Reportaje a Rosana Merlos
En un contexto donde un discurso presidencial cargado de violencia y de agresividad impacta en la sociedad y agudiza las situaciones conflictivas, las escuelas enfrentan el desafío de superar la brecha que ese clima social está generando en su relación con las comunidades. ¿Cómo se piensa y se acciona sobre esta problemática desde las políticas públicas? Rosana Merlos, Directora de Cooperación y Participación Comunitaria de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires conversó con la Siete3siete sobre las líneas de política educativa que buscan el entrelazamiento de la escuela con la comunidad para que el espacio escolar siga siendo “un lugar donde lo humano está presente”.

Siete3siete: Podemos empezar contando quién sos.
Rosana Merlos: Soy maestra, militante, defensora de la escuela pública, sindicalista, con muchos años de trabajo defendiendo los derechos de las y los trabajadores y los de las pibas y pibes que van a la escuela pública. Y en este momento me desempeño como Directora de Cooperación y Participación Comunitaria. Mirando hacia atrás creo que lo que más me marcó en mi carrera fue haber sido maestra rural; aunque fue poco tiempo el que me desempeñe allí, me dio una manera de mirar la escuela y de cómo sentir esa necesidad de comunidad. En una escuela rural lxs maestrxs están bastante solxs, si no están entrelazadxs con esa comunidad es imposible poder habitar la escuela rural. Trabajar en comunidad siempre fue lo que hizo que la escuela tuviese sentido para mí como trabajadora. Y la escuela es hoy, en muchos lugares, el lugar de encuentro de una comunidad en un mundo donde estamos cada vez más aisladxs, pensando más en unx mismx, en la individualidad. La tecnología nos invita todo el tiempo a salvarnos solxs o a estar comunicadxs a través de cosas que no son tangibles, y la escuela sigue siendo el lugar donde nos miramos, nos podemos preguntar ¿cómo estás?, nos podemos abrazar… Todavía es un lugar donde lo humano está presente.
Siete3siete: ¿Cómo ves, desde tu lugar en esa Dirección, esta relación entre escuela y comunidad?
Rosana Merlos: Veníamos viendo que las comunidades estaban cada vez más distanciadas de la escuela. Se estaba generando una brecha, donde a veces la escuela se va encerrando en sí misma y queda cada vez más aislada, y las familias cada vez con más situaciones que resolver para poder subsistir, con problemas que seguramente son muchos. Se fue entonces rompiendo ese lazo llegando, a veces, a situaciones que se expresan en forma violenta. Sabemos que esta problemática no es de ahora aunque hoy se agudizan habilitadas por un discurso del propio gobierno nacional cargado de violencia y de agresividad. Hace muchos años que venimos trabajando con esto; la recuerdo a Stella Maldonado planteando que la escuela no es el lugar de la violencia, es el lugar donde esas violencias que circulan en la sociedad se expresan de alguna manera. Desde la Dirección de Cooperación Escolar pensamos entonces una propuesta que presentamos a la Dirección General de Escuelas. A partir de allí hay una decisión política de cambiar la estructura de la Dirección General. Cuando uno cambia una estructura en el Estado, da cuenta de una decisión que toma en términos de la política educativa. La Dirección de Cooperación Escolar estaba dentro de la estructura de los Consejos Escolares, que trabajan más en cuestiones administrativas vinculadas a la educación, el servicio alimentario, el edificio escolar, infraestructura, etc. Se toma la decisión de pasarla a la Subsecretaría de Educación y transformarla en una Dirección más amplia, llamada de Cooperación y Participación Comunitaria.
Cuando uno cambia una estructura en el Estado, da cuenta de una decisión que toma en términos de la política educativa.
Siete3siete: ¿Qué cambios implica esta modificación en lo concreto de las escuelas?
