar con él. Y lo mismo con los otros cambios que hacen falta. Por supuesto, esto requiere organización popular y, llegado el caso, movilización popular.
Vos empezaste a trabajar como maestro de Escuela en 1971, en La Matanza, cuando tenías 21 años. El país que soñabas en ese momento, ¿está muy lejos del que tenemos hoy?
No, yo pienso que no. Como diría Don Atahualpa Yupanki, la flecha todavía está en el aire…