La emergencia sanitaria ante el Coronavirus (COVID-19), la suspensión de clases desde el 16 de marzo y el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Presidente Alberto Fernández modificó drásticamente nuestro estilo de vida. Obviamente, la Escuela no escapa ante este cambio de paradigma. Las vivencias personales de cada maestre, estudiante o familia conforman ya nuestro inconsciente colectivo. La unidad y la organización, el debate y los nuevos proyectos, es lo que nos va a permitir salir de esto… mejores. De eso no tenemos ninguna duda. Ante la necesidad de un abrazo, la falta de una charla con mate de por medio, hacer puentes es la mejor manera de estar cerca, de estar unidxs. Por eso, se nos hace necesario conocer las realidades de les otres; esas con las que empatizamos, que son casi las mismas que las que nosotres vivimos. Charlamos con jóvenes docentes del Conurbano bonaerense que se animaron a contarnos su cotidianidad y sus dudas.
Estamos en casa, pero seguimos conectadxs y trabajando juntes.
Nadia Gómez de San Fernando (28 años), Maestra de Nivel Primario, nos cuenta su trabajo diario para garantizar la continuidad pedagógica y resalta la relación con las familias. Como aspecto negativo, subraya la falta de internet o de medios de comunicación tecnológicos (como mail o whatsapp) que muchas veces dificultan o hacen imposible la comunicación con algunes estudiantes. En este punto, Nadia destaca la labor de lxs asistentes sociales, que en muchos casos les acercan las tareas impresas a estas familias.
«Las relaciones siguen firmes con la comunidad, afianzando el vínculo en cada tarea. En esta época de pandemia, no tenemos horario para contestar dudas e inquietudes. Lxs Maestrxs estamos preparados para enfrentar esto, aunque sea algo totalmente nuevo. La presencia del Estado y las políticas públicas que se están llevando a cabo son muy importantes», destaca Nadia.
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Por su parte, Laura Ortigoza (44), Profe de Educación Física en Hurlingham, comenta que esta forma nueva de trabajar fue en principio caótica, más que nada para el desarrollo específico de su disciplina. Aun así, estas semanas coordinaron con lxs demás Docentes y armaron un video conjunto para lxs chicxs, recordando los juegos de su infancia e invitando a una nueva actividad lúdica.
«Aprendemos entre todxs, día a día. Sin duda este aislamiento nos va a modificar y va a modificar nuestras prácticas«.
«El aislamiento modificó mis días y mi rutina de trabajo; los días van pasando entre contestar mails con dudas, intercambiar inquietudes con otrxs Profes, corregir trabajos, y planificar las clases en este nuevo contexto. Las relaciones con les estudiantes son modificadas completamente: nos faltan los debates áulicos, la capacidad de pensar juntes y el construir colectivamente los conocimientos».
Eso nos cuenta Florencia Cabral (30), Docente de Secundaria, y finaliza resaltando que todo este proceso nos interpela como Educadorxs y conlleva, obligadamente, una reflexión sobre el rol docente y las nuevas estrategias tecnológicas; para poder construir una Educación más acorde a los tiempos que corren.
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María Victoria Barrionuevo (34) es Profesora de Historia en el Nivel Secundario. Entre aulas virtuales y plataformas, construye un ida y vuelta con su alumnes donde el contacto no se pierda. Comenta sobre el «agobio de tarea» de los primeros días, que se hacía casi imposible sin el acompañamiento al que lxs chicxs están acostumbradxs. Conviviendo con un compañero al que se le requiere que trabaje fuera de casa por tareas esenciales, el ser Docente y Madre 24×7 le brinda un condimento extra a esta cuarentena.
Lo más importante que destaca es el compromiso para poder seguir siendo «un sostén para lxs chicxs, a través de todas las herramientas que podemos».
«No paramos de buscar lo más adecuado para cada grupo y para cada clase. Es agotador e insume muchísimo tiempo, pero aun así lo hacemos convencidxs y seguimos poniendo el cuerpo; sabiendo del esfuerzo de lxs chicxs y de sus familias», culmina María Victoria e invita a una profundización conjunta entre el Estado y las Escuelas que permita el desarrollo de las herramientas tecnológicas dentro de todas las comunidades.
En la misma línea, Jonatan Sánchez (31), Profesor de Matemáticas en Merlo, reconoce que fue complicado al principio y destaca las diversas plataformas digitales a las que lxs docentes pueden echar mano a la hora de compartir sus clases. Sostiene también que la brecha tecnológica y la falta de acceso son los principales obstáculos para lxs estudiantes; obviamente una de las tantas caras del ajuste y la pobreza que dejó el Gobierno macrista.
«Hoy nuestra tarea es contener y acompañar lo más que se pueda, aunque eso conlleve jornadas laborales más extensas y flexibles. No creo que esto tenga que implicar cambiar la manera en la que concebimos la Educación presencial. Pensarnos aisladamente desde nuestras casas es seguir sectorizando. Encontrarnos y habitar un espacio grupalmente es muy necesario, algo a retomar cuando sea posible. El espacio Escuela es imprescindible para conformar las subjetividades personales y colectivas».
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«Esta situación pone en evidencia las problemáticas de los territorios que fueron olvidados durante los últimos años. Si bien desde los Equipos de Orientación siempre se tiene un rol activo en la dinámica escolar, en este momento se nos convoca a redoblar esfuerzos. Ningunx de nosotrxs tiene las respuestas acertadas, por eso nos parece que unirnos es lo mejor para fortalecer nuestras estrategias y desestimar las que no daban resultados. El pensar y hacer juntxs hoy es lo que nos ayuda a sostener los procesos de enseñanza y aprendizaje».
Así, la Trabajadora de la Educación Eva Olmedo (27) de La Matanza, culmina esta ronda de historias compartidas, diciendo que nadie se salva solx.
Nos gustaría conocer tus producciones, tus historias, tus puentes. Si tenés ganas, podés compartirnos tus creaciones; como este video del Capitán Camiseta, protagonizado por la Docente Alejandra Musacco de Lomas de Zamora.
Etiquetanos en las redes y utilizá el hashtag: #HacerUnPuente
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Les maestres de la Provincia, y de todo el país, siguen educando y enseñando a distancia, pero con el mismo amor y la dedicación de siempre.
Hoy los edificios están cerrados, pero la Escuela Pública está más viva que nunca: con trabajadorxs que se replantean sus prácticas, que no le sacan el cuerpo a su responsabilidad y que no dudan en acompañar a sus estudiantes día a día.
¡Seguimos enseñando, resistiendo y soñando!