Rosana Merlos: Toma dimensión la posibilidad de pensar, desde el proyecto institucional de una escuela, cómo abordar la cuestión del acercamiento de la comunidad; cómo al interior de la escuela trabajamos con esas Cooperadoras Escolares, pensándolas desde otro paradigma. Ya no desde la Cooperadora que solo junta plata para -el video que se rompió, el techo que hay que reparar, la pintura, etc.-, que está muy bueno que así sea, porque en la acción también se hace comunidad. Pero que además se pueda pensar cómo las familias que decidieron poner un cachito de su tiempo allí tengan el derecho y la posibilidad de ser parte del proyecto de la escuela. Obviamente que eso no es nada sencillo, porque, como decía antes, hay un proceso de desconfianza y de temor que se fue acrecentando con hechos reales, y que hace que muchas veces no sepamos cómo trabajar desde el equipo de una escuela con esa comunidad que está teniendo muchas necesidades, o está complicada, o está violenta. Nos pusimos a pensar en ejes ordenadores para poder encarar algo que es transversal dentro del propio sistema. Por eso estamos trabajando con mucha articulación con el resto de las Direcciones: de Inicial, de Primaria, de Secundaria, de Psicología, de Especial, de Políticas Socioeducativas, etc. Decidimos pararnos sobre tres ejes, uno es Habitar la escuela en comunidad, otro que llamamos La escuela más allá de la escuela y un tercero que es Articular con otras políticas públicas.
Siete3siete: ¿Cómo piensan esto de Habitar la escuela en comunidad?

Rosana Merlos: Una cuestión central es ¿cómo hacemos para democratizar? Esto no es nuevo; hay documentos, hay normativas, está en la Ley de Educación, en el Reglamento General de Instituciones Educativas. Mucha letra escrita pero que no está llevada a la práctica en las escuelas; al interior de la escuela tenemos que poder avanzar en democratizar. Aquí entran las Cooperadoras miradas desde otro lugar: es el único lugar institucional de participación que hoy tienen las familias en la escuela. La Cooperadora Escolar tiene un grado de institucionalidad, con una normativa que la regula. Y en las asambleas se elijen a las autoridades, algo que tenemos que poder revalorizar en términos de democratización de la escuela. Además, en la escuela hay muchos proyectos, que a veces están atomizados, pensados desde cada docente en su aula o desde un sector de la escuela, pero debemos pensar que son proyectos en los que puede haber una participación de la Cooperadora. Un ejemplo concreto: las Cooperadoras tienen los quioscos escolares, pero en casi ningún caso hemos encontrado un proyecto pedagógico sobre el tema de la alimentación saludable articulado con ese quiosco. Otro ejemplo: los propios Centros de Estudiantes, otra instancia fundamental de democratización, a veces ni se conocen con las Cooperadoras. Hay mucho para hacer en relación a entramar al propio interior de la escuela. Es complejo, sabemos que a veces faltan cargos, que a veces lxs Directivxs están sobrepasados, que no tienen el acompañamiento adecuado. O para poder pensarse como gestores de un entramado que excede las paredes de la propia escuela.
La idea es pensar estrategias, acompañando la formación de directivxs. Estamos pensando en formación permanente, postítulos y capacitaciones con puntaje que vayan fortaleciendo la mirada comunitaria del equipo de conducción de una escuela. Y también tenemos que trabajar con las comunidades, porque las propias Cooperadoras se piensan en ese rol que históricamente tienen y que nosotrxs queremos tensionar. A veces si se las saca de ese lugar, no saben tampoco para que están en la escuela, ni se imaginan aportando algo al proyecto institucional. Bueno, muchas veces ni saben qué es el proyecto institucional.
La idea es pensar estrategias, acompañando la formación de directivxs. Estamos pensando en formación permanente, postítulos y capacitaciones con puntaje que vayan fortaleciendo la mirada comunitaria del equipo de conducción de una escuela.
Siete3siete: Esto sería como un punto de partida, ¿no?
Rosana Merlos: Efectivamente, y por eso este año mandamos una circular desde todas las Direcciones para que antes de que empiecen las clases, lxs Directivos convoquen a las Cooperadoras, se sienten a contarles cuál es el proyecto de la escuela para ese año, para que la Cooperadora sepa para qué junta esos recursos que tiene que juntar, el sentido de su trabajo. Aspiramos a que la Cooperadora sienta que ese espacio hay que construirlo porque está basado en vínculos. Sabemos que los tiempos escolares no son los tiempos de las comunidades. El horario de 8 a 12 y de 1 a 5 no es el horario con mayor disponibilidad de las familias. Es un desafío a pensar esas cuestiones en la estructura de funcionamiento, en la organización de una escuela. Porque la comunidad no puede participar de cualquier manera en la escuela; la escuela tiene un orden, tiene unos tiempos y tiene responsabilidades que son distintas a las de las familias. Y creemos que es importante que las familias sepan eso. Muchas familias no saben de qué va la escuela, o solo saben si lxs hijxs le cuentan algo o si ve lo que hicieron en el cuaderno, que cuando no hicieron nada creen que la escuela no hizo nada ese día. Escuchando a las comunidades a lo largo de este proceso descubrimos que a veces la escuela no le está contando mucho de lo que hace a las familias. Hay que encontrar las maneras seguramente, pero la Cooperadora, que es la institución de representación que hoy tenemos de las familias, debería conocer eso.
Aspiramos a que la Cooperadora sienta que ese espacio hay que construirlo porque está basado en vínculos.
Siete3siete: ¿Están pensando en líneas de acción para esto?
Rosana Merlos: Estamos trabajando con las Federaciones de Cooperadoras, que son agrupamientos en cada distrito: quince, veinte, cuarenta Cooperadoras de un distrito se organizan y arman una Federación. Esas Federaciones tienen hoy, por ley, un lugar en las UEGD. Por lo tanto hay una voz que estaría posibilitando ser escuchada institucionalmente, en un espacio de democratización donde se deciden las prioridades del distrito, la infraestructura y demás cuestiones. Hemos juntado a todas las Federaciones para que nuestrxs compañerxs Directorxs de los niveles puedan escuchar la voz, las inquietudes y las preguntas que traen lxs representantes de las Cooperadoras, y podamos contarles qué hacemos con la educación en la provincia de Buenos Aires. Hay cantidad de programas que tenemos que muchas veces no conocen. Por ejemplo: el presidente de una Federación no sabía que existían los Patios Abiertos, un programa que existe desde hace muchos años; y en otro distrito la presidenta de la Cooperadora ignoraba que había un Patio Abierto funcionando los sábados en su propia escuela. Estas cosas nos hacen pensar mucho en hacia dónde tenemos que dirigir nuestro trabajo. De poco vale que hagamos lindos documentos, que también los hacemos, si no hacemos que se concreten en cada lugar. Somos una provincia gigantesca, súper heterogénea, con un sistema educativo con cinco millones y medio de estudiantes y con alrededor de once mil cooperadoras de las cuales casi nueve mil son activas. El desafío es cómo todo esto que estamos pensando permea en lo más chiquitito de cada territorio.
Siete3siete: Mencionabas que un segundo eje de trabajo era “La escuela más allá de la escuela”

Rosana Merlos: Pensar a la escuela entramada con esa comunidad no es algo nuevo, y se viene haciendo en distintos lugares. Lo que estábamos viendo es que en un momento histórico donde la Sociedad de Fomento está en crisis, donde los Clubes del barrio están en crisis y donde todo lo que se organiza alrededor de una escuela también está en crisis, la escuela tiene todavía esa potencia de entramar con esos actores que están alrededor. La idea, entonces, es que las Cooperadoras cuando estén consolidadas en la escuela puedan ser ese articulador entre el adentro y el afuera, para avanzar en lo que dice la Ley de Niñez, que todxs lxs adultxs somos responsables del cuidado de nuestras niñeces y de nuestrxs jóvenes. Que el adulto de la Sociedad de Fomento, el adulto entrenador de fútbol del Club, el adulto de la Salita de Primeros Auxilios, el de la organización del comedor, nos juntemos a ver qué pasa con nuestras pibas y pibes en el barrio. Tenemos en la Dirección General una Dirección de Planeamiento que maneja datos construyendo información que nos sirve como insumo para pensar la política. Lo que estamos viendo es que más allá del ausentismo docente que es algo de lo que mucho se habla, está el ausentismo de lxs estudiantxs que es muy alto. Por varias razones, pero muchas veces tiene que ver con que al pibe o a la piba hoy la escuela no los convoca, no los entusiasma. Tenemos que pensar cómo volvemos a convocarlxs, que no sea solo la obligación sino que tengan ganas de venir. Y que las familias sientan que es necesario que vayan todos los días a la escuela. Para eso le tenemos que contar por qué es necesario que vaya todos los días a la escuela, porque si no le da lo mismo llevarlo o no; como si eso no repercutiera en la enseñanza. Pero eso hay que explicarlo. Y sobre todo, tenemos que pensar qué propuestas hacemos desde la escuela, cómo convocamos, cómo enamoramos. En este sentido, una línea de trabajo nuestra son las cooperativas escolares.
Lo que estamos viendo es que más allá del ausentismo docente que es algo de lo que mucho se habla, está el ausentismo de lxs estudiantxs que es muy alto. Por varias razones, pero muchas veces tiene que ver con que al pibe o a la piba hoy la escuela no los convoca, no los entusiasma.
Siete3siete: ¿Qué son las cooperativas escolares?
Rosana Merlos: Son proyectos pedagógicos, un proyecto de trabajo en el aula, con lxs docentes guías, que se termina constituyendo en una cooperativa. Lxs chicxs eligen cuál es el objetivo de esa cooperativa, cuál es el objeto de trabajo o de servicio, practican en serio cómo armar una cooperativa, le damos una matrícula como le damos a la Cooperadora. Se constituyen como cooperativa en un proyecto que tiene que ser institucional, y donde lxs estudiantxs son lxs socixs de la cooperativa y sus autoridades. Existen noventa Cooperativas constituidas y un montón de proyectos que nos han empezado a presentar ahora cuando empezamos a darle fuerza a esta idea que se enlaza con una línea de política pública que tiene el Gobierno de la provincia que es fortalecer al cooperativismo, en contraposición a lo que está haciendo el gobierno nacional. Indagando en esos proyectos cooperativos, hemos descubierto casos en que han logrado que lxs chicxs que habían dejado de ir sistemáticamente a la escuela o que eran inquietos o que no querían hacer nada, van todos los días a la escuela porque encontraron un sentido al ser parte de la cooperativa. Y allí aprenden matemática, modelos de producción, formas de distribución de la riqueza, la solidaridad, la responsabilidad.
Algo así pasa donde se ponen en práctica los Consejos de Aula, que son parte de la currícula de Primaria. La escuela encuentra un dispositivo donde las problemáticas son tramitadas por los mismxs alumnxs, que se descubren a ellxs mismxs pudiendo hacer cosas que no se imaginaban que podían. En un distrito donde a fin de año hacen una muestra de todos los consejos de aula que tienen las escuelas, nos encontramos con una nena de cuarto grado que era delegada de su aula y que pudo frenar una cuestión de grooming: una compañerita le contó que había un señor que le mandaba mensajes y ella se dio cuenta que era algo raro y se lo fue a decir a la maestra; la maestra la escuchó y efectivamente descubrió que había otras nenas a las que también les estaba pasando, y se pudo hacer la denuncia. Cosas como éstas son posibles cuando se democratiza la vida escolar y se les da participación y roles importantes a lxs alumnxs. Lo que estamos haciendo es recuperar esos ejemplos, para mostrar que sí se puede hacer, que hay normativa que avala, que los tiempos se pueden acomodar.

Siete3siete: Y mencionabas un tercer eje de trabajo.
Rosana Merlos: Sí, que es articular con políticas de otros Ministerios que de alguna manera cruzan la escuela y que muchas veces terminan atomizadas. Desde el Ministerio de Salud llegan a la escuela, desde el Ministerio de Desarrollo llegan a la escuela…, la idea es que podamos pensarnos desde el Estado Provincial llegando a la escuela ya con las políticas públicas entrelazadas. Así que estamos trabajando con otras áreas de gobierno provincial y municipales. Estamos trabajando en proyectos concretos para ofrecérselos a las comunidades.
Siete3siete: Antes hacías referencia al desafío que implica, en una “provincia gigantesca, súper heterogénea”, ¿cómo todo esto que están pensando permea en lo más chiquitito de cada territorio?
Rosana Merlos: Por lo pronto, ahora vamos a trabajar en las 25 regiones educativas, eligiendo un distrito por Región y bajando a esos distritos con todas nuestras líneas para trabajar con Directivos, con cooperadorxs y/o representantes de familia si no hay Cooperadoras constituidas, y con lxs docentes que quieran encarar proyectos cooperativos. Son docentes con lxs que estamos haciendo capacitación, incluso con puntaje, para que puedan ser agentes guías de esos proyectos. Con lxs Directivos trabajaremos el lugar que tienen como asesores de las Cooperadoras en principio, pero también de qué manera pensar su proyecto institucional en la dimensión socio-comunitaria; esto de animarse a ir abriendo la escuela, sabiendo cómo y con el cuidado con que hay que hacerlo. Pensar esos gestos institucionales que permitan avanzar en este camino. Y con las Cooperadoras y con las familias que vengan vamos a trabajar no solo el tema administrativo con el Punto Cooperar donde tenemos un contador y un equipo que les ayuda a resolver esas situaciones, sino que vamos a trabajar con posibles proyectos a llevar adelante en la escuela, escuchando qué cosas les gustaría que la escuela hiciera, cómo trabajarlo con lxs Directivxs para que eso vaya en sintonía.
Otra cosa interesante que estamos haciendo, es que como Dirección de Cooperación somos oferentes del COPRET (Consejo Provincial de Educación y Trabajo), entonces en las Escuelas Secundarias que tienen orientación en Administración, les ofrecemos capacitarlxs para que ayuden a las Cooperadoras en los trámites administrativos mientras desarrollan sus prácticas educativas Y otra cosa que creemos muy importante es sacar el mito de que solamente madres y padres pueden ser de la Cooperadora. La Cooperadora está constituida por personas que están alrededor de la escuela, que quieren ayudar a la escuela, muchxs ex alumnxs, ex directivos, vecinos pueden ser parte de las Cooperadoras.

Siete3siete: Hablaste antes de “gestos institucionales” para abrir este diálogo con la comunidad, ¿qué serían esos gestos?
Rosana Merlos: Te pongo un ejemplo, si una mamá va un día a la escuela, toca timbre y se tarda veinte minutos en abrirle la puerta, puede ser por muchas razones atendibles; ahora, si reiteradamente o siempre sucede eso, la escuela está “diciendo” algo. Si la información que supuestamente decimos que damos, está en el medio del pasillo, donde no entran nunca porque lxs chicxs salen y las familias lxs están esperando afuera, esa institución está “diciendo algo”. En general llamamos a las familias cuando hay un problema con la alumna o alumno, hay siempre algo para decirle que no está bien, entonces no dan muchas ganas de ir a la escuela. Llamamos para la Asamblea de Cooperadora y no viene nadie o siempre lxs mismxs. Pero, ¿qué hicimos antes para que vengan? Tenemos que pensar desde la escuela proyectos donde los llamemos a que sean parte. Y si lxs convocamos a una Jornada Solidaria darnos un momento al inicio para juntarnos, presentarnos, saber quiénes somos lxs que estamos ahí, mientras tomamos unos mates a las nueve de la mañana de un sábado. Es un gesto. Y si después nos ponernos a pintar una rayuela con números en el patio, explicar por qué esta rayuela sirve para que aprendan tal o cual cosa; que sepan por qué están pintando eso y para qué la van a usar lxs pibxs. Explicar lo que se hace en la escuela es un gesto institucional.
Siete3siete: ¿Algo que quieras agregar?
Rosana Merlos: Hoy hay en las escuelas situaciones muy complicadas, pero estamos intentando que no nos chupe el tema del conflicto. Necesitamos pararnos en lo positivo de la escuela y recuperar las voces de quienes la habitan. Necesitamos construir otras voces que hablen de las cosas buenas que pasan en la escuela, que no sea solamente la Directora o los funcionarios, que sean las propias familias que digan acá en la escuela mi hijx la pasa bien, acá en la escuela mi hijx aprendió, acá en la escuela pudimos hacer esto. Y que puedan decir también lo que falta. Estamos convencidos que necesitamos generar el espacio donde nos digan lo que ven mal de la escuela, lo que creen que falta de la escuela. El Gobernador siempre dice: “Voy a inaugurar una escuela y todxs aplauden, estamos contentxs. Pero a los cinco minutos me están pidiendo el jardín o la salita que faltan. Nos piden y está bien que nos pidan”. Esa es la tensión lógica de la construcción de una política pública. No hay construcción de política pública si no es en tensión, el tema es cómo generamos los espacios para que esa tensión se tramite de la mejor manera. Por eso la escuela tiene que generar espacios sistemáticos donde estén las voces de la familia, no que se armen cuando hay un conflicto o después de un conflicto, sino tratar de llegar antes. Intentar construir un espacio donde se tramita algo de lo que pasa en la comunidad y en la escuela, seguramente no va a resolver todos los problemas, pero algo mejor va a suceder allí, para todxs.


Rosana Merlos. Maestra. Fue Secretaria de DDHH y Secretaria de Cultura de SUTEBA. Actualmente Directora de Cooperación y Participación Comunitaria, de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.